Adrián Fernández salva dos puntos para el Bathco Torrelavega

El Recoletas Valladolid, de salida con dos pivotes sobre el 40x20, rompió el empate a cero inicial en el electrónico del Vicente Trueba, para abrir la veda goleadora naranja que materializó dos dianas con la firma de Oswaldo Maestro y Fabri Casanova. El duelo matinal comenzó con intensidad, cada uno apostaron por emplear desde los compases iniciales sus mejores armas. Los gladiadores azules elaboraban las acciones en ataque con disparos desde los nueve metros mientras el Bathco Torrelavega basó su juego en la intensidad defensiva y en la velocidad en la ejecución.

Los de David Pisonero, guiados por Méndez en sus acciones ofensivas, buscaban huecos en la defensa para asistir al pivote, pero no les resultaba sencillo debido a la fortaleza de los naranjas así que optaron por buscar otras opciones más rentables para su juego que les llevaron a una ventaja de dos tantos en el marcador. El Bathco reaccionó antes que los azules ampliasen la diferencia con acciones por la izquierda, el único punto débil defensivo de su rival.

La igualdad en el marcador y la preferencia por las jugadas elaboradas fueron las notas dominantes en el primer cuarto de hora de partido. A pesar de que los porteros, César Pérez y Mile Mijuskovic, apenas habían entrado en juego siempre aparecían opciones para la contra debido a los errores ofensivos de ambas escuadras. El Bathco Torrelavega aprovechó bien las pérdidas de los vallisoletanos para marcar en transiciones rápidas, buscando el uno contra uno.

A falta de diez minutos para el descanso el electrónico marcaba un empate a ocho, que reflejaba a la perfección la igualdad que había sobre la pista azul de Asobal. Un equilibrio en el que ninguno de los dos equipos conseguía imponer una renta superior a dos goles. A pesar de sus bajas, la plantilla de Pisonero mostró solidez, sin deshacerse en ningún momento, con un César Pérez que empezó a tomar protagonismo en la portería vallisoletana, deteniendo varios lanzamientos a los naranjas.

El equilibro sobre la pista fue aún más marcado en el tramo final del primer tiempo, en un encuentro hasta el momento con pocos tantos, muy trabado, y en el que no les estaba resultando sencillo a los equipos hallar el camino del gol. A menos de seis minutos para el final el Bathco Torrelavega abrió hueco de dos goles, en gran medida gracias a las jugadas por la izquierda. Los de Mozas parecían haber encontrado el camino correcto para distanciarse, pero el Recoletas Valladolid respondió con serenidad, sin caer en la precipitación, y volvió a empatar, resultado con el que se llegó al descanso.

La segunda mitad empezó con cuatro tantos en los primeros dos minutos, un par para cada bando, siguiendo la senda trazada en el primer tiempo. Sin embargo, varios errores consecutivos en ataque de los torrelaveguenses permitió a los castellano-leoneses situarse con cuatro goles de ventaja. Los naranjas, precipitados en las acciones ofensivas, forzaron el tiempo muerto de Álex Mozas, que necesitaba reordenar el juego de los suyos a tiempo, antes de que fuese demasiado tarde para ponerle remedio.

Le estaba costando al equipo torrelaveguense hallar una solución ofensiva, confiando entretanto en la velocidad y eficacia de Cangiani, uno de los más destacados del equipo hasta el momento. Lo cierto es que le vino bien el tiempo muerto a los naranjas, que recortaron la diferencia a dos goles, aprovechando un momento bajo de los vallisoletanos, que acababan de perder a Dimitrievski, lesionado.

El Bathco Torrelavega reaccionó y se puso a un solo tanto, forzando en este caso el tempo muerto de David Pisonero, que quería recomponer a su equipo y darle descanso a sus jugadores, que empezaban a notar el desgaste. Cangiani empató el encuentro a la contra y Dani Ramos logró poner a su equipo por delante. El Recoletas Valladolid, que había llegado a tomar una renta más que apreciable, se hallaba en el ecuador de la segunda mitad en una situación muy comprometida.

Los de Pisonero, a pesar de todo, trataban de resistir y lo consiguieron, igualando el partido cuando peor parecía que lo tenían, frenando a un Bathco lanzado en ataque y con la moral alta. El equipo naranja arrancó los últimos diez minutos con el electrónico igualado. Había conseguido recuperarse de la desventaja pero no había sabido sacar provecho a su buen momento posterior.

Los vallisoletanos recuperaron la confianza en sus lanzamientos en el tramo final del partido, con un Méndez sensacional. El Bathco Torrelavega, por su lado, respondía a cada acción visitante y, aunque no le estaba resultando sencillo romper la defensa, halló la forma de llegar a los últimos cinco minutos de partido con las opciones intactas.

La recta final del partido fue tensa y con errores por ambas partes. Méndez puso en ventaja a los de Pisonero a un minuto del final. Pero Adrián Fernández, el mejor de su equipo, empató desde siete metros y marcó en la última acción, consiguiendo finalmente rescatar los dos puntos para los naranjas.