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Imagen tomada poco después de la salida de la marea azul por las calles de Santander. Roberto Ruiz
Atletismo

Santander se vuelca con la Carrera Popular de El Diario

Cambios. Una pequeña inundaciónen la zona del Museo Marítimo obligó a recortar en unos 800 metros el circuito de las carreras largas, los 5K y 10K

Borja Cavia

Santander

Domingo, 29 de octubre 2023

Salir a correr no tiene término medio, o se ama o se odia. Hay personas que lo cogen con ganas, que empiezan tímidamente y a los pocos meses ya se calzan los espáis cuatro días a la semana y hay otras a las que el término 'running' les causa escalofríos. Cuenta la leyenda que hay incluso sobremesas navideñas que han acabado en acaloradas discusiones entre cuñados acerca de si rodar por asfalto es adecuado para las articulaciones o no. Sin embargo, ni siquiera los negacionistas del deporte al aire libre podrían oponerse a eventos como el que ayer tiñó de azul las calles del centro de Santander. La undécima edición de la Carrera Popular de El Diario Montañés dio luz a la mañana dominical, congregó a 900 corredores sobre el Paseo Pereda y demostró un año más que no hay nada como hacer deporte en familia. Diego Cuadrado, y con la de ayer van dieciséis (cuatro de ellas en la distancia máxima) y Paula Díez fueron los mejores en la carrera más larga de la jornada, la de los diez kilómetros.

Con permiso del verde racinguista, la capital cántabra es el azul del mar, de su bandera, y desde hace once años de una cita tan deportiva como festiva en la que caben desde los atletas más avezados hasta los niños que apenas empiezan a caminar y completan el recorrido del brazo de sus padres y madres. La competición es lo de menos… o no. Porque a todos les gusta ganar, sobre todo si se corre en familia y luego se puede presumir en la comida de haber llegado el primero.

Ese año hubo una novedad. Los clásicos dos, cinco y diez kilómetros cambiaron a última hora. El motivo, unas inundaciones en la zona del Museo Marítimo. Tampoco era cuestión de organizar un triatlón, de modo que se tuvo que recortar el circuito largo hasta dejarlo en 4,2 kilómetros. De su mano, el largo pasó a ser de 8,4 K. Así que nadie se asuste si ve las clasificaciones. No ha temblado ningún récord del mundo. El imponderable impidió esa lucha contra uno mismo, contra el yo de otros años, de algunos corredores, siempre atentos a su marca. Pero no deslució una gran jornada atlética y, sobre todo, festiva, de ocio y familiar.

Desde primera hora de la mañana el entorno de la línea de salida era un hervidero de corredores… y de nervios. Y es que los más jóvenes, atentos a las indicaciones de los mayores, se preparaban para la cita casi de una manera religiosa. Camiseta para la ocasión, zapatillas bien atadas, dorsal a la vista y un meneo de músculos que servía a partes iguales para entrar en calor y para calmar las ganas de tomar la salida. La misma estaba ubicada en la calle Calvo Sotelo, frente a la delegación de Hacienda, mismo punto al que retornaban los corredores tras, en el caso de los participantes en la distancia más corta, los 2.000 metros, llegar hasta el Palacio de Festivales. En el caso de los competidores en los cinco y diez kilómetros (estos últimos daban dos vueltas) su inicio era hacia el Ayuntamiento, para dar un giro de 180 grados antes de llegar a la Casa Consistorial y enfocar hacia el Paseo Pereda, Castelar, la Avenida Severiano Ballesteros, girar en el entorno del Paseo Marítimo y regresar hacia la meta.

CONSULTA AQUÍ LAS CLASIFICACIONES

A la vez que padres y madres dirigían el calentamiento intentaban frenar el ímpetu de los más calientes. Y es que ya se sabe, que a veces las ganas pueden a la cabeza fría y una salida rápida puede derivar en un final tortuoso. Medir bien las fuerzas es clave en toda competición deportiva, algunos incluso confesaban que les había costado dormir debido a los nervios de la carrera, aunque a la hora de la verdad miraban a sus progenitores desafiantes. 'Hoy gano yo' era el mensaje. Las ganas de correr eran tantas que antes incluso de que la alcaldesa de Santander, Gema Igual, diera la salida la Marea Azul ya inundaba el asfalto santanderino. De abuelos a nietos, de atletas habituales a niños que debutaban, la carrera corta convirtió la ciudad en una fiesta en la que unos querían ganar, otros llegar lo antes posible y, la mayoría, disfrutar en familia de una matinal de deporte. Corriendo, trotando y andando, cualquier manera era buena para ejercitar los músculos y cruzar la línea de meta sonriendo. Manuel González, Juan Manuel Quevedo y Antonio Pérez fueron los primeros en hacerlo en categoría masculina. Miriam Dorao, Amaia González y Laura Terceño, en la femenina.

Porque, claro, por mucho que lo importante sea hacer deporte y disfrutar en familia, el evento no deja de ser una competición atlética. Si algún nombre está asociado al palmarés de la prueba es el de Diego Cuadrado, ganador ocho veces de la carrera corta, cuatro de la intermedia y, con la de ayer, otras cuatro de la distancia reina, los 10.000 metros. O, como se dice en el argot, los 10K, que finalmente no fueron diez kilómetros debido al acortamiento del recorrido. El santanderino ya partió dominador en una salida conjunta tras la que los corredores de fondo daban dos vueltas y los de medio fondo una, la que llevó al palentino Pablo Gallardo a la meta por delante de Ismael Gandarillas y José Ángel Sañudo.

Mientras Cuadrado seguía a lo suyo y, pese a no estar en su mejor año, dominaba la prueba reina con holgura sobre Santiago Santa Cruz y Luis Vélez, en la categoría femenina Raquel López se imponía en la distancia media ante María Rosa Pérez y Cecilia Arenal, mientras que en la más larga era Paula Díez la que triunfaba por delante de Elena García y Rosa Rogina.

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