Reyes Laso y Carlos García, campeones de Cantabria de cross

Se las prometían felices los atletas durante el calentamiento. No parecía Reinosa a primeros de año más allá de por el circo de nieve de los alrededores. Casi con el pistoletazo de salida de la prueba femenina, salió el aire. Mal, de ida. Bien, de vuelta. Lo mejor es que a las/los que corrían no se les caía la moquilla como a los que estaban apostados fuera.

La sub 18 Daniela Rada marcó el ritmo inicial entre las mujeres, con una Dolores Marco como primera absoluta, por detrás. En fila de a una, Marina Linares (sub-18), Lidia San Román (sub-20)... Y atrás, escondiduca, Reyes Laso. Como que pasaba por allí.

La prueba sufrió un aclarado cuando Daniela Rada se hizo con el título de su categoría y Lidia San Román, de la suya. Ahí, se limpió la pista y Dolores Marco y Reyes Laso se quedaron sola. Por ese orden. Así pasaron por meta antes de la última vuelta, aunque la del Piélagos había recortado distancias. Y en la otra punta del recorrido, donde no había público y nadie la veía, afiló la guadaña y completó el sorpaso para hacerse con el título de reina cántabra del cross. Que sí, que faltaba gente importante, pero ella estaba allí y fue la mejor. Y eso nadie se lo quita.

Los hombres, quizá por aquello del frío, optaron por ir en grupo. Sin uno de los grandes favoritos, Santi Cobo, por lesión, Bruno Villazón, del Camargo, endureció el inicio de la carrera, pero sus rivales le cobraron la osadía. Pronto se formó un trío, con Ricardo Lanza, un Jorge Ruiz muy protagonista y el propio Villazón. Ahí se agarró Carlos García Navarrete, a la espera de lo que pudiese pasar.

A falta de dos vueltas, las cosas se pusieron serias. Jorge Ruiz aceleró y puso a sus compañeros de viaje en fila. Villazón ya se había quedado y a su compañero del Camargo le seguían Carlos García Navarrete y Ricardo Lanza.

Precisamente fue este último el que quiso poner el turbo cuando arrancó el último giro. Y eso que los tres de cabeza tuvieron que advertir al juez encargado que se venía lo bueno. «Queda una, no dos». Cartel equivocado. Mientras se arreglaba el despiste, en la zona con más barro, Carlos García Navarrete se vio más fuerte que los demás. La sensación era acertada. Donde peor traccionaban los atletas, comenzó a abrir distancias. Jorge Ruiz sufría en segunda posición y Ricardo Lanza, en tercera.

Y aunque al atleta del Villa de Noja se le hizo larga la última vuelta, administró bien la renta obtenida para revalidar su título. Ruiz cruzó en segunda posición y para dilucidar la tercera hubo que tirar de suspense. Jonathan Arobes, quinto y fuera del grupo cabecero durante gran parte de la prueba, fue de menos a más y llegó a tiempo para arrebatarle el tercer cajón del podio a un Ricardo Lanza que acabó por los suelos en la línea de meta.

Los honores ya estaban repartidos. Aún quedaba algún atleta rezagado en el trazado, pero la cellisca, que sólo había bajado Brañavieja para participar en el Regional de Cross, comenzó a hacer el camino de vuelta a la montaña. Y subió algo -tampoco mucho, ¿eh?- la temperatura. El aire amainó. Incluso apareció tímidamente el sol. Reinosa, invierno y cross no pueden ser ingredientes de una carrera sin dureza.