El Bathco derriba barreras a favor de la inclusión

El proyecto 'Jugamos todos' cumple un año y junto a Jorge Peréz están Juan Carlos 'Peke' Hortal, otro de los directivos de la entidad del Besaya, y los trabajadores del centro María Belmonte, Carlos del Cura y Alejando Setién. El equipo de balonmano inclusivo era «un sueño para el club», apunta Jorge Pérez, y «una idea que yo tenía hace mucho». El proyecto quedó en la lista de pendientes ya que «al final vas creciendo como club y por H o por B lo vas dejando un poco, así que el año pasado dijimos que no esperábamos más». Era el momento de dar un paso al frente y seguir derribando barreras en Torrelavega.

En estos doce meses, los 35 jugadores del equipo inclusivo han ido superando obstáculos tanto dentro como fuera de la pista. «Esperan cada martes con muchísima ilusión», cuenta María Belmonte. La trabajadora del Centro de Día del Fernando Arce también sabe lo que es vestir la camiseta naranja. En el 40x20, Belmonte dirigía al equipo como central y ahora en el Fernando Arce ha plantado el germen del balonmano en un grupo heterogeneo formado por chicas y chicos desde los 15 hasta los 52 años.

A los beneficios físicos, «se ha visto mejoría en ellos a nivel de motricidad y de coordinación», se suma las consecuencias «en lo social», añade la exjugadora. María Belmonte no deja de enumerar los múltiples frutos «en el ambiente, en la familia». Es más, «igual que para mí, el balonmano fue siempre parte de mi vida y encontré en él una familia en el club en sí; ahora se les está inculcando un poco de la misma manera». El grupo al completo tiene la oportunidad de ir a ver los partidos de Asobal cada vez que juegan en casa, hay chicos que han sido voluntarios e incluso se han encargado de la mopa durante los compromisos del primer equipo y ellos mismos han jugado su primer amistoso frente al Oviedo en el Pachín.

«Estas experiencias son las que les involucran en el día a día. Hay chicos que se han sacado el carnet para ser socios del club a pesar de tener la posibilidad de ir con las entradas que les damos o ves que se han comprado balones», apunta Belmonte. «Se van metiendo en el mundo del deporte, en el ambiente del balonmano y están viviendo una experiencia fascinante», concluye la exjugadora. Ahí es donde se consigue el objetivo del proyecto. Jorge Pérez es claro: «para mí, la inclusividad es eso, que ellos sean capaces de involucrarse en el día a día y se reconozcan como parte del club».

Una vez presentados en sociedad con el partido ante el Oviedo, «así como tenemos alevínes, cadetes, infantiles, juveniles, Primera, Asobal, chicas, chicos, pues tenemos el inclusivo. Son una parte más» del Bathco y la intención es que siga creciendo igual que el resto de secciones. Afortunadamente, cada vez hay más entidades que apuestan por incluir en sus organigramas esta apuesta por la integración como en Zamora, Palencia, Guadalajara, La Calzada en Gijón y Oviedo.

Esa cercanía geográfica hace que la intención sea que jugar partidos «tenga una continuidad y seamos capaces, al menos una vez al mes, de poder competir contra otro equipo», anuncia Pérez. «Nuestro próximo objetivo es el desplazamiento. Ser capaces de desplazarnos a un sitio para jugar. Nuesta intención es seguir explorando los límites», cuenta. Lo importante tanto para Belmonte como para Pérez es que las chicas y chicos del Bathco inclusivo «sigan rompiendo barreras» y lo hagan con el «apoyo de las familias y de todos los que les rodean».