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JOSÉ CARLOS ROJO
Miércoles, 11 de mayo 2016, 18:30
En la piscina del club Body Factory Mataleñas chapotean cada semana cerca de 40 niños. La joven escuela de natación y socorrismo ya alumbra los primeros resultados: La benjamina Claudia Quirós acumula medallas, como el alevín Andrés Iglesias y la benjamina Elsa Díaz de la ... Espina, ambos con podio en los Juegos Escolares. En el caso de Daniel Cotarello, ya presume del oro logrado en los 50 metros libres en los Juegos Escolares de este año. Son solo algunos resultados del trabajo diseñado por el coordinador de su instrucción Roberto Díaz. «Nuestra idea cuando fundamos esta escuela hace ya dos cursos fue partir desde cero. No planteamos el fichaje de menores de ningún club. Nos gusta ver los resultados del trabajo del día a día, la evolución de los nuestros. Es la mayor ilusión que puede tener un entrenador», explica.
Plantean los objetivos a medio y largo plazo, «para forjar una identidad propia con el apoyo del proyecto deportivo que plantea el Body Factory Mataleñas. Sin el apoyo de la dirección nada de esto sería posible», afirma el coordinador de las actividades acuáticas del club Alfredo Martín.
Los chiquillos disfrutan en la piscina, hacen amigos y compiten entre ellos para alcanzar los mejores tiempos en unos entrenamientos donde las calles se cierran para optimizar la preparación. «Dividimos los grupos según las edades y luego vamos modificando las rutinas según las necesidades», explican los responsables de la escuela. «Hay sesiones más lúdicas, que son necesarias, y otras más técnicas. Hacemos grabaciones personalizadas para mejorar la técnica, y todo seguido de una evaluación periódica para que los propios niños y sus padres vean la evolución».
Los más pequeños ofrecen el espectáculo más entrañable. «Hay que pensar que tenemos bebés de hasta seis meses. Es la edad mínima con la que pueden empezar», aclara Alfredo Martín. La edad tope para permanecer en la escuela son los 12 años. «Nuestra aspiración es mantener todas las especialidades deportivas en las que participamos. Para esto es fundamental que la gente nos conozca, que sepan que empezamos a ser un centro de referencia en Cantabria y que estamos empezando a ganar nuestras primeras medallas en campeonatos regionales», cuenta Roberto Díaz.
La vertiente más lúdica
Para los menos competitivos se contempla también la vertiente más lúdica. Esa que tiene que ver con el mero aprendizaje del deporte sin mayores aspiraciones. Pero en cualquier caso es un buen momento para probar en la competición. «Creemos que la natación cántabra está en un buen momento y eso queda demostrado con la gran cantidad de chavales que lo practican». «Lo importante es que se mantenga el apoyo de las instituciones, sin lo que no sería posible continuar con toda la infraestructura que requiere una organización de competición de este calibre». Los técnicos le agradecen el apoyo a las federaciones de natación y socorrismo, al mismo Body Factory «y en especial también a los padres. Sin ellos no podríamos funcionar. El niño necesita su apoyo, ver cómo se ilusionan cuando evolucionan, cuando ganan una medalla o cuando su entrenador les dice que ha evolucionado en algún aspecto. Los padres son el fundamento de nuestro proyecto», zanja Roberto Díaz.
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