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El sello de la Biblioteca de Menéndez Pelayo es ovalado, sencillo. Apenas esas tres palabras marcadas en azul sobre las páginas de ejemplares que el cántabro atesoró de forma casi obsesiva, rastreando, indagando, olfateando las pistas del patrimonio bibliográfico por todo el mundo. Hasta ... el próximo 31 de agosto, una selección de esa búsqueda vital se puede ver en la sala José Monge del Archivo Catedralicio. No en vano, para Menéndez Pelayo, «la historia de la Biblia en España es uno de los temas más sugestivos que se pueda imaginar». La apertura de la muestra contó con la Alcaldesa de Santander, Gema Igual y la concejala de Cultura, Noemí Méndez, además del obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge y el comisario de la exposición, Julio Trebolle.
Mientras en la planta baja, una decena de fieles asiste a misa en una pequeña capilla, subiendo las escaleras es posible adentrarse en un recorrido al pasado, como invita el comisario de la muestra 'Biblia Sacra. Las Biblias de la Biblioteca de Menéndez Pelayo'. El planteamiento del recorrido es seguir el proceso de estudio desde el Renacimiento hasta la Ilustración. Primero, observando con detenimiento la veintena de obras expuestas, treinta y seis ejemplares en total, algunos datados en el siglo XVI, de gran formato uno, pequeños otros. Con letras impresas en oro, dobles alfabetos, frases manuscritas en las tapas... Como señaló el obispo, «La Biblia no es un libro, sino muchos libros, escritos en diversos siglos y en diversas lenguas y distintos géneros literarios, pero lo importante es que para los que tenemos fe, la Biblia es la palabra de Dios». No creemos, dijo, «en un Dios mudo», sino en quien «ayuda a descubrir nuestros orígenes y nuestro destino». Y aquí lo hace en variados formatos, lomos y tapas.
Julio Trebolle
Comisario de la muestra
Comisariada por Julio Trebolle, Catedrático emérito del Departamento de Estudios Hebreos y Arameos de la Universidad Complutense de Madrid, el recorrido de la muestra comienza con la Políglota Regia de Arias Montano, «la gran figura del Renacimiento», no solo en España, sino en Europa y del cual se exponen tres comentarios. La Biblia Políglota de Amberes (1568-1572), compuesta de ocho volúmenes, impresa por Plantino. Era a juicio de Menéndez Pelayo «un grandioso monumento de los estudios bíblicos, no igualada en esplendidez tipográfica por ninguna de las posteriores, ni por la de Walton (Londres), ni por la de Jay (París)». Una de las favoritas del escritor, cuyo ejemplar, correspondiente al volumen VI, contiene el diccionario y gramática griegos, el vocabulario y la gramática siríaca de Andrés Masius, el diccionario siro-arameo de Guy Le-febvre y el Thesaurus Hebraica Linguae de Santes Pagnino. Si bien el valor histórico es incalculable, sí se puede establecer una aproximación pecuniaria, que en el caso concreto de esa joya, podría rondar los 300.000 euros. Una muestra, en datos cuantificables, del peso que la Biblioteca Menéndez Pelayo posee.
Entre los grabados seleccionados y ampliados está una imagen del monasterio de El Escorial, un diseño del cántabro Juan de Herrera, cuyo retrato cuelga paralelo al de su gran trabajo.
La traducción de Cipriano de Valera, de la que Menéndez Pelayo afirmó que debe tener entre nosotros la misma autoridad que la de Diodati entre los italianos. «Al fin y al cabo, está hecha en el siglo de oro, por más que no le falten galicismos, nacidos de la familiaridad del traductor con las personas y libros de los calvinistas de Ginebra», aseguró. La Biblia de Ferrara, en lengua española e impresa en 1553, es otra de las obras que forman la exposición, al igual que 'Psalterium Quintuplex', de Jacques Lefèvre d´Etaples, un postincunable de 1509 impreso en París, por Henri Estienne. 'El Viejo', iniciador de la gran saga de impresores franceses.
Manuel Sánchez Monge
Obispo de Santander
Completan la colección las Biblias de la Ilustración traducidas de la Vulgata, Biblias hebreas, Biblias en latín y griego; la Biblia de Sabatier, representativa del espíritu enciclopédico del siglo XVIII, cuya particularidad es que «aún está muy vigente» porque desde entonces, no se han hecho obras de tal magnitud. Es la versión latina más antigua y es la que se ha conservado en la Cornisa Cantábrica después de la invasión musulmana. Fueron los refugiados quienes hicieron llegar el libro. De hecho, pueden verse en esta Biblia, grabados que tienen «perfecta correspondencia» con los que ilustran los Beatos, de cuyas páginas se exponen algunos ejemplos coincidentes en cuanto a temática, pero con una técnica evolucionada en cuanto a concepto y color. «La Biblia latina originaria de Cartago llegó al norte con la tradición religiosa y cultural vinculada a San Cripiano, el cual da nombre a lugares e iglesias de sólo la cornisa cantábrica», señaló Trebolle.
También puede verse la Biblia de Ibarra Biblia sacra Vulgatae editionis con presentaciones, notas, tablas cronológicas, históricas y geográficas, editada por Jean Baptiste Du-Hamel en París en 1705 e impresa por Joaquín de Ibarra en Madrid en 1767. Como broche de oro de la muestra, cuyo diseño expositivo es obra de Pizzicato Estudio, el coro 'El León de Oro', dirigido por Marco Antonio García de Paz, ofrecerá el sábado, 2 de septiembre, a las 21.00 horas, un concierto en la Catedral, con entrada libre hasta completar el aforo.
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