Secciones
Servicios
Destacamos
Era el favorito y esta vez sí se cumplieron los pronósticos. El castreño Carlos Tobalina (F. C. Barcelona) consiguió este sábado en Madrid su cuarto título de campeón de España de lanzamiento de peso en pista cubierta, tras los títulos de 2016, 2017 y ... 2019. Lo hizo con un mejor tiro de 19.67 metros, la mejor marca española de la temporada. Y sin embargo, Tobalina no se iba del todo contento del polideportivo Gallur de la capital de España. «Estoy contento, porque los campeonatos hay que ir a ganarlos. Pero me voy con el sabor agridulce de no haber tirado los 20 metros». Esa barrera que ha superado con creces en otras ocasiones –en 2016 ganó con 20.50– y que da más lustre a un título.
El covid también tiene desangelado al polideportivo Gallur. Sin público, solo entrenadores, delegados... Lo mínimo imprescindible. Desde el primer tiro, quedó claro que el concurso de peso tenía un jefe. El castreño mandó la bola a 18.85 metros. Su gran rival y amigo Borja Vivas, hacía un nulo. Fue en el segundo intento cuando se resolvió todo. El malagueño, que lanzaba primero, enviaba el artefacto a 18.81, para dar algo de picante a la final. Pero la respuesta de Tobalina fue inmediata. Los 19.67 que alcanzó la bola fueron el culmen de un concurso muy regular –19.12 el tercero, 19.05 el cuarto, 19.22 el quinto y 18.98 el sexto y último tiro– para dar a Tobalina su cuarto título de campeón nacional bajo techo. «Podía haber ido mejor. Pero he sido muy regular. Por eso sí estoy contento», señalaba Tobalina.
«Si hubiese empezado tirando así la temporada...», se lamentaba el cántabro, que junto a otros lanzadores españoles comparte una maldición. «Lo hablábamos en el viaje de vuelta a León. Qué pena no haber nacido diez años antes». Porque el concurso de peso está en la actualidad en un nivel galáctico. Para ir al próximo Europeo en pista cubierta de Torun, en Polonia, a principios de marzo, «se piden 20.85». Más allá de la mejor marca de siempre de Tobalina, los 20.57 que lanzó en marzo de 2017 en Las Palmas.
Pero para lo que sí tiene cierta esperanza el castreño es con los Juegos de Tokio. La mínima directa es aún más utópica (21.10 metros), «pero hay un sistema de ranking. Hay que estar entre los 32 primeros para poder ir a Tokio. En cada competición sacamos una serie de puntos. Yo creo que con una media de 1.200, se puede ir».
Yo creo que en eso está lo bonito del lanzamiento, que no acabas de encontrar lo que es la perfección del mismo, sobre todo en la técnica, por eso puede haber tanta diferencia. Igual un día haces un cambio muy pequeño, pero la diferencia es tan grande que no lo vuelves a conseguir. Por eso hay muchos lanzadores de estilo giratorio que hacen una gran marca y nunca se vuelven a acercar a ella, porque eso ocurre una vez en la vida. Luego está la superclase, que les da igual todo porque esos sí lo tienen dominado. Es difícil, y dentro de esa dificultad está lo bonito. El hacer un cambio mínimo, que no te des cuenta, y que consigas una gran marca. Yo por ejemplo he hecho marcas nulas cerca de 21 metros que igual no las vuelvo a repetir en mi vida, y eso lo sabes.
En la sesión matinal, la corraliega Lara Gómez (Piélagos) tuvo que abandonar en la segunda semifinal de los 200 metros. Ya por la tarde, Valvanuz Cañizo (Bidezabal Durango) era quinta en la final de salto de altura. Su mejor registro, 1.74 (al segundo intento) fue igual que el de la tercera clasificada, Una Stancev (Trops-Cueva de Nerja), aunque esta franqueó el listón a la primera.
En salto de altura, pero en el concurso masculino, este domingo tomará parte el cántabro David Bolado (Atletismo Numantino). La final empieza a las 13.25 horas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.