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Un paso de gigante por la permanenciaTodavía no esta sellada matemáticamente, pero el Grupo Alega Cantabria dio esta mañana un paso de gigante para alcanzar la permanencia en LEB Oro al vencer por 75-69 al Club Ourense Baloncesto en el Vicente Trueba, en un partido que les resultó complicado a ... los de Mangas. Los cántabros tuvieron que emplearse a fondo para dejar en la cuneta al cuadro gallego, que demostró que tiene un gran potencial ofensivo y que es un hueso duro de roer, tanto que todo se decidió en el último cuarto. Y es que fue en el asalto final cuando los de Mangas reaccionaron y lograron que los gallegos pasasen por su rodillo.
Harrar abrió el marcador con un tiro en suspensión que le Ourense no tardó en contestar por medio de Manjgafic. Y esa fue la tónica durante todo el primer parcia. Pocos puntos y mucho tanteo entre los dos equipos, sabedores de que había mucho en juego. Ni los cántabros ni los gallegos querían cometer errores y se mostraban excesivamente prudentes, algo que se reflejaba en el marcador, que apenas se movía. Las llegadas bajo el aro se podían contar los dedos de una mano, pero poco a poco el Grupo Alega Cantabria comenzó a entonarse gracias a las canastas de Dago Peña, Harrar y Palazuelos, que subieron el 10-6 para animar un poco el encuentro. Hacia falta más. Durante el primer cuarto los de Mangas mantuvieron la ventaja a pesar de las apariciones de Manjgafic, que daban aire al Ourense (12-10), pero el nuevo fichaje de los torrelaveguenses, Javi García, también reclamó su cuota de protagonismo y el parcial se cerró con 15-11 favorable a los de Mangas.
No es que fuese un mal comienzo, pero sí insuficiente, y más si se tiene en cuenta que se trataba de doblegar a un rival directo y luchar por dejar sellada la permanencia en LEB Oro. El Alega todavía tenía que mostrar una mejor versión de sí mismo si quería llevarse el partido. Nada de medias tintas. Con una renta tan pobre, el renovado Ourense podía dar la vuelta al marcador fácilmente. Y eso es lo que hizo en el segundo cuarto. Los gallegos demostraron que habían venido a plantar cara y sacaron a relucir todo su potencial, ese que parecía que tenían escondido en los primeros minutos de partido. Aboubacar, Urtasun y Cera no dejaron títere con cabeza y comenzaron a pasearse bajo el aro dejando tras de sí un reguero de canastas que Walter Júnior y Palazuelos se encargaron de maquillar un poco para los cántabros (19-19). El Alega tenía que recomponerse sabedor de lo que se le venía encima si no lo hacía. El propio Palazuelos y Harrar tomaron la iniciativa y lograron reavivar un poco a su equipo, pero Ventura, Aboubacar y Gjuroski daban la réplica incansables (28-27). El Alega intentaba marcharse en el marcador, pero la brecha que lograba abrir nunca era demasiado contundente. El Ourense no bajaba los brazos. Tanto que lo esfuerzos de Javi García no dieron el fruto esperado y a pesar de sus canastas el Ourense tomó por primera vez la delantera y pisó el acelerador (31-37). Dago Peña trató de para la sangría y lo cierto es que ayudó bastante, pero el jugador no pudo evitar que el segundo parcial terminase con un 20-29, que dejó el marcador con un cómputo total de 35-40 antes del descanso.
Tras el paso por vestuarios el Alega cambió el planteamiento. Mucho más incisivo, parecía que la charla de Mangas a sus jugadores había surtido efecto. En la mente una idea fija: ganar. Harrar y Sanz se pusieron las pilas y no dejaron escapar ninguna oportunidad de encestar para su equipos, bajo el aro, desde la línea de tres y también con tiros libres. El caso era sumar y recortar distancias. Una determinación que les llevó no solo a eso, sino a ponerse por delante en el marcador (51-49). En esas andaban cuando el Ourense reaccionó de nuevo por medio de Peciukevicius para volver a dejar la distancia entre ambos a solo un punto (53-52).
El cuarto parcial decidiría todo. Y vaya sí lo hizo. Los de Mangas no tenían más oportunidades y no iban a desaprovechar los minutos que tenían por delante. No con la posibilidad de sellar la permanencia y encima en casa. Peciukevicius volvió a la carga para poner al Ourense por delante, pero Javi García, Harrar y Sanz no bajaron los brazos. El partido se tornaba cada vez más intenso con ventajas de un solo punto o dos para cada uno de los equipos, y entonces llegó el arreón del Alega. Con un Harrar imparable y la entrada en escena de Mirza Bulic el partido empezó a tomar otro color, negro, no por lo fatídico, sino porque el color del uniforme de los cántabros era ya lo único que se veía bajo el aro. Peña, García, Sanz... todos iban desfilando y sumando puntos hasta llegar al 75-69 con que terminó el partido.
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