

Secciones
Servicios
Destacamos
Pablo Sánchez (Santander, 1981) se despide de la cancha tras 18 años de carrera y más de 550 partidos a su espaldas. Una trayectoria en ... la que ha pasado por todas las categorías, desde la Liga EBA hasta la LEB Oro, pasando por la desaparecida LEB Bronce, con ascenso a ACB incluido con el Bàsquet Andorra. Ahora cuelga el uniforme, pero antes devuelve a Cantabria al baloncesto profesional con el Igualatorio, que tras ascender a LEB Plata el año pasado ha logrado la permanencia en su debut en la categoría.
-¿Por qué dice adiós ahora?
-Lo iba a dejar el año pasado, pero el equipo estaba en LEB Plata, me convencieron y me comentaron que les podía echar una mano porque el calendario en la primera vuelta era similar al de EBA. Pero en esta categoría, con viajes por toda España, es complicado. Soy profesor en un colegio y además tengo dos niños pequeños y un tercero llegará en octubre, así que es casi imposible hacerlo compatible.
-¿Cómo llegó el baloncesto a su vida?
-Desde que nací, porque mi padre jugaba al baloncesto y no tengo uso de razón de cuándo empecé a ir a verlo. Incluso tengo fotos de El Diario de los equipos de mi padre y ya estoy yo por ahí y casi ni me acuerdo. Así que de siempre. El baloncesto me viene de familia. Mi hermano también juega.
-¿En qué va a emplear el tiempo libre que le deja el baloncesto?
-Ahora tendré poco (risas). Entre mi trabajo, mis dos hijos... Y sobre todo cuando llegue el tercero, tendré menos tiempo aún.
-18 años de carrera y más de 555 partidos dan para mucho, ¿cúal es su mejor recuerdo?
-A nivel deportivo el ascenso con el Andorra, que subimos a ACB; y por lo que no cambiaría nada es por toda la gente que he conocido y los amigos que tengo por toda España. Ese es el mayor éxito de mi carrera.
-¿Y el que prefiere olvidar?
-Quizá las lesiones. Tuve dos complicadas de tobillo y de rodilla, aunque de todo se aprende. Y deportivamente, en el quinto partido de un play off para ascender, a falta de un segundo perdíamos por uno, teníamos dos tiros libre y fallamos los dos.
-¿Le queda alguna espinita clavada después de tanto tiempo?
-La verdad es que no. Ascendí ACB y mucha gente me dice: 'Jo, pues podrías haber jugado en ACB'; pero el baloncesto me ha dado tanto que no le puedo pedir nada más.
-Formó parte de un equipo histórico en Cantabria, el Lobos. Con él jugó el último partido de Cantabria en el baloncesto profesional y con el Estela ha vivido el regreso del basket regional a la élite.
-Me siento orgulloso. Además me marcho dejando al equipo de nuevo en competiciones LEB. No hubiera sido una buena retirada con el equipo descendido. Es una de las cosas por las que me voy contento y orgulloso, de devolver al baloncesto cántabro donde se merece y espero que poco a poco siga ascendiendo.
-Ha estado en varios clubes, ¿qué técnico o compañero le ayudó más a evolucionar?
-Todos me han ayudado un montón. En los últimos años en Andorra con Joan Peñarroya viví mis mejores años deportivos, en cuatro años subimos a ACB. Y de los años en Cantabria tengo muy buenos recuerdos de Rafa Pueyo y este año con David Mangas.
-¿Guarda algún consejo que le dieron en esa época y que le ayudo a desarrollar su carrera?
-Me han dado muchos, pero respetar a los compañeros, a mí y al rival. El respeto es algo fundamental. Me han enseñado un montón de valores que no aparecen en los libros, que si no practicas un deporte no podrías alcanzarlos. Compromiso, superación, esfuerzo, saber levantarse...
-Todos tenemos ídolos, ¿quién era el suyo?
-Jo, pues yo de niño tenía a Epi. Desde muy pequeño me hice del Barça, no sé por qué porque mi abuelo era del Madrid, y de verlo con 5 o 6 años me gustaba. Más adelante también me hice seguidor de Navarro.
-¿Cuál fue el partido más importante de su carrera? Si cierra los ojos, ¿qué imagen le viene de ese día?
-El año del ascenso a ACB. La imagen que tengo es la de mis compañeros sobre la pista y a mi familia en la grada.
-Defínase como jugador.
-He tratado de ser lo más completo posible técnicamente, ayudar en lo máximo al equipo y a mis compañeros, y aportar dentro y fuera de la cancha. Eso me lo ha dado la experiencia, al principio de mi carrera no era así.
-Si tuviera que poner un adjetivo a su carrera ¿cuál sería?
-La palabra sería pasión. Pasión por el deporte y el baloncesto. Es lo que me ha hecho jugar hasta casi los 40 años
-La temporada del Estela en su debut en LEB Plata puede calificarse de buena con esa permanencia obtenida sin sufrir y a la primera. Es para estar orgulloso.
-Sí, era el objetivo que se marcó el club a principio de temporada y lo conseguimos de sobra. Como nuevos en la categoría hay muchas cosas que te pillan por sorpresa. No conoces la competición, a los jugadores, pero es un año de experiencia en el que se han sentado los cimientos para crear un gran proyecto y peldaño a peldaño llevarlo a la ACB.
-Usted es un buen ejemplo para los chavales que juegan al baloncesto ¿Qué les diría si tuviera oportunidad?
-Que es importantísimo practicar deporte, da igual el que sea. Que cultiven el respeto a los rivales y que tienen que aprender que el deporte no tiene que ir vinculado al éxito, eso es algo que si llega está bien, pero no es lo primero. Hay muchos más que quedan segundos, terceros, cuartos... Y no pasa nada.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.