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Un año lleno de grandes momentos
Deporte en Cantabria

Un año lleno de grandes momentos

Lunes, 30 de diciembre 2024, 07:18

El 2024 que termina mañana deja muchos instantes para la historia en el deporte cántabro. Tanto a nivel local, como nacional e incluso mundial, deportistas o equipos de la región han brillado con luz propia y protagonizado imágenes que ya serán inolvidables.

  1. Atletismo

    Una marca entre las mejores de la historia en los 800 metros

Attaoui, a la derecha, tras Sedjati en la recta final del 800. Reuters

Subcampeón de Europa, campeón de España, quinto en la final de sus primeros Juegos Olímpicos... Los hitos del torrelaveguense Mohamed Attaoui en este 2024 han sido muchos y excelsos. Pero quizá a todos esos honores les supera lo que ocurrió en la tarde del 12 de julio en el estadio Luis IIde Mónaco, uno de los templos del atletismo mundial. En el 800, se voló. Tanto que Attaoui, segundo en la prueba tras el argelino Djamel Sedjati, armó una buena. Su tiempo, 1.42.04. Una auténtica 'marcianada', ya que hasta ese día el mejor crono del torrelaveguense era de 1.44.35. Meterle un recorte de dos segundos y 31 centésimas a una marca en el '8' no es usual. De paso, ese tiempo suponía un nuevo récord de España, para triturar el 1.43.65 de Saúl Ordóñez desde 2018.

Ese día, Attaoui entraba entre las diez mejores marcas de la historia en esa distancia, se abría la puerta a los mejores mítines del mundo... Y confirmaba que ya no era una gran promesa, sino una realidad en toda regla. El 800 está cogiendo un nivel altísimo a nivel mundial y el cántabro quiere estar en esas grandes carreras en las que se jueguen los títulos.

  1. Balonmano

    Un gol para jugar una final de Copa y viajar por Europa

Los jugadores del Bathco festejan el pase a la final de Copa. D. Torres

En el balonmano español, cortesía de esa tiranía que parece ya casi eterna que ejerce el Barcelona, no se puede hablar de conseguir títulos. Esos están reservados para los culés. Así que toca conformarse con jugar las finales ante ellos, porque eso también garantiza otras cosas. En la Copa del Rey que se jugaba en Jaén, el Bathco Torrelavega se medía en las semifinales al Logroño La Rioja el 1 de junio, tras haber apeado en cuartos de final al Cuenca (31-30). El último paso para asegurarse el jugar en Europa la próxima –esta– temporada. El encuentro en el Olivo Arena, al igual que ocurrió ante los conquenses, no pudo estar más igualado. Tanto que se llegó con empate a 28 goles a los últimos instantes del partido. Ya comenzado el último minuto del encuentro, Fabrizio Casanova anotaba el gol que a la postre daría a los torrelaveguenses la clasificación para la final. En ella, el Barcelona no dio opción (23-36), pero en el balonmano español no está nada mal ser el primero del resto. El premio por llegar a la final era jugar en este curso en competición europea. El cuarto equipo en la historia de la región en conseguirlo.

  1. Natación

    Un campeonato impecable para ser el mejor de Europa

Teo del Riego, tras ganar el título de 50 mariposa en Vilnius. Euroacuatics x

Mejor tiempo en las series de calificación, con un 23.41 que era el récord de los campeonatos. Mejor tiempo en las semifinales, con 23.46. No era muy complicado adjudicar al torrelaveguense Teo del Riego el papel de gran favorito en la final de los 50 metros mariposa del Europeo júnior que se celebraba en Vilnius, la capital de Lituania. Y el 7 de julio, Teo sacó a pasear por esa pileta el inmenso potencial que atesora y que le hace ser, en esa distancia, ya campeón de España absoluto.

Un año antes, en Belgrado, Teo del Riego se había quedado a ocho centésimas del bronce. Fue cuarto. Por la calle 1, apenas pudo ver a sus rivales. El Vilnius nadaba por la 4, la reservada a los mejores de la serie. Ni el italiano Daniele Momoni ni el austriaco Lukas Edl, que nadaban a derecha y a izquierda, respectivamente, del cántabro, pudieron contrarrestar el tramo final del nado de Teo del Riego. Sus 23.44, además de constatar la gran regularidad de Teo durante todo el campeonato, valieron una medalla de oro para quien está llamado a escribir las páginas más brillantes de la natación cántabra. A sus 18 años, el futuro es suyo.

