El Gahzouany se sale en el Bajo Pas

En la categoría femenina el primer puesto también se decantó pronto para Elena Loyo, aunque que detuvo el cronómetro en 1.14.48. Segunda fue Mónica Gutiérrez, a 44 segundos de la ganadora. Mónica subió al podio después de que ya lo hiciera en 2019, edición en la que obtuvo la victoria y estableció un récord de la prueba en aquel año. Completó el cajón la siempre incombustible Irene Pelayo. La atleta de Piélagos, que corría en casa, acudió a la prueba sin estar en su mejor momento pero de nuevo se colocó en los puestos altos de la clasificación.

La prueba repitió su clásico circuito; atractivo a la par que exigente y con alguna trampa que convierte a esta carrera en especial. Gahzouany salió sin ganas de hacer prisioneros. Marcó un ritmo infernal desde salida que solo pudo seguir, en un primer momento, Pablo Sánchez y Zakariya El Bouberkraoui. El cántabro sufriría sobre el kilómetro ocho y tuvo que levantar el pie. EL Bouberkraoui tomó al segunda posición, pero cada vez era más complicado dar alcance a la cabeza de carrera.

Entre las chicas, Loyo también tomo distancia y ni Gutiérrez ni Pelayo se le acercaban. Sin embargo las distancias no eran muy grandes y eso permitía dejar abierta cualquier sorpresa en caso de un desfallecimiento o un error de cálculo.

Por detrás de todos ellos, un rosario de 400 participantes progresaban en busca de su mejor versión. La prueba de nuevo reunió a más de la mitad de dorsales procedentes de fuera de Cantabria, lo que mantiene el atractivo de la misma entre los atletas foráneos.

Gahzouany administró la renta y fue Pablo Sánchez el que recuperó la segunda posición pasado el ecuador de la prueba. Se mantendría la ventaja en torno al minuto y medio, suficiente para que pudiera relajarse hasta el final y disfrutar de la victoria. Sin embargo no quiso levantar el pie, sabedor que podía pulverizar el anterior récord del BajoPas. Y así lo hizo. Entró en la línea de meta levantando los brazos y aplaudido por el personal que agradecía el esfuerzo del atleta del Club Atletismo Albacete.

Lo mismo con Loyo, que también se impuso en la categoría femenina. A partir de ahí el arco de meta se convirtió en un reguero de participantes apurando su mejor versión para concluir una citas habitual en la temporada.