El Vicente Trueba, escenario de las primeras canastas de Pau Gasol

A pesar de ser el 'día del club' las gradas no estaban ni mucho menos llenas, y eso que el visitante era uno de los mejores equipos de Europa. Los botes del balón resonaban contra el parqué como cañonazos, interrumpidos únicamente por una breve tregua, la que marcó el susurro suave de la pelota al atravesar la red. Para un jugador de baloncesto ese sonido debe ser lo más parecido a la música. Y para Gasol, un muchacho espigado de solo 18 años, la tecla de play se accionó esa tarde varias veces en los 9 minutos 45 segundos que estuvo sobre la cancha.

El catalán, un júnior con el dorsal 16 a la espalda, anotó sus primeros seis puntos y desde todas las distancias posibles para más señas. Una canasta de dos, un triple y un tiro libre. Capturó sus dos primeros rebotes y también se encargó de anotarse una asistencia. Los blaugrana acabaron aplastando a los cántabros con un contundente chaparrón 64-100. Aquella temporada, Pau fue junto a Navarro, otro grande que también recogía la alternativa entonces, uno de los integrantes del equipo que se proclamó campeón ante el Caja San Fernando de Sevilla. Un plantel con nombres inolvidables como Djordjevic, Roberto Dueñas, Rentzias o Nacho Rodríguez.

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En el Vicente Trueba debutó como encestador, y por muy poco la pista del Besaya no se convirtió también en el escenario de su estreno en la élite. 29 segundos tuvieron la culpa. Sus primeros pasos en la ACB ya los había dado antes. Muy breves, eso sí, y solo unos meses atrás. El 17 de enero de 1999 ante el Cáceres. Poco le dio tiempo a hacer para ayudar a su equipo, que acabó perdiendo (92-78) y su primera aparición se quedó como una nota a pie de página en el partido. Sin embargo, aquel fue el germen de una carrera plagada de éxitos, la del mejor jugador de la historia del baloncesto español. «Fueron sólo 29 segundos, pero fueron muy intensos. Cuando llegué a casa, vi en vídeo con mis padres esos 29 segundos. Fue emocionante», recordaba Gasol.