  1. Remo

    El ascenso a la máxima categoría tras un playoff perfecto

El equipo femenino de Astillero celebra el ascenso. sdr astillero facebook

Había ganado el título de la categoría, la Liga ETE, pero faltaba redondearlo con el gran objetivo. El ascenso a la máxima categoría del remo femenino, la Liga Euskotren. Y Astillero cumplió con ese papel de favorito que le daba el título liguero. El sábado, 14 de septiembre, las azules ya daban el primer golpe en la mesa. Aunque por apenas doce centésimas, se imponían a Zumaia en la Bandera de Bermeo. Cuatro puntos en la cuenta en la primera regata del playoff. Faltaba solo la regata del domingo, 15 de septiembre, en Portugalete. La marea azul de aficionados ya recibía con ánimos y bocinas al equipo patroneado por Angi Fernández. La misma tripulación que un día antes había bogado en Bermeo lo hizo en Portugalete. Y de nuevo, aunque esta vez con un poco más de diferencia (un segundo y 86 centésimas), Astillero volvía a cruzar la meta por delante de Zumaia. Gritos de alegría, bengalas azules... Astillero se ganaba el derecho a remar entre la élite del remo en este 2025 y hacer historia. Solo en 2009, y con un formato muy distinto al actual, una trainera femenina cántabra había tenido representación entre las mejores del remo.

  1. Vela

    El sueño convertido en oro de un enamorado de la vela

Florian Trittel y Diego Botín, tras ganar el oro en la clase 49er. EFE

Fue un viernes, 2 de agosto. Cortesía del viento que se negó a soplar un día antes y que puso a prueba –más aún– los nervios y la paciencia de los aficionados al deporte en Cantabria. Un paisano, Diego Botín, junto al catalán Florian Trittel, lo tenía todo a favor para ganar la medalla de oro en la clase 49er de los Juegos de París. Pero ese jueves el viento se negó a soplar en Marsella. Los de la vela ya saben cómo es esto y se ponían menos nerviosos.

El viernes, día 2, la cosa no amanecía demasiado boyante. Poco o nada. Pero a lo largo de la mañana el viento sí se animaba a soplar. Las cuentas estaban claras en esa medal race, la regata entre los diez mejores barcos y que puntúa doble. Si Diego y 'Flo' eran terceros, no había más que hablar. Campeones.

El patrón de ese barco es un santanderino enamorado de la vela que busca siempre un imposible. La regata perfecta. Y siempre dice que no se puede conseguir. Pero esa medal race en Marsella a buen seguro que se le parecerá mucho. Diego y Florian debieron decirse a sí mismos que de ganar, hacerlo a lo grande. Sobre la una y cuarto de la tarde, el 'ESP' arrancó como un caballo salvaje con velas y empezó a enseñar la popa a todos sus rivales. Y para ayudar en el asunto, los irlandeses Dickson y Waddilove, segundos, la liaban en la salida y tenían que repetirla. La cosa se ponía muy, pero que muy de cara.

Y el barco español empezó una regata de lo más placentera. Esos poco más de veinte minutos que suele durar una regata del 'forty' a ratos parecía un entrenamiento por la bahía. Diego y 'Flo' solo cedieron el liderato durante unos metros ante los neerlandeses Lambriex y Van de Werken. Al punto lo recobraron. Porque no había mejor forma de sellar la medalla de oro que ganando la medal race. El 'forty' español realizó la última maniobra, izó su spinnaker y se dirigió a toda velocidad a la meta. Sin ningún barco azuzándole. Dio tiempo a festejar un buen rato lo que estaba por venir. El primer oro de la delegación española en los Juegos de París. Antes habían ganado el bronce en el Mundial, el título de SailGP, meses después fueron nombrados mejores regatistas del mundo... Pero ese 2 de agosto, Diego Botín y Florian Trittel lograron el título que les acompañará toda una vida. Campeones olímpicos.

