La agresión a un árbitro por parte del padre de un jugador cadete indigna al basket cántabro

Una situación que en la mayoría de ocasiones trasciende en partidos de fútbol –el deporte que más encuentros tiene durante los fines de semana– empieza a verse también en otros deportes. «Estas situaciones cada vez van más en aumento», señala José Luis Teja, presidente de la Federación Cántabra de Baloncesto. «La falta de educación y de respeto». Teja es tajante con el comportamiento del público en un partido de categorías menores. «Es que no tienen que protestar. Porque de la protesta se pasa de forma muy fácil al insulto». Y recuerda que los árbitros que pitan en esas categorías también están en formación, como los jugadores. «El árbitro se va a equivocar, como se equivocan los jugadores».

La indignación es máxima en el Pas Piélagos, el club que gestiona las escuelas municipales en esas categorías desde 1991. Una de las entidades señeras en el baloncesto regional colgó en sus redes un comunicado de lo más contundente. «Absoluto rechazo y una contundente e inequívoca posición frontal a los sucesos ocurridos el pasado sábado», « alineamiento con la campaña de respeto para todos los protagonistas promocionada desde la Federación Cántabra» o «tomar las medidas oportunas, para que hechos como los acaecidos no se repitan nunca más» son algunas de las frases que contiene. «Somos un club con 45 años de historia. Esto es muy triste y no puede pasar», señala José Ignacio Sainz, secretario del club de Renedo. «Es una cuestión de respeto». Desde el club siempre se insiste a los jugadores que en sus partidos, «el nivel de los árbitros es acorde al nivel de la categoría de ellos. Y que si algún día llegan a jugar en la ACB, allí les pitarán los mejores árbitros de España». Sainz no quiere olvidarse del gran perjudicado de este asunto. «Deseamos al árbitro que se recupere anímicamente. Lamentamos mucho el cómo se tiene que sentir. Y tiene el apoyo incondicional del club».

En el 'Paspi' no quieren quedarse solo en el comunicado. Y quieren ir más allá, aunque también son conscientes de que la medida puede hacer pagar a justos por pecadores. Aparte de que el siguiente partido del equipo cadete B sea a puerta cerrada –es la sanción que se espera, aunque aún no esté confirmada– en el club de Piélagos barajan que en alguna jornada lo sean también todos los de los equipos del club que jueguen como locales. Un 'todos los partidos a puerta cerrada'. «Es algo que no es definitivo», señala Sainz, consciente de que la medida dejará sin ver un partido de sus hijos a padres y madres que tengan una conducta ejemplar. Pero en el club tienen muy claro que «algo hay que hacer, porque esto no se puede volver a repetir».

La idea del Pas Piélagos no es descabellada en el basket regional porque la propia Federación Cántabra también anda dándole vueltas al asunto. Una jornada a puerta cerrada en todos los partidos de categorías menores de la comunidad autónoma. José Luis Teja también asume el daño que se hará a los padres y madres. «Se perjudicará a los buenos por cuatro malos», señala con pesar. Pero también con firmeza. El basket cántabro está dispuesto a cortar por lo sano episodios como el del sábado en el Fernando Expósito.