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En el alambre. Con el agua al cuello. Contra las cuerdas. Ante el abismo y casi bordeando la tragedia, porque solo le restaba bajar un peldaño para caer en los puestos de descenso. Así llegaba el Grupo Alega Cantabria al parqué del Vicente Trueba con ... una única idea entre ceja y ceja: deshacer el desaguisado. Eso pasaba por vencer al Fuenlabrada y romper la racha de cinco derrotas consecutivas que afeaba su casillero. Y lo consiguieron. Los cántabros se impusieron al equipo madrileño por 81-74 en un partido muy igualado, que cambió su rumbo en el tercer cuarto.
Grupo Alega Cantabria
Voytso (18), Littleson (14), Bulic (13), Sierra (0), Klavzar (0), Nogues (0) Exteguren (8), Sans (6), Peñarroya (0), Lisboa (10), Milovanovic (12), Niang (0).
81
-
74
Baloncesto Fuenlabrada
Abu (8), Sy (7), Díaz (6), Aranitovic (15), Bellas (3), Bilbao (11) Ehigitor (0), Mc Grew (11), Duran (9), Macoha (0), Van Zegeren (2), Garino (2).
Parciales: 23-19, 13-14, 29-21, 16-20.
Árbitros: Sandra Sánchez, Francisco González y Eduard Colomer.
Mangas optó por salir con todo, que no estaba la cosa para hacer especulaciones, y apostó por Bulic, Voytso, Littleson, Sans y Milovanovic para tratar de encarrilar el partido lo antes posible. Y el Alega se lo tomó a pechó. Una buena asistencia de Littleson permitió a Voytso abrir el marcador con un triple, pero no consiguió meter el miedo en el cuerpo al Fuenlabrada, que no tardó en responder por medio de Aranitovic (3-2). Una tónica que se prolongó durante el primer cuarto.
El tanteo entre ambos equipos no dejaba establecer un dominador claro, pero sí es cierto que el Alega se mantuvo por encima en el marcador, aunque fuese únicamente por dos o tres puntos de diferencia. Nada que les permitiese respirar con tranquilidad. El Fuenlabrada estaba al acecho y podía hacerles un roto en cualquier momento.
Aranitovic igualó el partido (9-9) solo para que Voytso pusiese tierra de por medio de nuevo con un triple, pero esta vez con ayuda de Sans, que volvió a asistir a Littleson para que también se luciese desde la línea de tres (15-12). El Alega iba poco a poco asentándose en el partido y Voytso seguía inflándose desde los 6.75 (21-14). El color del encuentro comenzaba a tomar una tonalidad oscura, no porque pintase mal, sino porque los hombres de negro mandaban sobre la pista. Pero esa supremacía duro poco. Antonio Ten pidió tiempo muerto y el Fuenlabrada reaccionó. Los madrileños metieron una marcha más y las canastas de Díaz y Bilbao recortaron distancias para cerrar el primer parcial con un 23-19.
El Alega no podía dejarse llevar y en el segundo cuarto se dispuso a dar un golpe sobre la mesa. Exteguren, a base de tiros libres, subió el 25-19, pero los madrileños no cedían ni un milímetro de terreno. Apretaban urgidos y con el 27-23 su entrenador acudió de nuevo al tiempo muerto para reorganizarlos. Lo intentaban sin descanso los visitantes, pero Milovanic seguía sumando para el Alega (31-27). Aún así, a Mangas no le gustaba lo que estaba viendo. No quería que su equipo llevase el partido a una lotería, porque hasta ahora no habían comprado los boletos correctos. Les faltaba contundencia. El abulense emuló a su homólogo en el banquillo y solicitó tiempo muerto, un 'break' que aprovechó también para mover el banquillo y dar entrada a Sierra, Exteguren y Littleson.
Los minutos corrían y el marcador apenas se movía. La defensa del Fuenlabrada, bien plantada, no dejaba muchos espacios, pero los cántabros supieron encontrar la brecha precisa para llegar al 36-31. Mangas pidió tiempo muerto de nuevo y Bulic y Lisboa saltaron a la pista. A ver si se podía incrementar la ventaja un poquito más. Pero no. El marcador del Alega ya no se movió y fue el de los madrileños el que creció en dos puntos para llegar al descanso con 36-33.
El tercer periodo podía ser definitivo. Tanto para marcar distancias como para hundirse del todo. El Alega escogió la primera opción y a base de chispa y contundencia demostró que había aprendido de los errores. Voytso, Littleson y Milovanovic tiraron del carro y los cántabros empezaron a despegar (48-40). Bulic no quiso quedarse atrás y apareció como una ráfaga para llevar la ventaja casi hasta los diez puntos (53-44). La cosa marchaba. Tanto que el cuarto se cerró con 65-54, que si bien no aseguraba una victoria, si prometía el final deseado. Y llegó. El último parcial fue el del respiro para el Alega, que por fin saboreaba la primera victoria del año. Por más que arreaba el Fuenlabrada no fue capaz de dar caza a los locales, que ganaron el partido con un contundente 81-74.
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