Al Alega solo le queda una bala

Es el peor de los escenarios posibles que se planteaban los torrelaveguenses hace solo unas semanas, pero lo daños quedan algo mitigados, aunque sea un poco, por el average con el Castelló. Ahora, en caso de que los de Mangas caigan ante los castellonenses, deberán hacerlo por más de once puntos para descender. El caso es que el Alega no debe lamentarse por lo que ya no tiene remedio. Ahora solo le queda esperar que Melilla y Castelló caigan mañana en sus respectivos partidos, que por cierto son ante equipos potentes como Movistar Estudiantes y Leyma Coruña.

Los aficionados del Alega, sabedores de lo crucial de la cita, se congregaron en el exterior del Vicente Trueba para recibir al equipo a eso de las 17.15 horas con banderas y bengalas de color rojo y verde. Se trataba de sumar. De convertirse en el jugador número seis y remar juntos.

David Mangas, que buscaba agarrarse a la categoría por todos los medios, sacó la artillería y apostó por un cinco inicial formado por Voytso, Bulic, Sans, Klavzar y Milovanovic. Fue Klavzar quien abrió el marcador, pero Vila no tardó ni treinta segundos en igualarlo. Y Seoane, con una canasta y un triple, empezó a poner tierra de por medio con los cántabros.

El Tizona, en el quinto puesto, luchaba por mejorar sus opciones de play off y los primeros minutos del partido era ya toda una declaración de intenciones. Cuando Parrado puso el 2-11, Mangas pidió tiempo muerto. El Alega reaccionó con una canasta de Sans y tres tiros libres de Klavzar (7-11). Pero hacia falta mucho más.

El Tizona no perdonaba bajo el aro y pronto el marcador reflejó un 13-22 que hizo aflorar los peores temores. Milovanovic y Lisboa trataron de maquillar un poco el marcador a base de tiros libres, pero el primer cuarto se cerró con un 17-24 que obligaba a los cántabros a reaccionar. Y rápido.

El Tizona movió el banquillo en el segundo acto. Mangas también. Da Silva por Klavzar. Pero fue Bulic quien tomó las riendas para tratar de recortar distancias (22-29) hasta dejar a los suyos a siete de los burgaleses. Jofresa hizo los deberes y encestó sus dos lanzamientos desde los 4.60 y Bulic volvió a la carga (24-31). El bosnio no iba regatear ni una gota de sudor sobre la pista del Trueba para hacer frente a los visitantes, pero el Tizona era mucho Tizona. Pese a todos los esfuerzos pronto la diferencia en el marcador era de doce puntos (27-35).

Mangas recurrió de nuevo al tiempo muerto. Tenía que aclarar ideas y reorganizar a los suyos. Una canasta de Milovanovic, asistido por Lisboa, y los tiros libres de Bulic y Klvazar fueron la reacción local (34-40). Como achicar agua con un cubo agujereado. A pesar de los intentos de los torrelaveguenses por taponar la sangría la herida no dejaba de sangrar. Thiam y de Souza se encargaron de ello (34-44), pero Milovanovic no había dicho la última palabra y con dos lanzamientos desde los 4.60 ambos equipos se fueron al descanso con un 36-44.

Ocho puntos era una cantidad asequible. No es que dar la vuelta al marcador fuese posible, es que era una obligación para los de Mangas. Pero la gesta se les hizo cuesta arriba. No por demérito de los cántabros, sino porque el Tizona sacó el mazó y no tuvo piedad (40-50). Mangas solicitó de nuevo tiempo muerto. El tercero. El Alega daba pasitos y el Tizona zancadas. Los cántabros nunca llegaban a alcanzarlo.

Klavzar, Sans y Nogues se volcaron, pero el tercer parcial se cerró con un 17-25, que en el cómputo global se traducía en 53-69. El último acto no cambió las cosas. Una apisonadora llamada Tizona dejó el marcador con un contundente 67-94 que obliga al Alega a jugarse todo a doble o nada en la última jornada en la pista del Castellò.