Mohamed Attaoui, quinto en la final de los 800 metros

La final del 800 en el Stade de France reunía a lo mejor del mundo en esta disciplina. Y por derecho propio, estaba el cántabro. Las opciones de Attaoui pasaban por una final 'lenta', a un ritmo de 1.44 o superior. Pero con tres galgos por debajo del 1.42 como mejor marca -Sedjati, Wanyonyi y el francés Gabriel Tual- quedaba la incógnita de quién marcaría un ritmo altísimo para así descartar a más posibles contendientes al podio. Desde el inicio, las dudas quedaron despejadas. Emmanuel Wanyonyi, que tanto en su serie de calificación como en la semifinal se había encargado de llevar con el gancho a todos sus perseguidores, hizo lo mismo en la final.

Attaoui, fiel a su estilo de los últimos tiempos, empezó corriendo a cola de grupo. El africano marcaba un gran 50.28 al paso por el 400. Pero antes del toque de campana, el torrelaveguense ya había remontado posiciones. El ritmo iba demasiado rápido y cualquier cambio le podía dejar sin opciones si iba tan retrasado. Así, que al paso por el '4' Attaoui iba ya en la quinta plaza.

El canadiense Arop, aparte de ser el campeón mundial una impresionante mole de 1.93 de altura, rebasaba al cántabro. Y a su rueda se llevaba al argelino Sedjati. Ambos salieron por fuera para enjugar metros con Wanyonyi, que seguía liderando la prueba junto al ídolo local y campeón de Europa, el galo Tual. Mientras, 'Moha' se quedaba por el interior de la cuerda. Del mal el menos, había que correr menos distancia.

Y empezaron los ataques. Arop y a su rueda Sedjati, empezaron a progresar. Y Attaoui por dentro. Aguantaba el estadounidense Bryce Hoppel y se empezaba a desfondar el galo. La imponente zancada de Arop iba recortando distancias y solo quedaba por delante Wanyonyi. Mientras, Attaoui progresaba por el interior, pero no pudo con un Bryce Hoppel que intentó seguir a Sedjati pero no pudo. Wanyonyi, aunque por apenas una centésima, se llevaba el título olímpico, por delante de Arop y algo más de margen sobre Hoppel. Los cuatro, por debajo de 1.42. El primero en superar, por muy poco, esa barrera fue Mohamed Attaoui, con 1.42.08 para hacer la segunda mejor carrera de su vida. En la segunda mejor carrera de todos los tiempos en unos Juegos Olímpicos, un torrelaveguense se ha medido de forma mucho más que digna con la élite del 800 mundial.