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Mohamed Attaoui rozó el éxito en su primera participación en un Mundial de Atletismo. Esta noche, en la semifinal de 800 metros firmó una carrera perfecta con marca personal incluida, pero aun así acabó quinto y quedó apeado de la final.
El torrelaveguense tenía claro ... lo que tenía que hacer para tener una opción colarse en las dos primeras plazas que daban derecho a acceder a la lucha por las medallas y lo hizo, pero se encontró una carrera vertiginosa con unos rivales que se superaron –hubo tres marcas personales además de la suya– y en los últimos diez metros vio cómo se le escapaba la final.
Attaoui paró el reloj en 1.44.35, nunca antes había corrido sobre la distancia tan rápido, por lo que el cántabro dio lo que tenía, pero sus rivales también y la calidad de estos eclipsó su más que sobresaliente actuación. Attaoui se quedó a tan solo dos centésimas de sentarse en las sillas calientes que dan al menos el derecho de encontrar un atajo para la final a través de los tiempos. No pudo ser.
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Igor Barcia
Aun así, no puede ni mucho menos ensombrecer la espectacular temporada que está cuajando el pupilo de Raúl Gutiérrez, que tras quedar campeón de Europa sub 23 de 1.500 metros, acudió a la cita mundialista de Budapest, su debut en la élite del atletismo, sin ninguna presión más que la que él mismo se quisiera poner. Attaoui salió muy concentrado. Se señaló la inscripción en su pecho en donde rezaba España. Fue la única concesión que se permitió, luego, a correr. Y lo hizo muy bien colocado desde el inicio.
Cogió la cuerda y minimizó al máximo sus errores y defectos; apostó por ir por dentro para evitar cualquier metro de más. «No se podía regalar nada, porque los rivales eran muy fuertes», señaló al acabar su participación. Habían pasado unos minutos de su eliminación y su cara y sus palabras lo explicaban todo. «Me da mucha rabia. Estoy contento con la carrera que he hecho, pero me da rabia quedarme fuera por tan poco». El torrelaveguense lo tuvo muy cerca: «A falta de cien metros iba superbien. Miraba a mi lado y solo veía al británico. Pero en los últimos diez metros han empezado a aparecer y no he podido hacer nada más». Resignado y con esa rabia de la que hablaba, esta joven promesa del atletismo español ya piensa en Roma, París o Glasgow... Próximas citas que a buen seguro le acogerán porque tiene en sus piernas alguna medalla que colgarse. Su serie fue la segunda más rápida, ya que la última se volvió a superar con dos atletas por debajo de 1.44.00. Un nivel altísimo.
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