Un volumen de textos de Gutiérrez Aragón entrelaza biografía, memoria y reflexiones

El profesor Sánchez Noriega matiza que, en realidad, el lector no debe preocuparse, porque si se trata de conocer la identidad creadora, el mundo de ideas, recuerdos, valores u obsesiones del artista, ello emerge tanto cuando los textos tratan sobre sí como cuando se refieren a otros. Cronológicamente, Manuel Gutiérrez Aragón ha sido primero director de cine y luego novelista, pero en su memoria de los años universitarios se ve a sí mismo en orden inverso como un «joven escritor reconvertido en aprendiz de cineasta».

El cine está presente siempre, pero Manuel Gutiérrez Aragón «no es un cinéfilo». Sus reflexiones de adulto (no siempre ni necesariamente como cineasta) «carecen de todo ensimismamiento y en ellas el cine entra en diálogo con otras formas expresivas (idioma, novela, teatro, pintura, música) y con realidades cotidianas (viajes, amistades, comidas)».

El estudioso señala que «ahí emerge la personalidad de un creador, que siempre está mucho más allá de su destreza profesional o el valor de sus obras, y permite que atisbemos su forma de ser y estar en el mundo». En el último bloque del nuevo volumen (Cátedra), dedicado básicamente a glosar las personalidades de directores, la visión que de ellos tiene Gutiérrez Aragón, «el aprecio por ciertas películas o la valoración de determinadas cualidades sirve al lector para conocer mejor a quien redacta esos perfiles.»

Son pocos los textos de no ficción del cineasta de 'La mitad del cielo' a lo largo de medio siglo y, como no podía ser de otro modo, redactados por encargo en gran medida, con propósitos muy plurales, invitan a lecturas con diferentes talantes.

En ellos, subraya el editor, « predomina una fuerte voluntad de comunicación, como revela su lenguaje directo sin jerga, tecnicismos ni engolamientos intelectualoides. Incluso los trabajos más comprometidos y extensos, como son los dos discursos de ingreso en la Real Academia Española y en la de Bellas Artes de San Fernando, poseen un tono casi coloquial, como quien está pensando en voz alta y lo comenta en una conversación de amigos».

Tras el preludio, 'Geometría de tres puntos de un narrador', Sánchez Noriega estructura los escritos del torrelaveguense a través de 'Itinerarios, sombras y sueños; crear y creer; Artes e interrogantes o en Figuras y perfiles'.

La condición de narrador del cineasta -es autor de novelas como La vida antes de marzo', o 'El ojo del cielo'- se aprecia como irrenunciable en estos escritos «donde las herramientas de la palabra y la imagen están en constante diálogo, complementándose y remitiéndose una a otra». Para los lectores/ espectadores estos textos tienen interés en cuanto se formulan «preguntas radicales, reflexiones de fondo acerca de la estética del cine o de las cuestiones decisivas en la práctica profesional». Particularmente, destaca su editor, me parecen provechosas las páginas dedicadas a la fotografía cinematográfica que, además de explorar distintas prácticas de iluminación y los estilos europeo y norteamericano, subrayan eslas convenciones y artificios que, al final, llevan a la conclusión de que «Las luces, la foto, se fabrica e n en la cabeza».