Amargo estreno en el Vicente Trueba

El partido comenzó acelerado sobre la pista. Esteban Salinas rompió el empate inicial y durante los tres primeros minutos la igualdad pasó del 40x20 al electrónico. Los naranjas no tenían problemas en plantar cara a un Bidasoa que andaba desubicado. Oswaldo Maestro abrió la brecha en el marcador (4-2) y Jacobo Cuétara ni lo dudó. Tarjeta verde sobre la mesa y tiempo muerto para llamar a capítulo a los amarillos, que ayer lucían de azul. Rodrigo Salinas rentabilizó las explicaciones del técnico de los irundarras, recortó distancias y encarriló la remontada visitante en Torrelavega.

El Bidasoa se estaba desperezando y no tardó en despertar para tomar una ligera ventaja que los naranjas evitaron que fuera una sangría gracias al acierto de Carlos Calle bajo los palos durante el primer cuarto de hora. El portero naranja no pudo contener mucho más el ataque de los guipuzcoanos y los de Cuétara acabaron abriendo una brecha (5-8) que obligó a Álex Mozas a detener el partido. Las tornas estaban cambiando sobre el parqué y la suerte fue que los naranjas consiguieron mantener una distancia mínima mientras el Bidasoa intentaba cimentar una distancia que les diese cierta tranquilidad.

Los irundarras llevaron la delantera en el electrónico durante gran parte de la primera parte, pero el Bathco seguía la estela del Bidasoa. Un partido que comenzó muy igualado se iba tornando azulón a medida que pasaban los minutos una vez que los de Cuétara alcanzaron una distancia de cuatro goles (11-15) en la recta final de la primera parte, que se amplió hasta los cinco antes del descanso (13-18).

Los amarillos sufrían aunque tenían cierta solvencia frente un Bathco que salió muy respondón a los irundarras. El comienzo de la segunda parte afianzó el control de Bidasoa con seis goles arriba (16-22) mientras los naranjas iban a remolque como había sucedido hasta ese momento salvo en los primeros compases del partido. Los guipuzcoanos mantuvieron la distancias gracias al acierto de su portero francés Harbaoui Mehdi hasta el primer tercio de la segunda parte.

El Bathco, con una defensa muy expeditiva, se encontró ante el solvente ataque azulón que, a pesar de los intentos tanto de Carlos Calle como Mile Mijuskovic, no pudo contener. Solución: tiempo muerto de Álex Mozas. Torrelavega era capaz de aprovechar el acierto de los porteros bajo los palos, así que no conseguía cortar distancias ante los de Bidasoa, que mantenían una renta de siete goles que aumento a ocho. Mozas volvió a parar el juego consciente de las correcciones necesarias. Había tiempo, solo quedaba reaccionar y los de la capital del Besaya lo intentaron con todas sus ganas hasta dejar la diferencia en cuatro.

Cuétara que no iba a permitir ni una falta de concentración de los suyos y mientras los porteros naranjas seguían a lo suyo con una parada tras otra llegó el momento de creer en una remontada que no se produjo. El Bidasoa no soltó el partido (29-34) y las opciones de dar la vuelta al partido quedaron en un espejismo.