El Igualatorio se exhibe ante el Baskonia

El caso es que el Igualatorio Estela suma cinco victorias en su debut en la LEB Plata y lucha ya por el liderato. El repentino cambio de entrenador, ese que pudo desestabilizar al equipo, ha tenido efecto contrario, les ha sentado más que bien y una formación debutante en la categoría ya aspira a colocarse al frente de la Conferencia Oeste.

Un parcial de 9-0 abrió un duelo desigual en el que los locales se hicieron gigantes en los primeros minutos para dedicarse después a administrar su renta, demostrando un gran oficio hasta desmadejar a su adversario. Así fue como aceptaron el intercambio de golpes en el segundo cuarto para llegar al descanso con 44-30 y la sensación de que el partido estaba encarrilado.

La segunda parte comenzó igual, algo imprecisa por ambas partes y con un Estela cómodo para mantener la ventaja no tanto por méritos propios como por demérito ajeno. Porque los santanderinos necesitaron más de dos minutos para anotar por primera vez. Claro que cuando lo hicieron cogieron ritmo. Dos puntos, triple, otra cesta de dos y máxima diferencia del partido: 51-34. Y menos mal para los vitorianos que Palazuelos erró tras ensayar otro tiro de tres. El Estela crecía conforme Kearse se hacía más grande. Por momento, enorme. Y es que los cántabros son más equipo con el jamaicano en forma. Un derroche de juego que combinado con la imaginación y fantasía de Norris bastaba para mantener lejos a un serio Baskonia que no lograba remontar.

Ya en pleno festival, Nakidjim comenzó a anotar para matar definitivamente el partido. A tres minutos para el final del tercer cuarto la diferencia se mantenía en quince puntos, pero a falta de dos Pablo Sánchez anotaba un triple que colocaba la diferencia en 17 puntos, la máxima renta hasta el momento, que con un jugadón de Norris justo al entrar en el último minuto se convirtieron en los 20 con los que terminó el parcial.

El último cuarto fue la historia de la nada. Veinte puntos, el oficio de los cántabros y la imprecisión del filial vasco, unidas a sus errores en el lanzamiento, pesaron demasiado. Thomas y Norris estrenaban el marcador con un 'alley oop' y acto segundo el propio Thomas ponía la diferencia en 24 para virtualmente sentenciar el partido a falta aún de siete minutos y medio. Un abismo en el marcado que se hizo mayor a falta de cuatro minutos, cuando la diferencia era ya de treinta. El partido ya se había terminado y solo restaban los minutos de la basura. Y ya se habían vivido algunos.

Este domingo los cántabros tienen un duelo con el Marín, uno de sus rivales directos en la clasificación, en una visita que puede servir para calibrar sus verdaderas posibilidades en la Liga. Porque si mantienen el ritmo pueden hacer algo grande en su primer años en la categoría de bronce del baloncesto español.