Que La Albericia vuelva a dar miedo

Los buenos resultados han devuelto al público a La Albericia. Si llegar a las grandes tardes del Teka, el ambiente parece recordar al menos a aquella época, una vez que el DS Blendio Sinfín vive su mejor etapa en Asobal (en su tercera temporada en la élite y tiene los puestos europeos a dos puntos). Y el club quiere aprovechar el tirón. Para ello, y de cara al partido de mañana ante el Bada Huesca (18.00 horas), ha puesto en marcha una campaña habitual en el deporte: permitir que los socios compren una entrada más para acompañante a un precio de cinco euros. Una iniciativa bastante similar a la de la Gimnástica y con el mismo objetivo: poblar la gradas y ayudar así al equipo. Lo que cambia es el contexto, porque el DS Blendio vive un momento dulce y lo que pretende es reforzar una Albericia que ya es un fortín para progresar en su carrera hacia la mejor temporada de su historia.

Hace algunos años el pabellón se llenaba jornada tras jornada para presenciar los partidos de la Liga y de competición europea del Teka. Incluso en las grandes citas, como finales continentales o partidos clave para la resolución de competiciones nacionales, había aficionados que hacían noche para conseguir una entrada a las puertas de las taquillas o se pegaban un buen madrugón. De ahí que se proyectara una nueva infraestructura mayor (el Palacio de los Deportes) que llegó una década tarde. Eran tiempos en los que el pabellón de La Albericia se distinguía por una afición entregada que condicionaba partidos; con varias peñas con sus canciones ensayadas, como el clásico 'Hola don Pepito. Hola, don José'; tiempos en los que el pabellón llegaba hasta los 3.500 aficionados, lejos de su aforo normal, que no pasaba de los 2.400.

Incluso los más fieles recordaran cómo el 15 de mayo de 1992 algunos seguidores hicieron guardia en las taquillas durante 23 horas durmiendo en tiendas de campaña para conseguir una localidad para la final de la Copa de Europa entre el Teka y el Zagreb. Todo eso es historia y bandera de la etapa más brillante del deporte cántabro. Ahora los números son otros (aunque mejora progresivamente), y el presidente, Servando Revuelta, quiere recuperar el tiempo perdido y devolver al pabellón la afición que se merece jugar en la Asobal.

El crecimiento es muy cercano al doble, respecto a la temporada pasada, pero esa cifra está viciada, puesto que el equipo jugaba en División de Honor B. Más clara es la evolución de este curso, en el que se observa un progresivo incremento del número de espectadores, según las cifras que ofrece la propia Asobal. En un partido en el que los pueden asaltar los puestos europeos, el club quiere que su pabellón exterior vuelva a recordar a la antigua caldera que fue el Teka. De hecho su entrenador, Rodrigo Reñones, siempre ha destacado la presión que ejercía la grada de La Albericia en la época del Teka y nunca ha sido partidario de jugar en el Palacio de los Deportes, a pesar de ofrecer unas instalaciones más modernas y funcionales. ¿El problema? Lo alejado del público y un graderío a día de hoy imposible de llenar, ni siquiera a media entrada. Y aun lleno, demasiado lejos de la pista.

Las entradas -una por socio- se deben retirar hoy en la sede del club, en la parte trasera del pabellón de La Albericia y el pago se debe hacer en efectivo. El club cuenta a día de hoy con aproximadamente 700 socios tanto de pago como de otro tipo de convenios con patrocinadores, con lo que la estadística señala que en cada partido al menos duplica el número de espectadores respecto al de abonados. Y el ratio suele ser incluso mayor. Hasta la fecha en todos los partidos que han disputado los de Reñones en casa han atraído al menos a un millar de espectadores, un saldo mejor que el de otros clubes de la competición, casi todos con mayor presupuesto pero en algunos casos con menor sustrato o masa social.

El aforo del pabellón es de 2.400 personas, si bien para el IMD la cifra se queda en los 2.000. Esta temporada el partido de mayor afluencia fue el disputado en la jornada quince ante el Granollers en el que se rozó el lleno, si bien los datos de la Asobal cifran la afluencia en 2.000.

La empresa en la que se ha embarcado el DS Blendio no resultará sencilla, ya que no será cuestión de uno ni de diez partidos. Los responsables del club deberán tener paciencia hasta ver cómo el pabellón recupera su esplendor, y los resultados deportivos están directamente unidos con la respuesta de la afición. A mejores resultados, mayor afluencia. Hasta la fecha se va en el buen camino para a medio plazo ver las gradas totalmente llenas.