LEB Oro

Este domingo, partido y aniversario

Lo lograron ante el Bueno Arenas Albacete en un partido de palomitas y tensiómetro. No por la dificultad del rival, que también la hubo, si no más bien por el nerviosismo de saber que con el pitido final se abría una nueva puerta, la del ascenso. Los de Mangas, convertido en un Rey Midas abulense, certificaron la promoción que ya tenían casi en el bolsillo tras el partido de ida ante los albaceteños al acumular una renta de +17. En el Trueba solo tuvieron que sumar 61-58 ante su rival para confirmar lo que era un secreto a voces: el desembarco en LEB Oro. «Ese partido fue como poner la guinda del pastel a una temporada maravillosa. No fue fácil. Tuvimos que trabajar muchísimo durante toda la liga, pero terminamos consiguiéndolo», explica Alo Marín con acento gaditano.

El escolta tiene razón. El Alega cuajó una magnífica temporada que le permitió disputar la final de campeones al quedar líder de la Conferencia Oeste. Y después, hacer historia en el deporte cántabro. Contreras, Koné, Bulic, Saintel, Gómez, Palazuelos, Marín, Ricciardiello, Sans, Cizmic, Betolaza y Sierra llevaron al equipo sobre la cancha a la antesala de la máxima categoría en España, la ACB. Y con ellos Torrelavega recuperó las viejas sensaciones que tuvo en su día con el baloncesto de élite, con aquel equipo llamado primero Caja Cantabria y después Lobos. «Jugar cualquier final es algo guapo, pero jugar la final del ascenso y encima en casa con el pabellón lleno fue increíble», dice Mirza Bulic. Y es que la semilla que el Alega plantó la temporada pasada ha crecido en una ciudad que ya ha demostrado a lo largo de los años que vibra y disfruta mucho con la pelota naranja. «Se está creando otra vez un sentimiento de baloncesto y de pertenencia a un club grande, y de eso podemos estar muy orgullosos», analiza Mangas.

«La afición nos ha apoyado muchísimo año pasado y lo que nos ha transmitido este año es que son increíbles y nos están ayudando en cada partido. Son claves para que ganemos en casa», cuenta Bulic, que ya es uno más en Torrelavega. Tanto que la lleva a flor de piel y luce un tatuaje con el 39300 que canta la fiel afición del Alega en cada partido. Alo Marín piensa igual que su compañero. «En el último partido fue un lleno absoluto para llevarnos en volandas y conseguir el ascenso. Fue increíble. Estuvimos allí después celebrándolo todos juntos y es uno de los recuerdos más bonitos de mi vida», dice el gaditano.

¿Y este curso? Pues más de lo mismo. Afición fiel y buen trabajo sobre la pista. Un tándem que no ha fallado a la hora de alcanzar el objetivo. Si el Alega ha conseguido la permanencia en LEB Oro con su condición de recién ascendido ha sido en gran parte porque durante la primera vuelta se convirtieron en el equipo revelación, con una tasa de victorias en casa que ya quisieran para sí equipos con presupuestos mucho más elevados.

Cifras que marean, como los 1.700.000 euros que maneja Estudiantes, por ejemplo. «Sabemos lo difícil que es mantenerse en una categoría en la que nuestro presupuesto no es de los más altos y que somos un club humilde con una estructura humilde», confiesa Mangas. Algo que les hace a todos sentirse doblemente satisfechos con lo conseguido. «Para nosotros es un orgullo poder competir en LEB Oro, haber logrado el objetivo y sustentar el proyecto otro año más», comenta el entrenador abulense, que a principios de este mes de abril ha renovado por dos temporadas más al frente del banquillo estelista.

Mangas llevaba dos años persiguiendo el ascenso al frente del Alega, pero el destino se lo había negado una vez tras otra. Hasta que el curso pasado, los torrelaveguenes, que se habían atrevido de nuevo a soñar a lo grande, obtuvieron su premio. «Fue un verdadero sueño para muchos como yo, que hacía muchos años que queríamos volver a ver baloncesto de primer nivel en Torrelavega», rememora Álex González, gerente y a la sazón segundo entrenador del equipo. «No se me olvidarán nunca las gradas abarrotadas de ese pabellón con tanta historia detrás», recuerda con un destello de emoción en la voz.