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Para un buen aficionado al baloncesto, es un símbolo de lo distinto. De algo que se sale fuera de lo convencional. El 'tricolor' se le llama. Un balón con 'gajos' rojos, azules y blancos se sale de la norma. La ABA, una antigua Liga norteamericana ... que rivalizó con la NBA en las décadas de los 60 y los 70, lo utilizaba. Lo que se buscaba en ella era el espectáculo. Y también siempre ha sido el último balón del carro en un concurso de triples y que valía doble. Pero ese balón tiene dueño. Un equipo que viste también con lo mismos colores. El equipo sin Liga, sin rivales enconados, sin más trofeos que miles de millones de sonrisas. En el baloncesto, la magia viste con el azul, blanco y rojo de los Harlem Globetrotters. Uno de los equipos más famosos del mundo y que se encamina hacia su primer siglo de vida. El 13 de mayo, el Palacio de los Deportes de Santander se vestirá de tricolor en un espectáculo que tendrá algo en común con los que han organizado en los 92 años anteriores. «La gente siempre se va con una sonrisa».
La frase es de Orlando 'Gato' Meléndez (Ponce, Puerto Rico, 1979) y de Brittany 'Ice' Hrynko (Filadelfia, Estados Unidos, 1993). Los dos integrantes de los Harlem Globetrotters que el pasado martes estuvieron en Santander anticipando el show del 13 de mayo. Ambos llegaron de la misma forma al equipo. «Yo había acabado mi carrera competitiva en Puerto Rico -antes jugó dos finales universitarias en Estados Unidos con Carolina del Norte-. Y un entrenador me recomendó para los Harlem Globetrotters», afirma Meléndez. De eso hace ya siete años, para convertirse en el primer portorriqueño en vestir esa camiseta. Otro de esos 'scout' que tiene el equipo repartidos por todo el mundo también recomendó a 'Ice' Hrynko, que había despuntado en la Universidad de DePaul y jugado en dos equipos de la WNBA y también en varios países de Europa. «Hasta que me convertí en la mujer número 22 en vestir la camiseta de los Harlem Globetrotters». Ella es de las últimas en llegar, ya que se unió al equipo en noviembre del año pasado.
Los Harlem Globetrotters no se fijaron sólo en la capacidad de salto y en los mates que hacía el 'Gato' o en el manejo de balón y el tiro a larga distancia que tiene 'Ice'. En uno de los equipos más especiales del mundo se buscan además otras cosas. «Hay que pasar una prueba y es casi como una entrevista de trabajo», resalta el 'Gato'. «Quieren saber qué tipo de persona eres. Porque no sólo buscan buenos jugadores, sino también buenas personas. Y que tengas carisma para el entretenimiento». Una vez que se pasa el corte, la base que el equipo tiene en la ciudad de Atlanta se convierte en una suerte de colegio Hogwarts. Al igual que Harry Potter y sus amigos, toca clase de magia. «Malabares, tiros imposibles, trucos... Las cosas que no se practicaban en el basket 'serio'», añade entre risas el 'Gato' Meléndez. Un campo de entrenamiento de diez días, los meses de octubre o noviembre, sirve de base para los espectáculos que se desarrollan a lo largo de ocho meses de gira por todo el mundo. «En total hay unos 30 jugadores en la plantilla. Y en cada exhibición participan 10 o 12. Así nos vamos alternando por todo el mundo», añade Meléndez.
El martes, multitud de niños tenían los ojos como platos al ver los malabarismos de 'Ice' y 'Gato' en la plaza del Ayuntamiento de Santander. A buen seguro que muchos repetirán el día 13 en el Palacio. Los Harlem Globetrotters son conscientes de que ese es el público más especial que tienen. Porque ver uno de sus espectáculos se recuerda de por vida y anima a muchos a decidirse por el baloncesto como su deporte. Que niños y mayores se lo pasen en grande es su único objetivo. «Uno nunca sabe lo que le pasa a cada familia, pero al acabar el espectáculo, la gente se va con una sonrisa», señala 'Ice' Hrynko y asiente el 'Gato' Meléndez. «Crear ese recuerdo es algo que nos llena mucho a nosotros. Que haya adultos que nos digan hoy que nos vieron hace muchos años cuando eran niños y no lo han olvidado, hace que todo el esfuerzo que hacemos durante tantos meses por el mundo merezca la pena».
En sus actuaciones por todo el planeta, los dos protagonistas de esta historia han podido vivir muy de cerca esos momentos que les han hecho sentirse especiales. «Creo que fue en Kentucky, en Estados Unidos», relata 'Ice'. «Una madre buscó la forma de incluir a su hijo, que padecía autismo, en nuestro show. Y tras firmarle un balón, saltó a la cancha con nosotros a bailar. Su semblante cambió. Ahí tienes esa sensación de que haces algo especial». El momento que recuerda 'Gato' ocurrió en Jackson, también en Estados Unidos. «En un hospital había una niña que no podía moverse de cuello para abajo. Llevaba 13 años allí. Sólo podía moverse en una silla de ruedas especial. 'Te pido un favor. Que vivas la vida que yo no puedo vivir'», relata con un punto de emoción el portorriqueño.
El espectáculo que realizarán los Harlem Globetrotters en Santander lleva por título 'Fan Powered World Tour', en el que la interacción con el público es uno de los ejes fundamentales. En el show del equipo, hay partes planificadas y partes improvisadas. «Digamos que al 50%», comenta el 'Gato'. «Mucho de lo que hacemos con el público es improvisado y tratamos de adaptarnos a lo que hay en cada lugar. Las redes sociales en ese sentido nos ayudan mucho, por ejemplo a saber qué música está de moda en un sitio en el que actuamos. Pero en el show hay también jugadas que practicamos en los entrenamientos».
Con los 40 años cumplidos, el 'Gato', padre de dos hijas de 15 y nueve años, aún no se plantea la retirada de los Harlem Globetrotters. «Porque esto engancha, es adictivo», dice con una sonrisa. Cuando llegue el momento, le gustaría abrir «una escuela de basket en Puerto Rico. Para entrenar a los chavales y también a sus padres, y así puedan ser un ejemplo también dentro de casa». 'Ice' Hrynko, que aún no ha cumplido los 26, está en una edad perfecta para el baloncesto de alto nivel. Pero regresar al basket 'serio' no lo ve. «Me gusta la dinámica de los Harlem Globetrotters. Es un compromiso diferente con la comunidad». El momento de dejar el equipo y su deporte está lejano. Madre de un pequeñín de un año, los niños son su debilidad. «En el futuro, cuando deje el equipo, me gustaría ser trabajadora social en un hospital infantil».
Mientras tanto, 'Ice' sigue en su proceso de aprendizaje como maga del balón que el 'Gato' ya tiene más avanzado con sus siete años como integrante del equipo. Para que esos tres colores que decoran ese símbolo del entretenimiento se fundan en uno solo de la velocidad que lleva la pelota al recorrer todo el cuerpo o al girar sin descanso sobre el dedo índice. Para encestar desde rincones imposibles del pabellón de turno. O para, nadie sabe cómo, hacer que un niño meta una canasta. Los Globetrotters aún se arrodillan y oran para que un niño enceste en su espectáculo. «¡Y funciona! El 'jefe' de arriba ayuda a ese niño», exclama entre risas orgullosas 'Gato' Meléndez. En poco más de un mes, el Palacio de los Deportes de Santander será un compendio de ojos alucinados, risas sin límite y recuerdos para toda una vida asociados al azul, el rojo y el blanco. Los colores de la magia en el baloncesto.
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