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El Bathco anuncia hoy un bombazo; no puede calificarse de otra manera. El club torrelaveguense oficializará el fichaje del extremo astillerense Ángel Fernández para las tres próximas temporadas: de la temporada 24-25 a la 27-38. El cántabro regresa a su tierra después una ... larga carrera internacional que le ha llevado a jugar en la élite y a alcanzar un nivel reservado a muy pocos.
Su regreso a Cantabria era algo que se barruntaba desde hace ya semanas. Pero no resultaba sencillo creer que Ángel Fernández, a sus 35 años, y aún jugando al más alto nivel, decidiera regresar a casa y a la modesta Asobal, comparativamente con otras competiciones europeas. Pues sí: el astillerense, que termina contrato a final de temporada, dejará atrás el balonmano francés para subirse al tren naranja. Lo hará la próxima campaña y, además, se ha comprometido para las siguientes tres temporadas. Para terminar su carrera en la élite en el Vicente Trueba, donde arrancó.
7 preseas
con la selección española en Juegos Olímpicos, Mundiales y Campeonatos de Europa (se ha proclamado dos veces campeón) desde su debut en 2015.
Han influido muchos factores. El primero, probablemente, su próxima paternidad, una circunstancia personal que ha acrecentado su deseo de volver a casa. El segundo, la buena relación que le une con los actuales dirigentes del Bathco, equipo en el que jugó entre 2008 y 2013. De hecho, durante todos estos años ha mantenido una estrecha relación con el directivo y portavoz naranja, Álex Gómez, uno de los grandes culpables de que el lateral, que tenía además ofertas más sustanciosas de otros equipo, incluido el Barça, regrese a Torrelavega. Compartieron vestuario y aquella amistas ha hecho las cosas mucho más sencilla a pesar de que el Bathco no podía competir económicamente con otras pujas.
7 títulos
domésticos: dos en Polonia (Liga yCopa) y otros cinco en España, tanto una Liga con el Barcelona como en los diferentes torneos del KO.
Las conversaciones cristalizaron esta semana, una vez terminado el Preolímpico que ha vivido con los Hispanos. Con Ángel y el Limoges de acuerdo en que esta será su última temporada, el Bathco no puede ni debe ya ocultar algo que supone un salto de calidad para el club y para quien será su próximo entrenador, Jacobo Cuétara, en ese intercambio en los banquillos que protagonizarán Bidasoa y Balonmano Torrelavega.
Faltan así unos meses para que uno de los jugadores de cabecera de Jordi Rivera vuelva a vestir de naranja, poniendo así el colofón a una carrera en la que lo ha ganado casi todo, incluidas medallas mundialistas, europeas y olímpicas con los Hispanos.
De hecho, antes de regresar a sus orígenes será olímpico este en París con la selección española, con la que debutó en 2015 después de haberse forjado en la cantera cántabra (en primer lugar en la del extinto Teka y después con el Torrebalonmano) antes de consolidarse en el club naranja, aún fuera de Asobal y hacer las maletas para debutar en la máxima categoría, en concreto con La Rioja.
El extekista Manolo Cadenas le hizo debutar en la selección y después Jordi Ribera le llevó a los Mundial de 2017. Se consolidaba en la élite del balonmano mundial y la Asobal se le empezó a quedar pequeña. Tras cinco años en Logroño dio otro salto de calidad para recalar en el Kielce polaco, uno de los grandes de Europa, con el que ganó la Liga y la Copa domésticas. Y acto seguido regresó a España para enrolarse nada menos que en el Barça y aupar cinco títulos, entre ellos la Liga de Campeones.
Como Hispano disfruta de un bronce en Tokio 2020, dos bronce en Mundiales y dos campeonatos de Europa como uno más de ese trío cántabro que sostiene la selección en los últimos años, junto a los hermanos Dushjebaev. En resumen, su vuelta a Cantabria es todo un acontecimiento para el balonmano montañés. No importa, en realidad, si han sido dos, tres o mil llamadas las que hicieron falta para convencerle. Lo cierto es que las próximas tres temporadas estará a media hora de su casa. O de donde volverá a vivir, porque aunque astillerense, Ángel Fernández también siente Torrelavega como su casa. Y no lo ha demostrado solo con palabras –que también–, sino con hechos, como lo seguirá haciendo al menos durante tres años.
Ángel Fernández llevaba tiempo diciendo que jugaba «para divertirse». Quizás porque para un chico de El Astillero tener un palmarés como el que luce era ya más que suficiente, aunque sin renunciar a seguir engrosándolo. El año pasado se dejó querer y apuntó su deseo de «acabar donde empezó todo»; de cerrar en algún momento el círculo. Ahora las circunstancias personales le han empujado un poco más. Ya se visualiza paseando por su Astillero natal, donde recientemente se bautizó un pabellón con su nombre en un sencillo acto para el que reorganizó su agenda. Quería estar allí. O disfrutando de su Racing, que no todo va a ser balonmano o del que no se pierde un partido allá donde esté.
Cuando era más joven buscaba mejorar, progresar y alcanzar un equipo que le reconociera todo lo que sabía hacer, pero ahora lo que quiere pasárselo bien haciendo lo que realmente sabe.
Se fue a La Rioja con lo puesto y le llamaron para la selección sin que lo esperara. Ganó el bronce olímpico que no cambiaría por nada y conoció Polonia y Francia desde la pista de balonmano. Por el camino formó parte del equipo en el que todo jugador de Asobal quiere jugar, el Barcelona. Y aprovechó el viaje para ganar todo a lo que un jugador puede aspirar. Ángel Fernández puede seguir disfrutando en la cancha. Ahora cierra el círculo y lo hará en su equipo de siempre.
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