
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Tres segundos y 36 centésimas menos en su marca de 1.500, para dejarla en 3.36.12. Y dos segundos y 27 centésimas ... en los 800 metros, para situarla en unos estratosféricos 1.44.67 que son, directamente mínima olímpica. Además de títulos de campeón de España y subcampeón de Europa sub-23, plata absoluta en los 800 metros el domingo en Torrent, grandes opciones de ir al Mundial de Budapest de este mes de agosto -la lista se anuncia hoy-... Por eso, si el 1 de enero alguien hubiese dicho a Mohamed Attaoui (Beni Mellal, Marruecos, 26 de septiembre de 2001) todo eso, el torrelaveguense hubiese respondido con una gran sonrisa: «¿Qué me estás contando? ¿Estás loco? Deja de decir tonterías».
El torrelaveguense ya tiene asimilado que es el segundo mejor atleta de España en los 800 metros. Por apenas cinco centésimas cedió, en el último metro, ante el gallego Adrián Ben. «Suena muy bien», reconoce. Y eso que el campeonato que se disputó en la localidad valenciana fue lo más parecido a competir en el infierno. «Hacía un calor y una humedad del demonio. No recuerdo un campeonato con tan malas sensaciones calentando. En el hotel se estaba fresquito, pero cuando salías por la puerta...». La zona de calentamiento era un campo de fútbol anexo «donde no había nada, ni una grada que diese algo de sombra. Sudaba como si me hubiesen echado agua encima».
Attaoui debutaba en las semifinales en la tarde del sábado. Y para huir de esa chicharrera «calenté en un garaje de coches que había cerca». En la cámara de llamadas llegaron los primeros miedos. Su serie era la última de tres. A la final entraban los dos primeros de cada una y los dos mejores tiempos de todas. Y algún favorito o ya había caído o, caso del plusmarquista español, Saúl Ordóñez, estaba pendiente de entrar por tiempos. «Así que me dije que me iba a colocar delante desde el principio». Un pulso con Álvaro de Arriba, quedarse un poco encerrado en la primera curva de la última vuelta... El torrelaveguense compagina los 800 con los 1.500. Y entre ambas pruebas hay una gran diferencia. «En el 800 hay mucho menos margen de maniobra. Va todo muy rápido». Así que hay que tomar decisiones en un segundo. «A falta de 200 metros ataco y me evito problemas». Entró en meta sin mirar el crono. 1.46.85. Primero. Y el mejor tiempo de todas las series.
La final era la tarde del domingo. Y si por la mañana todo iba como siempre, por la tarde Attaoui se encontraba «raro. Calentando no me encontraba como siempre». De nuevo, el calor. «Más de 30 grados...». Pero un par de entrenamientos progresivos mejoran la cosa. La salida del cántabro es algo lenta -«siempre me cuesta»- y al coger la calle única, el cántabro ya se sitúa en el grupo cabecero que marcha detrás de un Saúl Ordóñez «que va a fuego». En un momento de carrera estuvo el peligro. «Javier Mirón me dio dos toques por detrás y casi me caigo», rememora entre risas».
En la contrameta de la última vuelta fue cuando Attaoui comenzó a progresar. Y en la última curva, lanzó su ataque. Ahí fue donde el torrelaveguense cree que cometió su único error. «Me precipité. Si llego a esperar a Adrián Ben... Pero no me guardé nada». El cántabro no vio venir a un gallego que solo pudo rebasarle en el último metro y que tenía bien estudiado al torrelaveguense. «En la entrevista que le hicieron después dijo que tenía que esperar a mi ataque».
Que todo un vigente campeón de Europa de pista cubierta diga eso llena de alegría al cántabro. «Por las sensaciones estoy súper contento. Por estar con los mejores de España, de Europa y del mundo. Y peleando con ellos hasta el último metro. Estoy orgulloso de todo el trabajo que llevo haciendo». La temporada que lleva el torrelaveguense le convierte en un más que firme candidato a integrar la lista de la selección española para el Mundial que se celebrará en Budapest entre los días 19 y 27 de este mes. «Toda la gente me dice que sí, que en teoría vamos Adrián Ben, yo y la duda que hay es entre Mariano García y Saúl Ordóñez». Ese colofón a la temporada sería, ya sí, la última competición de este 2023 de ensueño. «Es que el año pasado veía el Mundial por la tele. Y ahora.. Un estadio gigante lleno de gente. Y con todos los 'gallos' a nivel mundial», concluye entre más risas un torrelaveguense de apenas 21 años y que ya es, por derecho propio, uno de los nombres de referencia del atletismo español.
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