«Volver a calzarme los clavos es un reto que quiero asumir»

-¿Regresar al Piélagos es como volver a casa?

-¡Claro! Estuve cuatro temporadas aquí y, aunque después he pasado por otros clubes, para mí siempre es un orgullo representar a un equipo de mi autonomía o a mi país. Además, mi ilusión siempre fue acabar mi carrera en un club cántabro. Aquí quiero poner el punto final este año, el que viene o en dos.

-¿Le costó mucho decidirse?

-La primera idea era renovar por el Bilbao Santutxu, que es el mejor club de España y en el que me han tratado siempre de una forma excelente. Entonces me propusieron venir y estar en el equipo con mi hermana, Margarita, y en igualdad de condiciones prefería un club de Cantabria.

-¿Vuelve a calzarse las zapatillas de clavos?

-Llevo cinco años sin tocar el tartán. Después del subcampeonato de España en 5.000 decidí no volver a la pista. Así todo, soy competitiva y que me propongan volver a ponerme los clavos para ayudarles en la pruebas de pista es un reto que quiero asumir. Es cierto que con la edad pierdes tobillo, velocidad y frescura, pero ahora mismo estoy como una alevín con 43 años y unas ganas inmensas de colgarme el dorsal.

-Puestos a hablar de regresos, esta temporada buscan el retorno del Piélagos a División de Honor después de ocho años.

-Lo único que les pedí es que no fuera en obstáculos porque es una prueba tan técnica que necesita muchas horas de preparación. No es por las ganas, pero el tiempo que puedo dedicarle ya no es el de antes y, conociendo mis marcas, sé que no iba a quedar satisfecha con cubrir el expediente. Así que aportaré lo que pueda tanto en fondo como en medio fondo y, si no puedo ganar, rozar los primeros puestos.

-De momento, hoy tomará la salida en el Regional Individual de Cross.

-Vivimos en una continúa incertidumbre. Hace tres meses pensaba: ¡para qué me voy a poner en forma si lo están cancelando todo! Hace unas semanas, cuando se pospuso este Regional y viendo que en el calendario las pruebas se cancelan, dejé de hacer hincapié en entrenar porque era en vano, ya que el horizonte de las competiciones no era muy alentador. Ahora voy un poco 'con lo puesto', pero es cierto que, cuando llevas tiempo sin ponerte un dorsal, sientes esa tensión, ese nervio contenido que solo desatas compitiendo y pasando un poco de rosca el cuerpo.

-Todavía queda mucho atletismo en Zulema Fuentes-Pila.

-Me iré poco a poco hasta que desaparezca, igual que empecé, en silencio. Ahora soy madre, trabajo y, aunque tengo la misma pasión, es cierto que las prioridades cambian. Cuando me levante y no me apetezca ponerme las zapatillas durante tres días seguidos, ese será el momento de decir adiós.

-¿Y quien viene por detrás? ¿Hay recambio generacional?

-Hay atletas como Noemi Cano que, aunque las lesiones la acompañan frecuentemente, tiene mucha calidad. O las hermanas San Román -Elsa, Ania y Lydia-, que se dejan el cuerpo y el alma compitiendo. Así todo, cada vez valoro más la generación de Irene Pelayo, Iris Fuentes -Pila, Paula González... fue una época dorada y es muy difícil que salgan cuatro o cinco atletas que destaquen porque no hay ayudas. El atletismo es un deporte muy ingrato y totalmente vocacional, pero cuando ves que destacas con 20 o 21 años necesitas un incentivo. Estamos colgando de un hilo y los que siguen es porque tienen un amor inmenso a este deporte.