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Marco G. Vidart
Santander
Domingo, 29 de diciembre 2024, 19:29
Fue una mañana en la que ganaron todos. Deportistas, técnicos, directivos, autoridades, público... Porque ver a unas personas jugar al baloncesto sin más motivación que la de ser felices y lidiar algo mejor con una vida que ya de por sí les es más dura ... que a otras, fue un plan casi imbatible. Saski Penguins y Cantbasket04 jugaron en el pabellón Uco Lastra de Cueto el primer partido de baloncesto inclusivo en la historia de Cantabria. ¿Quién ganó? Pues ninguno. O todos. No había marcador capaz de reflejar tanta alegría por un día tan especial.
«Súper felices de haber conseguido algo así». Orpa López, la presidenta del Saski Penguins, estaba cansada, pero contenta. «A las diez ya estábamos en el pabellón. Los dos equipos, súper nerviosos», relata. La gente del Cantbasket, más ducha en parafernalias en partidos por su equipo en Tercera FEB, había preparado un 'photocall' y vestido el pabellón para un partido de postín. En esos prolegómenos, presentaciones y conversaciones entre los integrantes de ambos equipos.
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Y en el momento de lanzar el balón al aire, las doce del mediodía, había 270 personas en la grada. Los participantes en este primer partido aguantaron como unos valientes todo el tiempo reglamentario. «Habíamos pactado que si estaban cansados en la segunda mitad, lo hacíamos a tiempo corrido. Pero han aguantado y ha sido a tiempo parado, un partido en toda regla», añade López. Como un tesoro, y de consumo interno, quedará para la Federación Cántabra –que también ha echado un cable– el acta del partido. Que no el resultado. «No hemos llevado el marcador. No era el día de eso. Nos ha parecido lo mejor», señala la presidenta del Saski Penguins.
Lo mejor, las sensaciones. Todo el público aplaudía cada una de las canastas, Fuesen del equipo que fuesen. Entre los espectadores, la directora general de Deportes, Susana Ruiz; la alcaldesa de Polanco, Rosa Díaz; el alcalde de Piélagos, Carlos Caramés; o la de Bezana, Carmen Pérez. «Se han quedado alucinados», añade López. El mejor aval para una de las cosas que se pretendía con este partido, como es que más clubes de otros municipios se animen a crear un equipo de baloncesto inclusivo. No hace falta más que una cancha de basket y un balón. Y eso no es mucho.
Así, por un rato, la discapacidad intelectual pasó a un segundo plano para ver, simplemente, a jugadores de baloncesto. Y tras el partido, comida de hermandad en un restaurante cercano. A principios de febrero se quiere organizar otro. Quizá sea ya un triangular o un cuadrangular. Porque la semilla ya está plantada. El baloncesto inclusivo anotó ayer su primera gran canasta en Cantabria.
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