La ola azul no falla a su cita con el Paseo Pereda

Para muchos no fue una mañana fácil. Al despiste habitual del cambio de hora, aunque en esta ocasión favoreciese llegar temprano, se unió una tímida lluvia que asomó desde primera hora de la mañana. Sin embargo, hay citas en las que hay que estar, no por obligación, sino porque el ambiente, la ilusión de los más pequeños o el deporte en familia son elementos suficientes para que correr un domingo por la mañana merezcan la pena. La carrera de El Diario Montañés, que alcanzaba su décimo aniversario, llenó un año más el Paseo Pereda de una marea que transformó el gris matinal de Santander en una serpiente de piel azul que tiñó de ejercicio e ilusión el final del mes de octubre.

El atraso de los relojes trajo consigo las nubes y un descenso en los termómetros que ayudó a que las piernas respondieran mejor. Y eso que en una fiesta del deporte como la que se dio este domingo en el corazón de Santander las marcas eran lo de menos, especialmente en el acto de apertura de la competición, la carrera de los dos kilómetros. Pensaba especialmente para familias, la arteria principal de la capital asistió a un desfile de padres con hijos, de madres con carritos, de mascotas y asistió, sobre todo, al estreno sobre el asfalto de decenas de niños que antes del pistoletazo de salida templaban nervios como podían.

Entre los progenitores había acuerdo: la carrera iba a ser lo que los niños quisieran. Con el nexo común en el inicio de los más jóvenes en el mundo atlético, los padres se adaptaron al ritmo de sus hijos, a los que primero instruyeron en el arte del calentamiento, tan importante como el desarrollo de la prueba. Y, como era una fiesta, no había piques y los hermanos aseguraban que no iban a competir entre sí. En total la cita contó con 306 inscritos.

Con salida en la Delegación de Hacienda, la carrera más corta discurría hasta la rotonda de Castelar para regresar de nuevo al punto de partida. Para los atletas más expertos fue el punto de partida de la mañana, un calentamiento para retos más largos y una manera también de sentirse arropado por la faceta más popular del deporte. El triunfador fue Diego Cuadrado, que aventajó al reinosano Carlos García y a Antonio Pérez. Con problemas de lesiones durante los últimos meses, el indiscutible nombre propio de los diez años de historia de la carrera de El Diario Montañés reconocía que «sorprendentemente me he encontrado mal, a lo mejor iba muy frío». Pese a ello, dominio absoluto y a trotar para preparar la siguiente.

Y es que con un pequeño impasse para tomar aire ocuparon la línea de salida los participantes en las distancias largas, cinco y diez kilómetros. Palabras mayores para algunos, los metros habituales de entrenamiento para muchos y el momento de los más expertos de convertir la fiesta en competición, siempre sin abandonar su carácter popular. Esta vez el recorrido tenía dos puntos divergentes con respecto al habitual: la salida era en dirección al Ayuntamiento y los atletas evitaban la Cuesta del Gas, un puerto de categoría en una prueba que, como reconocía Cuadrado, contaba con un entorno de excepción. «La subida era criminal, este año el circuito estaba muy bien».

8Ediciones se ha llevado Diego Cuadrado, el gran dominador de la competición especialmente en la distancia larga, los diez kilómetros.

306Personas de todas las edades participaron en la carrera de dos kilómetros, la más numerosa y que estuvo repleta de familias de todas las edades y condiciones físicas.

Con 298 inscritos en los 5.000 metros y 184 en los 10.000 arrancaron dos carreras que no perdieron su esencia y contaron con familias, niños y una mascota que no falló en su objetivo de cruzar la línea de meta. Además de atletas y populares la competición contó con personas vinculadas al mundo del deporte como Carlos del Barrio, copiloto de rallies que ha compartido coche con Chus Puras o Dani Sordo, o Francisco Javier Gómez Cantolla, masajista del equipo ciclista Movistar.

El pistoletazo fue una estampida que puso en marcha a federados y populares en busca de mejorar marca. Desde el inicio Cuadrado tomó el mando y fue el encargado de pasar en primer lugar por los cinco kilómetros, antes incluso que los protagonistas de esa prueba. «En esta iba muy cómodo», aseguraba. Mientras el atleta más laureado de los diez años de vida del evento completaba la segunda vuelta cruzaba la meta el triunfador de la distancia corta, Jorge San Martín, especialista en triatlón y que saltó a competir después de un duro entrenamiento en la víspera. «Estoy contento, he hecho buen tiempo en un circuito maravilloso. Me dedico a entrenar a deportistas y he cumplido con el objetivo de bajar de tres minutos veinte segundos el kilómetro después de entrenar ayer durante cuatro horas». La llegada de esta carrera fue la más intensa de la mañana y se resolvió con la foto finish a favor de Antonio Pérez, que repitió podio y posición con respecto a la de dos kilómetros, ante Borja Lastra.

En categoría femenina la mejor fue Carolina Sainz, que también cumplió con su marca. «Quería estar por debajo de 21 minutos y lo he logrado».

El goteo de competidores fue constante, todos ellos con la satisfacción de haber participado en una fiesta. Especialmente emotivo fue el cruce de la meta de Fernando Fernández y Francisco José Cobo, que con 78 y 76 años llegaron junto al final. «Nos motiva a correr la edad», tenía claro el primero. «Para retirarnos hay que matarnos», sentenciaba. Entre ambos acumulan más de 80 años de atletismo en sus piernas, horas y horas de asfalto y kilómetros de esfuerzo. Y, claro, en la fiesta del atletismo no podían faltar. Donde divergen sus opiniones es acerca de lo más entretenido del atletismo. Fernando reconoce que le gusta competir, mientras que para Francisco José lo bonito es salir a rodar entre semana, algo que hace, de media, tres días.

Apenas superada la media hora desde la puesta en marcha del crono Diego Cuadrado llegó a la meta por delante de José Ángel Sañudo y Javier Rueda. Unos minutos después hacía su aparición la ganadora de la categoría femenina, Laura Álvarez, asturiana afincada en Santoña y corredora durante muchos años de la Universidad de Oviedo. Verónica Gutiérrez y Eva Sánchez flanquearon a la triunfadora en el podio de una carrera cuya asistencia sorprendió al mismo Cuadrado. «Otros años salía mucha gente en dos y este año he visto mucha en la de diez. Ahora vienen muchas medias maratones y maratones y los atletas se preparan para ello».

Y al fondo, sin descanso, una ola azul que dio color a una mañana en la que ganar era lo de menos y que volvió a servir para que cientos de niños disfrutaran junto a sus padres. Que era el objetivo. Familias enteras haciendo deporte y disfrutando de una fiesta que ha llegado a sus primeros diez años en un gran estado de forma y llenando el corazón de Santander de cientos de aficionados a mantenerse en forma.

Una mañana de inicios y recuerdos, de reencuentros y de anécdotas que a buen seguro padres e hijos compartieron durante el aperitivo. Y, claro, de fotos. Las del inicio y las del final. Unos retratos para la posteridad, con la bahía de fondo, después de completar una carrera que ya es una clásica del calendario.

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