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«A esa velocidad va todo tan rápido, que tienes que tener todo planeado. En carrera sí tienes un poco de tiempo para pensar en algo, pero poco». Mohamed Attaoui (Beni Mellal, Marruecos, 26 de septiembre de 2001), comenta entre risas cómo se ve todo ... en una carrera de 1.500 metros a un ritmo de 3.37.76. El pasado 26 de mayo, el mítin Jaén Paraíso Interior reunía en la localidad de Andújar a un buen elenco de atletas en una competición aún tempranera en el calendario al aire libre. Y allí que estaba un torrelaveguense -lleva en la capital del Besaya desde los seis años- que había llegado el día anterior de entrenar en altura, que durmió fatal la noche antes de la carrera... El resultado, esos 3.37.76 que suponen no sólo su mejor marca, sino también el récord absoluto de Cantabria de la distancia. Aunque a ese dato hay que ponerle un asterisco. Un tal José Manuel Abascal tiene unos esplendorosos 3.31.13, pero ya no competía con licencia cántabra cuando lo logró Cuando sí la tenía, aún en edad sub-23, acreditó 3.37.93 en el año 1979. Así, que la Cántabra da como nueva plusmarca regional el tiempo de Attaoui en Andújar.
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«Muchas veces lo he planificado todo bien y no sale así», añade el torrelaveguense entre la permanente sonrisa que le acompaña durante toda la entrevista. Attaoui venía de hacer «una gran temporada de pista cubierta», con el título nacional sub-23 y, posteriormente, la segunda plaza en el Nacional absoluto, solo por detrás de Ignacio Fontes. Tras ese Campeonato de España Attaoui descansó «una semana». «Pero cuando quise empezar otra vez, tuve que parar por una tendinitis en la rodilla izquierda. A finales de marzo empecé a entrenar suave -además coincidió con el comienzo del Ramadán-, y ya a principios de mayo, comencé a entrenar en altura». Así que el cántabro se presentó en Andújar prácticamente con lo justo. «Del entrenamiento en altura bajé un día antes. Y ya en Andújar dormí fatal la noche antes», rememora entre risas.
Por si fueran pocas carambolas en una preparación, el 'milqui' de la localidad jiennense también iba a tener su historia. «Iba a haber dos series. Pero al final nos metieron a todos en la misma. 21 atletas». El cántabro se puso en el grupo delantero, que viajó con una liebre que pasó por 2.25 en el primer kilómetro. Al toque de campana que indicaba la última vuelta, Attaoui corría casi a la par con el keniata Kamar Etiang, a la postre ganador de la prueba. Y en la recta de meta, Attaoui fue el primer español, en la cuarta plaza. En el mismo segundo que dos atletas que le precedieron Solo Etiang (3.36.35), estuvo en un escalón superior.
El torrelaveguense, que milita en el Playas de Castellón aunque entrena en la capital del Besaya a las órdenes de Raúl Gutiérrez, siempre ha mirado las plusmarcas regionales en su categoría en pista cubierta. «En los 3.000 estoy a un segundo de José Manuel Abascal; en 1.500, a segundo y medio...». Pero esta vez, al aire libre y en una carrera que salió tan poco planificada, «ni me había fijado».
El torrelaveguense se ve con piernas para luchar por sus próximos objetivos. Tras correr hoy un 800 en Pamplona y un 1.500 el día 6 en el Mítin Iberoamericano de Huelva -«quizá el mejor mítin de España»-, a principios de julio correrá en el Campeonato de España sub-23 al aire libre. Su marca le da de sobra, pero deberá refrendarla «quedando entre los tres primeros» para así tener plaza con la selección en el Europeo de la categoría que se celebrará a mediados de julio en una localidad finlandesa bien conocida para los aficionados cántabros al fútbol: Espoo, donde el Racing jugó en la Copa de la UEFA.
Pero Attaoui mira más lejos. «Me gustaría ir al Mundial de Budapest del mes de agosto, pero para los atletas sub-23 la mínima es de 3.36.90». «Y lograr plaza tal y como está el atletismo español... Es que están Mo Katir, Fontes... Una barbaridad. El nivel del atletismo español es altísimo. No creo que ningún país europeo tenga algo igual ahora». La imaginación de Mohamed Attaoui vuela a la gran competición. «El sueño de un deportista son los Juegos Olímpicos. Si no es en 2024 en París, en Los Ángeles en 2028, a los que llegaré con 27 años».
Mientras llega todo eso, toca entrenar «seis días a la semana». En las pistas de Sniace, «donde entrena todo el grupo de aquí». Por tener un plan B, ha estudiado un grado medio de Telecomunicaciones y quiere hacer un grado superior. Aunque en el último año se ha dedicado a un atletismo «del que se puede vivir. Si sigo con esta progresión...». Él mismo se pone retos. «Yo creo que en este año puedo estar en 3.35 o 3.34». Y aún confía en ver la vida mucho más rápido en una pista de atletismo de lo que lo hizo en Andújar. «Creo que puedo con la barrera de los 3.30. Tengo muchos años por delante».
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