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El Grupo Alega Cantabria depende de sí mismo. No se puede pedir más en deporte. Bueno, bien, que pierdan los rivales de turno, que son el Tau Castelló y Melilla Basket. Cualquiera de ellos. Ahora bien, en la primera ecuación está que los cántabros ... ganen al Tizona Burgos (mañana, 19.00 horas). Porque el objetivo de la permanencia en la LEB Oro estaría casi asegurado.
«Si ganamos prácticamente estamos a salvo», señala Mirza Bulic, el ala-pívot esloveno que ejerce de capitán de los torrelaveguenses y al que ayudan en esa labor Agustí Sans y Fernando Sierra. Un duelo que será ante «para mí, la mejor unidad que hay en la Liga. El Burgos no tiene estrellas, pero como equipo, juega muy bien». Los castellanos son quintos en la tabla, pero... «Miedo, no. Si jugamos en el Trueba, no hay miedo». El esloveno, el jugador más experimentado de la plantilla, está preparado para lo que se avecina mañana. «Durante tu carrera juegas este tipo de partidos y vas aprendiendo. Se juegan con calma y concentración al máximo». A sus compañeros los ve «bien, concentrados y preparados». Su labor no será distinta a la de otros partidos. «Hacer que la gente me siga. Ser un ejemplo».
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«No podemos fallar». Las palabras son de otro de los capitanes del equipo, Agustín Sans, quien después de tres años en Cantabria admite que «cada vez se nota más la gente que nos apoya, que nos empuja cuando llegan los malos momentos y el sábado llega uno de esos». En honor a la verdad -como admite- «este partido es de los que realmente te gusta estar cuando eres jugador; te juegas la temporada en un partido, ante tu gente y dependiendo de ti mismo». Se queda un tanto pensativo y luego añade lo que le dice la cabeza y no el corazón. «Nos hubiera gustado habernos salvado antes, pero el objetivo era la permanencia y la tenemos ahí». Y tanto que sí.
El Alega se juega mañana cumplir con lo presupuestado en verano. Salvar la categoría es el primer paso para crecer, pero en una campaña en la que han tenido que lidiar con la fatalidad y los sobresaltos, hoy, víspera del duelo ante el Burgos en casa, puede suspirar por lo que está por venir. «Es una auténtica delicia mirar hacia arriba y ver a la gente disfrutar del equipo; lo hemos notado este año y ahora les digo que los necesitamos más que nunca y que queremos que el sábado -mañana- el Vicente Trueba nos transmita toda su energía», explica el míster, David Mangas, que percibe esa tensión que solo llega cuando se acerca el final.
El partido lo tiene todo. El rival, el Burgos, llega más relajado que el Alega, pero necesita mejorar ese quinto puesto que ocupa en busca de mejorar, supuestamente, sus emparejamientos en los play off. «Es un partido para que la gente lo pase bien; el Burgos es un equipo que lo ha hecho bien, que practica un baloncesto divertido y atrevido, pero nosotros jugamos en casa».
Los cántabros han notado esta semana esa presión de la que habla el míster. En Torrelavega, en la calle, en la tienda de turno... «Hemos tenido partidos como el del ascenso del año pasado, alguno que vas a la prórroga, que puedes forzarla si encestas o así, pero el del sábado es diferente. Es todo o nada», admite Sans. No lo piensa, o más bien lo piensa pero no lo dice. Si Alega perdiera mañana aún tendría una bala más el último día, pero en esta parte de la ecuación los cántabros van en cola. «No, no podemos pensar en la última jornada. El partido de mañana es un partido para la afición».
Y es que de no ganar al Burgos y hacerlo el Tau Castelló, en la última fecha se enfrentarían en la cancha de los valencianos en un duelo a muerte. Para ello se tiene que dar una triple carambola difícil de creer, pero... El Tau Castelló debería de ganar el domingo (18.00 horas) en la pista del líder, el Coruña. «Es algo que no contemplamos. Hemos tenido lesiones, muchos cambios de jugadores; adaptaciones difíciles y poca regularidad, pero ahora mismo podemos ganar ante nuestra gente y olvidarnos de lo difícil que fue todo», señala Mangas. «Necesitamos el apoyo 100% de los aficionados y nosotros tenemos que darles lo que se merecen», recuerda el entrenador. Es como si se sintiesen en deuda en el vestuario del Alega. «Hemos vivido tardes buenas, pero teníamos que haberlo hecho un poco mejor y nos hemos quedado ahí», reconoce Sans.
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