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Alo Marín, a la izquierda, posa junto a su madre y su hermano Javier, en Comillas. DM
Duelo entre hermanos
Baloncesto

Duelo entre hermanos

Rivales ·

Alo y Javier Marín, del Grupo Alega y el Hereda Ourense, respectivamente, se enfrentaron el uno al otro el pasado miércoles en el parqué del Vicente Trueba

Leila Bensghaiyar

Santander

Martes, 18 de enero 2022, 16:36

Los hermanos Marín llevan la pasión por el baloncesto corriendo por las venas. Y no es de extrañar. Se la han inoculado en casa. Con apenas seis años ya hacían diabluras botando una pelota naranja. Su madre, su padre, que ha llegado incluso a ser jugador profesional, sus tíos, sus primos y hasta sus abuelos. Todos saben lo que es dar lo mejor de sí en el parqué. «Con seis años ya estábamos apuntados a baloncesto en el colegio, antes de que pudiéramos competir federados», explica Javier Marín (San Fernando, 1994), del Hereda Ourense, con un inconfundible acento gaditano.

Y es que parece que los Marín Ortega nacieron con sangre naranja. «Empezamos porque en mi familia hay mucha tradición. Mi padre jugaba a nivel profesional y por parte de madre también hay mucha vinculación. De hecho, el CB Cimis, en San Fernando, lo fundaron mis tíos... Así que desde que nací, desde que era pequeño, he mamado baloncesto. Y mi hermano, igual. Lo llevamos en la sangre», le secunda Alo (San Fernando, 1988), el mayor de los dos y escolta del Grupo Alega Cantabria.

Los hermanos son confidentes infalibles, compañeros de aventuras y apoyos incondicionales, pero a veces también rivales. Se han enfrentado muchas veces sobre la pista. La última el pasado miércoles, en el Vicente Trueba, en un partido que ganaron los cántabros por 69-56. Pero, aunque han compartido vestuario, en el CB Cimis, y años más tarde en el CB Morón, están más que acostumbrados a verse las caras en el parqué como oponentes. «Nos habíamos enfrentado ya en varias ocasiones e incluso hemos compartido equipo. Yo me fui a CB Morón y mi hermano se quedó en el CB Cimis; ahí fuimos rivales por primera vez», cuenta Alo, que recuerda de carrerilla todas las veces que ha tenido que luchar contra su hermano. «Nos hemos enfrentado un montón de veces. Él se fue a Melilla; en Liga EBA yo jugué en CB Morón y cuando subimos a LEB Plata vino Javi. También estuvimos los dos en LEB Oro, yo en Granada y él en Melilla... Ha sido así durante toda nuestra vida». Su hermano Javi asiente con la cabeza. «Sí, ya estamos más que acostumbrados».

«Entre mis padres no hay favoritos ni nada. Mi madre siempre dice que gane quien gane de los dos, ella gana»

Alo Marín | Jugador del Alega

«Durante el partido incluso nos decimos bromas, tonterías... Lo llevamos bien y es agradable»

Javier Marín | Jugador del Ourense

Provienen de una familia con una gran tradición en el mundo del baloncesto

Pero los dos coinciden en que lo llevan con mucha naturalidad. «Al final esto es deporte y tenemos que pasárnoslo bien. Durante el partido incluso nos decimos bromas, tonterías... Lo llevamos bien y es agradable», dicen. Y precisamente eso es lo que ocurrió el miércoles en la pista del Vicente Trueba. «Javi tuvo dos tiros libres en el partido y metió el primero, entonces yo me puse a decirle cosas desde atrás y falló el segundo. Le hago la broma de que le comí la moral», recuerda entre risas Alo Marín. «Sí», corrobora su hermano pequeño, «diciéndome tonterías intentando desconcentrarme. Y es que le salió bien la jugada». Pero en un partido de ida y vuelta, Javi tuvo ocasión de devolvérsela.

«Hubo una acción en que fui a darle el balón al base de nuestro equipo, a Agus, y él -por Javi- estaba por allí. Cogió la pelota y metió canasta. La gente cree que lo hice a propósito. Me dicen en broma: '¡Ah! le has dado una canasta a tu hermano», cuenta el jugador del Alega con una sonrisa. «A lo mejor, acostumbrado en verano a jugar conmigo, se despistó y por eso me la dio a mí», le pica su hermano, que confiesa que cuando eran pequeños y se peleaban en casa, era él quien solía salirse con la suya. «Normalmente ganaba yo, pero después me salía muy caro, porque tenía que irme corriendo y Alo persiguiéndome».

Sangre naranja

Les gusta tomarse la medida. Desde pequeños. Poner a prueba su fiebre por el baloncesto. «Siempre hemos estado en casa de los abuelos haciendo competiciones de todo tipo. Veíamos una canasta y nos pegábamos para meterla, porque en mi familia todo el mundo juega», explica Alo. «Sí, está por entero ligada al baloncesto. Somos 15 o 16 primos y todos hemos pasado por la pista. A día de hoy seguimos jugando siete u ocho», apostilla Javier.

Sobre la pista del Trueba los dos desplegaron sus mejores armas. En la grada, la atenta mirada de su madre, María Jesús Ortega, no perdía detalle. Al cuello, perfectamente anudadas, dos bufandas: la del Alega y la del Ourense. «Tuvo que pedir ayuda y todo porque decía: 'No quiero que ninguna sobresalga más que la otra, las quiero las dos igual'», recuerda Alo. «Así que no hay favoritos ni nada. Mi madre siempre dice que gane quien gane, ella gana», afirma orgulloso.

Las dos bufandas se las habían traído los Reyes a María Jesús, una tradición que se cumple cada vez que uno de sus dos hijos cambia de equipo y ella pide una del nuevo club para poder animar en condiciones. Una pasión que sus hijos le han devuelto a ella y a su marido, 'Tano' Marín, en forma de pequeño homenaje con sus dorsales de juego. «Mi hermano juega con el 13, que es el número con el que jugaba mi madre; y yo con el 6, que es con el que juega mi padre», señala Javi.

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