  1. Tenis

    El bronce que se empezó a ganar justo después de perder la semifinal

Bucsa, a la derecha, abraza eufórica a Sorribes tras lograr el bronce. Reuters

Se dice que una medalla de plata se pierde, al haber caído en la final por el oro, y un bronce se gana. Cristina Bucsa encaraba junto a Sara Sorribes el túnel de vestuarios tras perder una de las semifinales de dobles femeninos en los Juegos de París ante las rusas Andreeva y Shnaider (6-1, 6-2) en la tarde del 2 de agosto. «Sara, vamos a ganar el bronce», dijo la torrelaveguense camino del vestuario, ante la petición de un poco de calma por parte de su compañera castellonense. El primer golpe para el partido por esa última medalla en juego ya se había dado.

Ese 'golpe' de ventaja en forma de confianza resultó definitivo. Porque en el mediodía del día 4 de agosto, en la Philippe Chatrier, la central de Roland Garros, solo hubo un dúo en la pista. Las checas Muchova y Noskova no tuvieron opción ante una dupla española que jugó un encuentro simplemente soberbio. Un 6-2 en el primer set daba muestras de quién era la pareja más fuerte. Con 5-2 en el segundo, sacaba Bucsa. Y con 40-15 llegaron dos bolas de medalla de bronce. Solo hizo falta una. Sorribes cruzó su raqueta para dar el punto y la medalla para ella y una Cristina Bucsa que empezó a ganar el partido dos días antes.

  1. Voleibol

    El pabellón que hizo conquistar la Copa más especial a su equipo

Hernández celebra el triunfo en la final, con toda la grada en pie. J. Rosendo

Al Matilde de la Torre de Cabezón de la Sal le llaman el Templo del Norte. Muchos equipos ven con envidia cómo anima esa grada al Textil Santanderina. El voleibol no es un deporte de masas y otros conjuntos no llevan a tanta gente ni es tan animosa. Esa envidia del voleibol patrio acogía la Copa del Príncipe de este 2024. El Textil buscaba el título –el segundo en su palmarés– más especial, porque suponía ganarlo ante su gente. Los de Cabezón no pudieron sufrir más en la primera fase y en la semifinal. Porque los tres partidos que jugaron, se saldaron con un quinto set, aunque todos cayeron de su lado. La final les enfrentaba en el mediodía del 14 de enero al Leganés. Ese día y a esa hora, el Templo del Norte se transmutó en una suerte de manicomio. Porque una grada repleta acogía a un millar de 'locos' que no paraban de animar, chillar, cantar, bailar... Costaba oír los propios pensamientos. Con semejante ayuda, el Textil hizo un partido redondo. 0-3 y la segunda Copa del Príncipe a las vitrinas. Un trofeo para todos porque pocas veces una grada ha ayudado tanto a un equipo a ganar un título.

  1. Boxeo

    Un último combate en casa y que puede ser el final de una trayectoria

Sergio García, tras el combate ante Emiliano Ezequiel. Luis Palomeque

La noche del 29 de noviembre fue especial para los aficionados al boxeo. El rival, el argentino Emiliano Ezequiel, era el sustituto a última hora del venezolano Luis Enrique Romero. Pero ese combate, sin nada en juego y ante un rival menor, era el último en Torrelavega de Sergio García, como él mismo se encargó de confirmar tras la pelea que ganó cuando en el sexto asalto el hombro izquierdo de su rival dijo basta.

«Si el tío Sampson –Lewkowicz, su manager en Estados Unidos– llama, pues habrá que dar un paseo por allí», señalaba El Niño tras la pelea. Una buena contraprestación económica será lo único que haga moverse de nuevo a un ring a un púgil que hasta en cuatro ocasiones se ha hecho con el cetro europeo del peso superwelter. Pero si esa propuesta no llega, el de esa noche en el Vicente Trueba habrá sido el último combate de un púgil que ha marcado una época en el boxeo cántabro. «La verdad que solo puedo estar agradecido del boxeo y de la afición de Torrelavega y de representar a esta gente en la medida de lo posible. Solo puedo daros las gracias a todos», resumía Sergio García tras una pelea en la que decía adiós a los suyos y quién sabe si a su deporte.

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