Las zancadas más necesarias

El gran deseo es que siempre sea la última edición. Porque no sea necesario organizar una iniciativa así. Aunque la sexta edición de la Marcha de la Mujer que organiza El Diario Montañés a buen seguro que no es la última. Falta mucho por conseguir hasta llegar a esa ansiada igualdae real. Cada vez menos, pero falta. Aunque iniciativas como esa marea fucsia que cada año recorre el frente marítimo de Santander contribuyen a dar pasos hacia ella. Modestos, pero pasos.

Una mañana perfecta para una marcha como esta recibía a los 800 inscritos en la plaza de Alfonso XIII. Algo de viento sur, a veces un poco molesto, pero al menos mantenía a raya a las nubes que se veían en el horizonte.

Antes de la carrera, y con los participantes recogiendo ya camisetas y dorsales, se podían ver perfiles de lo mas variados. Gente más o menos en forma y ataviada con ropa deportiva, otras personas simplemente con el afán de dar un paseo... Y para nada es una iniciativa solo para mujeres. Muchos hombres también estaban presentes. Los más importantes, los niños que iban con sus madres para aprender desde bien pequeñitos lo que significan iniciativas como esta.

A las once, se dio la salida de una marcha en la que no hay tiempos, ni clasificaciones. Solo cuatro kilómetros por delante junto a la bahía de Santander para llegar al Museo Marítimo, dar la vuelta y regresar al punto de partida. Todo en una mañana de buen ambiente y para reivindicar, una vez más, ese anhelo de una igualdad real entre hombres y mujeres. Faltan unas cuantas Marchas de la Mujer más para conseguirlo. Pero cada vez menos.

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