El mejor decatlón tenía otras dos 'pruebas'

El mejor decatleta de España, el que ostenta el título de campeón desde este pasado sábado, es un cántabro. Bruno Comín (Santander, 1 de marzo de 2000) consiguió en la localidad valenciana de Torrent su segundo título de campeón de España de decatlón, tras el logrado en el año 2020. Y lo hizo en una competición mucho más que notable. Tres mejores marcas de la temporada –100 lisos, 400 metros y pértiga– y cinco mejores marcas de siempre: en peso, altura, disco, jabalina y 1.500. Además, su registro de 7.979 puntos es su mejor marca de siempre en decatlón. Aunque a esas diez pruebas de esa competición que se realiza en dos días les acompañaban otras dos. Una, la llevaba el propio santanderino encima, en forma de paliza a lo largo de una temporada ya muy larga. Y la otra, era común para todos sus compañeros. El calor y la humedad que hacían en Torrent se convirtieron en enemigos más que serios. Incluso estuvieron a punto de arruinar el oro del cántabro.

Aún así, Comín califica el decatlón de Torrent como «súper divertido», pero al punto añade sobre la primera de esas 'pruebas' que llevaba en su mochila. «No iba en mi mejor momento», relata. En Estados Unidos, donde estudia, «la temporada empieza en la segunda semana de enero. Y competimos cada fin de semana. Por eso sabía que este decatlón del Campeonato de España iba a ser súper duro». Al menos, venía mentalizado para ello. «Sabía que había que pelear cada punto».

A pesar de esa temporada tan extensa, en la que batió en Estados Unidos su plusmarca regional de heptatlón en dos ocasiones, el santanderino llegaba a Torrent «con mucha confianza». Por eso, su mejor marca de siempre en decatlón en este Campeonato de España «no ha sido» una sorpresa para sí mismo. Incluso a una competición tan soberbia el cántabro le pone peros. «Las mejores marcas han sido en pruebas técnicas. En pruebas explosivas no he estado en mis marcas». Y manda un aviso a navegantes de cara al futuro. «Cuando haga un decatlón bueno, esta marca de 7.979 puntos pasará a la historia».

Pero todo lo que ocurrió en Torrent estuvo a punto de irse a traste. En la localidad valenciana a finales de julio era de lo más previsible que el calor pegase de lo lindo. Y lo hizo. A unos diez kilómetros del Mediterráneo, además la humedad hizo de las suyas para convertir ya solo el calentamiento de los atletas en una tortura. En la segunda y última jornada del decatlón, el sábado, en la sesión de mañana llegó «un momento crítico», apunta Comín. A las 11.40 de la mañana estaba programada la prueba de salto con pértiga, en la que el cántabro fue tercero con 4.60 metros, su mejor marca de la temporada. «Pero llegué a la casa en la que estábamos temblando del calor. Me metí en una bañera con hielo. Mi madre y mi fisio pensaban que no iba a hacer la jabalina, la primera prueba de la tarde. Pero una siesta, con bolsas de hielo, me ayudó». Comín fue tercero en la jabalina (56.27 metros, su mejor marca de siempre) y remató con esos 1.500 para el recuerdo pegado a Jorge Dávila para amarrar el título.

La contraposición a ese momento extremo vino en el concurso de salto de altura. «Me lo pasé genial», rememora el santanderino entre risas. Voló por encima de los 2.06, su mejor marca de siempre. A cada salto era jaleado por su familia y amigos que estaban muy cerca de la pista. Y a cada vuelo por encima del listón él respondía con un festejo. Sus sensaciones eran tan buenas que ni se dio cuenta de que por esos 2.06 voló aún con margen. «No pensé que había pasado 'sobrao'. De cadera iba alto. Más marca, para la temporada que viene».

Esa próxima campaña tiene un objetivo claro. París acoge los Juegos Olímpicos. La mínima para competir ahí suena aún muy alta. «Se pide 8.400 puntos. Pero por ranking, yo creo que con un par de pruebas en torno a los 8.100 se puede estar». Ese objetivo lo preparará sobre todo en Estados Unidos, donde estudia en la Universidad de Washington. «Aquí acabé Ciencias del Deporte e hice la mitad de los estudios de Nutrición, que hago allí. Este próximo año me gradúo». De los medios con los que cuenta allí, Comín destaca «la cantidad de profesionales que tienes al lado. Y todos hablando entre ellos y trabajando en el mismo objetivo». Como hay muchos atletas de todas las disciplinas «te sientes como en un centro de alto rendimiento. Ves atletas de gran nivel, aunque supongo que también pensarán ellos eso de mí», añade entre risas.

Tocará trabajar de nuevo en invierno, «porque las marcas en heptatlón también ayudarán para ir a París». La filosofía a la hora de entrenar no es distribuir las diez disciplinas a lo largo de los días y entrenar sin más. «Voy a cada entrenamiento teniendo muy claro lo que quiero mejorar. Creo que mi mejora vendrá en 'rascar' cada punto en cada prueba. Ese es mi objetivo de cara a la próxima temporada».

Todo llevará a un día en el que Comín espera que llegue ese decatlón más perfecto aún que el de Torrent. Y como ocurrió en la localidad valenciana, los decatletas tienen que centrar muy bien el tiro. «Hacer dos o tres al año es lo ideal. Porque tardas tres semanas en recuperar un decatlón». A pesar de su imponente estampa de atleta y sus poco más de 23 años, el oro de Torrent duele durante esta semana. «Cuando me levanto de la cama, estoy destrozado», apunta. Tras el Campeonato de España, llega el fin de temporada. Las vacaciones para que el campeón de España de decatlón recupere «molestias y dolores», y piense «en el objetivo» con mayúsculas. Su gran reto. Ser olímpico el próximo verano en París.