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Pedro Rodríguez
Madrid
Martes, 18 de junio 2024, 08:50
Los Boston Celtics han vuelto a escribir su nombre con letras doradas en la historia de la NBA, sumando su ansiado título número 18 y superando así a Los Angeles Lakers como la franquicia más laureada de la mejor liga del mundo. Tras vencer a los Dallas Mavericks por 106-88 en el quinto partido de las Finales (cerrando la serie 4-1), los Celtics pusieron fin a una sequía de 16 años sin títulos desde su última consagración en 2008.
El TD Garden fue testigo de un partido épico, donde el equipo dirigido por Joe Mazzulla demostró una vez más esa superioridad indiscutible que ha exhibido a lo largo de toda la temporada. Los Celtics, que finalizaron primeros del Este con el mejor balance de la NBA (64-18), dominaron la liga regular de principio a fin y luego fueron implacables en los playoffs para aplastar a sus rivales en cada serie.
El equipo de Boston se mostró intratable en las Finales, enfrentando a unos valientes Mavericks liderados por Luka Doncic, quien arrastraba problemas físicos evidentes. El primer cuarto del decisivo partido fue una muestra de nervios e imprecisiones por parte de ambos equipos, pero la defensa férrea de los Celtics y los contraataques letales marcaron la diferencia. Jaylen Brown y Jrue Holiday, con 6 puntos cada uno y un compromiso defensivo inquebrantable, lideraron a los verdes a un parcial de 9-0 que cerró el cuarto inicial con un marcador de 28-18.
El segundo cuarto fue el momento de ajuste y brillo para los Celtics. Jayson Tatum, quien hasta entonces no había explotado en anotación, se convirtió en una fuerza imparable. Con 31 puntos, 8 rebotes y 11 asistencias, fue la clave para que Boston ampliara su ventaja. «Se lo debíamos a nuestros fans… Ha sido un largo viaje, ha sido un largo viaje», declaró emocionado tras el partido.
El éxito de los Celtics no solo se debió a sus estrellas, sino también a un conjunto de jugadores que brillaron en su rol. Jrue Holiday, Kristaps Porziņģis, Derrick White y el veterano Al Horford fueron fundamentales en el triunfo de la franquicia de Massachusetts. Las defensas de Holiday y Brown fueron claves para contener al dúo estelar de Dallas, Doncic e Irving, quienes solo sumaron 14 puntos entre los dos en la primera mitad del partido.
Con un marcador de 67-46 al descanso, gracias a un triple estratosférico de Payton Pritchard desde su propio campo, la victoria se veía inminente. La segunda mitad sirvió para mantener la distancia y celebrar el título con la afición. Joe Mazzulla, el entrenador más joven en ganar un campeonato desde Bill Russell en 1969, homenajeó a sus jugadores sustituyéndolos uno a uno en los minutos finales.
La victoria no solo representa un título más para los Celtics, sino también una promesa de futuro brillante. Con un bloque sólido y joven, encabezado por Tatum y Brown, Boston aspira a una era de hegemonía en la NBA.
Luka Doncic, a pesar de su esfuerzo titánico con 28 puntos, 12 rebotes y 5 asistencias, no pudo llevar a sus Mavericks a la victoria. «No importa si tenía dolor, estuve en pista jugando, pero no hice lo suficiente», lamentó el esloveno, visiblemente decepcionado en la rueda de prensa posterior al partido. También destacó la grandeza de los Boston Celtics: «Son un gran equipo, tienen grandes jugadores. Llevan mucho tiempo juntos y han tenido que pasar por todo, así que tenemos que fijarnos en ellos, ver cómo juegan, su madurez. Podemos aprender de eso».
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