«A veces, hace falta que el mundo se hunda para que hagas algo distinto»

–Realiza durante 15 años para 'El Jueves' 'Tato, con moto y sin contrato' ¿Fue difícil asumir la dinámica de una serie semanal?

–En aquella época entregábamos en mano y yo iba siempre cuando estaban comiendo, dejaba las páginas y me iba corriendo, convencido de que si me veían se acordarían de que tenían que echarme. Me costó mucho pero me ayudó Manel Fontdevila, que tenía más experiencia y yo me fijaba mucho en lo que hacía. Los primeros tres años fueron un pequeño infierno pero por fin le cogí el truco y empecé a estar cómodo y a meter mis cosas y añadir surrealismo, que me gustaba mucho.

–También hace con Manel Fontdevila 'Para ti, que eres joven' ¿Cómo fue trabajar con este otro gran autor?

–Como tenemos un sentido del humor muy cercano, al principio hablábamos bastante pero poco a poco nos convertimos en ese matrimonio prototípico que se conoce tan bien que ya ni se habla. Así que a menudo hacíamos una lista de temas, los repartíamos y yo veía la parte que dibujaba él cuando se publicaba en 'El Jueves'.

–Además dibuja 'Carlitos Fax' para la revista 'Mister K' ¿Cómo se enfrenta al público infantil?

–Soy incapaz de ponerme en la piel de otra persona, así que me dijeron «es para niños» pero hice un poco lo que me dio la gana. Sin sexo ni tacos, claro, pero yo no sé lo que le gusta a un niño de 10 años, solo lo que me gustaba a mí a esa edad. Por eso lo hice un poco en plan 'Superlópez'.

–Durante su época como director de 'El Jueves' tuvo lugar el secuestro de la publicación por injurias contra los por entonces príncipes Letizia y Felipe…

–Si esto hubiera ocurrido ahora igual hubiéramos tenido mucho más miedo y alguien habría pasado una noche en la cárcel. Aquello nos pareció fuera de lugar pero al final ganamos mucho más de lo que pagamos por la multa. El juicio fue una especie de debate metafísico sobre el humor que en parte nos indignó y en parte nos resultó muy divertido por el hecho de que alguien nos considerara delictivos o 'peligrosos'.

–En 2014 abandona con otros autores 'El Jueves' por un problema de censura relacionado de nuevo con la monarquía y fundan la revista digital 'Orgullo y Satisfacción'.

–La editorial retiró una portada sin darnos explicaciones a los autores ni a los lectores y varios dibujantes pensamos que, después de poner el grito en el cielo por el incidente anterior, no podíamos permitir aquello, por lo que no nos quedó más opción que marcharnos. Decidimos hacer una publicación para el día de la coronación, para tener un finiquito y por estar ese día presentes, pero no teníamos medios ni tiempo para imprimir ni distribuir una revista. Por eso nos pareció que el formato digital era el camino a seguir y aquel primer número se vendió como rosquillas.

–En 'El show de Albert Monteys', ¿por qué se elige usted mismo como protagonista?

–Porque ya me había utilizado antes como personaje y me di cuenta de que funcionaba bien para contar según qué cosas. En 'Orgullo y satisfacción', de donde procede, no queríamos personajes fijos al principio pero luego descubrimos que nos permitía fidelizar al lector e incluso planificar mejor la revista. Así que me inventé a ese Monteys de tebeo que soy yo pero mucho más expresivo y antipático. Es el Monteys como es en casa [risas].

–El humor y la ironía también son herramientas para reflexionar sobre asuntos muy serios, ¿no?

–Sí, pero creo que los humoristas se estropean cuando empiezan a pensar que lo que hacen es trascendente. Yo siempre he intentado no caer en eso e ir a por la comedia, aunque desde luego se puedan contar una serie de cosas. Creo que los humoristas que suelen ir con esa premisa de «el humor es algo muy serio» suelen ser gente muy aleccionadora.

–En '¡Universo!', la obra premiada, ¿por qué opta por el género de ciencia-ficción?

–Toda la etapa de 'El Jueves' es como un enorme paréntesis en mi carrera, porque durante todos esos años yo iba teniendo mis ideas y proyectos pero el trabajo en la revista no me dejaba hacer otra cosa. Pero a veces hace falta que el mundo se hunda para que hagas algo distinto y cuando los de Panel Syndicate me plantearon el proyecto decidí que igual tenía que reinventarme un poco. Ponerte un cierto reto también te da la vida como autor.

–Esta serie se publicó originalmente para dispositivos electrónicos ¿Fue difícil adaptarse al formato digital?

–Dibujar para este formato es difícil porque nunca sabes a qué tamaño lo va a ver el lector, con lo cual tienes que utilizar un estilo menos denso. La gran ventaja es que puedes añadir todas las páginas que quieras. Por otra parte, el formato panorámico es mucho más natural, ya que es el mismo que tiene nuestro campo de visión.

–Háblenos de su proyecto más reciente, 'Solid State'.

–La publicó el año pasado la editorial Image y acaba de aparecer en España. Es un guion de Matt Fraction que adapta un disco de Jonathan Coulton, músico que se hizo famoso por la canción de un videojuego llamado 'Portal'. Es amigo de Fraction y quiso hacer una novela gráfica que sirviera un poco como libreto de la historia que quería contar en el disco.