Willy Wonka cierra su fábrica en Santander

El joven actor Christian Velert se vistió anoche de Charlie por última vez. Él es uno de los cuatro niños que interpretan a este personaje en el musical 'Charlie y la fábrica de chocolate' que despide su gira en el Palacio de Festivales. Velert salió al escenario de la Sala Argenta, viviendo una «amalgama de emociones», según explicó a El Diario Montañés apenas una hora antes de la función, la primera de las seis que se ofrecerán hasta este domingo. Desde hoy y hasta ese día otro Charlie, Alan Miranda, cuyo rostro sonará a muchos espectadores por ser uno de los niños que trabajan en las películas de Santiago Segura, ocupará su lugar. Así que ayer, Christian Velert, consciente de que ya no volverá a encontrarse al misterioso chocolatero Willy Wonka, a los Umpa Lumpa y al resto de niños del reparto aseguraba que el de Charlie es un personaje «al que tendré cariño de por vida».

En los camerinos del Palacio de Festivales, los minutos antes de la función son una auténtica locura, una locura muy controlada. Mientras el niño se acaba de maquillar y vestir para salir al escenario, otro de los grandes protagonistas, Daniel Diges, consulta algo del libreto, entona la voz y, sobre todo, bromea con el resto del elenco. «Siempre te pones algo nervioso antes de salir al escenario, pero como mi personaje está tan al límite y es supercómico lo que intento es estar de buen humor antes de salir y bromear todo lo que puedo». Interpreta a Willy Wonka, ese disparatado chocolatero, que creó Roald Dahl para el cuento del mismo título, que vive encerrado en su fábrica de chocolate, escondido y humillado porque le han robado sus recetas más célebres hasta que un buen día decide hacer un concurso repartiendo cinco billetes de oro en sus tabletas para que seis niños puedan conocer su fábrica. Uno de ellos, es Charlie Bucket, un personaje que, según señala Christian Velert, es especial «porque sabe disfrutar de las cosas pequeñas. Un niño muy humilde que vive en una caravana con sus abuelos pero que al final nos muestra que el tesoro más valioso que podemos tener es la imaginación y la familia. En definitiva, consigue que todas esas pequeñas cosas sean importantes y especiales».

Lo hace con ayuda de su abuelo, uno de los personajes más entrañables del cuento y que en este musical interpreta Esteban Oliver. «Estoy encantado de interpretar este papel que destaca por su ternura y humildad. Es un personaje muy entrañable y podríamos decir que es un desdoblamiento de Charlie pues son casi la misma persona. A los dos nos mueve el imaginar y crear cosas casi de la nada. Estamos muy felices de poder encontrarnos con Wonka y hacer este triángulo. Además ¿quién no adora a sus abuelos? No siempre puedo representar a un personaje tan querido.». El actor comenta todo esto mientras uno de los responsables de maquillaje acaba de arreglarle la peluca.

La conversación entre ellos gira en torno a las últimas funciones. «Empezamos la gira en octubre y aunque ha sido corta también ha sido muy muy intensa. Estamos todos muy agradecidos al público por la gran acogida que nos han brindado. Así que, aunque estamos algo tristes, también estamos felices por todo lo que hemos vivido en las ciudades en las que hemos estado. Me parece un lujo, tanto para nosotros como para toda esa gente que no pudo ver el musical en Madrid y así ha tenido la posibilidad de disfrutarlo», explica.

Diges apunta que en estos meses el elenco se ha convertido en «una gran familia». «Compartimos hotel, comemos juntos, viajamos juntos ... ¡Cómo no nos vamos a echar de menos!».

Al frente del espectáculo en Santander está Malia Conde, directora residente de 'Charlie y la fábrica de chocolate', quien también interpreta a una de las abuelas. Ella explica algunos detalles técnicos del musical: «Es un espectáculo de gran formato que mueve cinco trailers entre ciudad y ciudad y que cuenta con 27 artistas y 30 técnicos. El montaje es muy complicado pues hay muchos cambios de escenario y trucos de magia. Pero lo mejor de él es que, dependiendo de la edad que tengas, te llevas unas enseñanzas u otras, pero nadie saldrá del teatro indiferente».

Malia Conde asegura además que se ha «enamorado» de todos los que forman parte del elenco. «De los cuatro charlies; de Diges que no podríamos tener mejor Wonka, de todos los Umpa Lumpas y del resto de personas que hacen que cada función parezca la primera» y es que, tal y como indica, el trabajo que hay detrás es casi otro espectáculo. «Hay personajes que se cambian varias veces de vestuario y alguno usa hasta cuatro pelucas. Así que imagínate el trajín que hay entre bastidores en cada función».

Y toda la magia de la obra, sus canciones, que son las de la película de Leslie Bricusse y Anthony Newley, y el colorido de su vestuario estará acompañado estos días en Santander por unas seis mil personas que han adquirido ya sus entradas. Así que aún quedan tres días para disfrutar de un musical dirigido a todo tipo de públicos que mantiene las dos líneas narrativas del propio Dahl, la de Charlie, el niño de buen corazón que anhela el billete dorado y lo halla gracias a su empatía con los mayores, y la de Wonka, que lidia desde el humor negro con la ambición y la falta de escrúpulos de quienes están dispuestos a hacer cualquier cosa por lograr su objetivo.

«Tengo que reconocer que este personaje va a dejar un gran poso en mí», aseguraba Diges algo entristecido por el fin de la gira y la despedida. La de Christian Velert de Santander será un poco más corta pues el joven actor volverá los próximos días 1, 2 y 3 de marzo como parte del elenco de otro musical, 'Grease', que se ofrecerá en la misma Sala Argenta. «Qué bien, una doble oportunidad para disfrutar de esta ciudad que tanto me gusta», concluye animado.

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