«Ver algo por primera vez no tiene precio y eso es el placer de la investigación»

Si uno de los objetivos del Aula Blas Cabrera era motivar a los futuros investigadores del país -hacerles ver que la carrera científica es posible, «viable» y, además, «necesaria»-, los ponentes invitados este año se han esmerado y mucho en transmitirles esa idea.

Guillermo Mínguez Espallargas, el último investigador en intervenir en un Aula que ayer clausuró su séptima edición, les animó a ser ambiciosos. «Tenéis que salir de aquí comiéndoos el mundo», señaló el investigador del Instituto de Ciencia Molecular (ICMol), profesor de la Universidad de Valencia y Premio Nacional de Investigación para Jóvenes. Mínguez habló de química y de redes metalorgánicas en su conferencia, pero sus primeras palabras fueron para reivindicar una carrera científica que se asemeja a «subir una montaña», con momentos de espera, de tensión, pero también de cumbre. «Ese momento ¡eureka!, [el hecho de] ver algo por primera vez no tiene precio. Y eso es el placer de la investigación», le dijo Mínguez al alumnado, a quien animó a construir una carrera desde ya, como hizo Einstein, cuyas «ideas revolucionarias» le llegaron a los 24 años. «Vosotros tenéis la chispa de la juventud para poder cambiar el mundo», incidió el científico antes de ponerse a hablar de la necesaria multidisciplinariedad en cualquier equipo de investigación. Él, químico de formación, ha tenido que familiarizarse igualmente con la física, la ingeniería, la economía o las técnicas de la oratoria para explicar la ciencia porque «si no sabéis explicarla no puede llegar a la sociedad».

La química en concreto, destacó, es fundamental para la sociedad porque ha contribuido a elevar la esperanza vida al nacer. Tres razones explican este hito: el agua potable; el aumento del rendimiento de los cultivos gracias a los fertilizantes, y la generación de medicamentos, antibióticos y vacunas, contó Mínguez en la segunda intervención de la última jornada del Aula Blas Cabrera. La primera la protagonizó Eloísa Herrera, investigadora del Instituto de Neurociencias, que centró su ponencia en la regeneración del sistema nervioso central y que también hizo hincapié en la necesidad de que la ciencia sea multidisciplinar.

Tras sus conferencias, llegó el momento de la clausura y de los aplausos.