Cuando la hierba y el barro saben tu nombre

Javier Crespo consigue en Liencres su decimosexto título de campeón cántabro de cross, mientras que Irene Pelayo se anota su octava corona

Marco García Vidart

Santander

Lunes, 4 de febrero 2019, 10:09

«Aspiro a estar lo más arriba posible». La frase tiene años. Muchos. Tantos como dieciséis. El 11 de febrero de 2003, Javier Crespo (Zurita, 1976), apuntaba sus intenciones tras ganar dos días antes el Campeonato de Cantabria de cross en Liencres. Su primer título. A buen seguro que el de Piélagos no podía ni imaginar que esa victoria se iba a repetir de forma machacona no sólo en esa década, sino en casi toda la siguiente.

Porque Javier Crespo se proclamó ayer, otra vez en Liencres, campeón regional de cross. Por decimosexta vez. Tan solo el año 2012 no vio el nombre del de Zurita en el palmarés de un campeonato que se perdió por lesión. En ese año de interrupción de la hegemonía de Crespo ganó Pepín Fuentes-Pila, ayer segundo defendiendo los colores del Cárcoba Ribamontán al Mar. El podio en Liencres lo cerró otro de los veteranos incombustibles del atletismo cántabro: Ricardo Lanza (Mainsa Sapporo). Y como el asunto va de rachas hegemónicas, en la prueba femenina hubo una muesca más en otra larga ristra de títulos regionales sobre 'prao'. Irene Pelayo (Esponzués, 1980) abrochaba su octava corona y le daba así al Piélagos el doblete en el cross de casa.

El rey del cross regional cogió el mando de las operaciones desde el principio en un circuito «ideal», según el propio Crespo, para correr como es el de Liencres. Por delante, cinco vueltas para completar 10.200 metros, en un trazado en el que el barro apenas había hecho mella en alguna curva, aunque de forma bastante superficial. El ritmo del hasta ayer quince veces campeón lo aguantaban Fuentes-Pila y Lanza. «Yo creo que ha sido en la cuarta vuelta, en la subida más larga al circuito, cuando se han abierto unos metros. Ahí intenté meter un poco más de ritmo. Aunque con prudencia. En este circuito, con muchos giros y continuos cambios de ritmo, si te pasas, lo pagas».

Los veteranos siguen dominando en una disciplina que no ha encontrado relevo

El lento despegue de Crespo le valió para sacar unos segundos de renta suficientes para plantarse solo en la meta. Diecisiete sacó de ventaja a Fuentes-Pila y 28 a Ricardo Lanza. Para ganar otra vez. La decimosexta.

Irene Pelayo (277) sentenció su octavo título en la última vuelta en Liencres Alberto Aja

El Regional de cross despierta, desde hace años, sentimientos a veces encontrados en Crespo. «El año pasado tenía que haber sido el último», reconoce. Pero cuando por un motivo, cuando por otro, el de Zurita llega en forma a un campeonato al que «todos queremos llegar en forma, porque es el momento culminante de la temporada de cross. No me lo planteo como una carrera súper importante, pero sí soy consciente de lo que se juega en este día». Con 42 años y esas pasadas experiencias, no se atreve a decir si el de ayer ha sido su último Regional. «Y ya ni me planteo clasificarme para Campeonatos de España ni esas cosas». Ahora, algo de descanso y recuperar «las pequeñas lesiones que se arrastran con la edad» y luego, las carreras de montaña. Su deseo es «desengancharme» de los Regionales, pero hasta que la decisión no sea del todo firme, sus rivales tienen un serio problema. Y desde hace 16 años.

Pelayo, en su línea

En la prueba femenina se vivió otro triunfo tan cómodo como el de la masculina. Irene Pelayo y Reyes Laso, ambas del Piélagos, se incrustaban en el grupo de las mejores júniors que tenían que dar una vuelta menos. Fue cuando las más jóvenes se iban para la meta cuando las dos atletas azules se quedaban solas ya en un mano a mano, con Dolores Marco (Kon Sports) ya más rezagada y cómodamente instalada en la tercera plaza. Así viajaron las dos atletas del Piélagos en la vuelta definitiva para encarar la última subida. En ella, Pelayo soltó a su compañera de equipo para llegar sola a la meta con nueve segundos de renta y firmar su octavo título.