El Bathco, a la final de Copa y a Europa

La segunda semifinal del torneo del ko realmente era más una final. El premio era demasiado goloso para desperdiciar ni un minuto en dudas.

Lo cierto es que el inicio no auguraba una tarea sencilla. Xoan Ledo no tardó en desatar las pesadillas naranjas desde los primeros segundos de partido. El Ciudad de Logroño no quería fallos (8-2) y no dejaba de hacer daño a los del Besaya, con un ataque letal en el que en esta ocasión ni Mile Mijuskovic pudo hacer nada. Preciado apuntalaba el dominio franjivino obligando a Álex Mozas a detener el juego para pedir a los suyos muchas más ayudas y fortaleza en ataque. El Bathco tuvo que reiniciarse y organizar las ideas para arrancar una escalada en el electrónico (9-6) que devolviera la confianza a los naranjas tras el dubitativo arranque.

En el proyecto de remontada torrelaveguense, dos intervenciones de Ledo ralentizaron un empate que acabó llegando en un disparo de Mikolaj Czaplinski (9-9). Velasco ni lo dudó. Tarjeta verde y cambio de planes en las filas riojanas a falta de diez minutos para el descanso. Ni naranjas ni franjivinos impusieron su ley durante el último tercio de la primera mitad y se mantuvo un equilibro tanto en el marcador como en la pista, que llevó a ambos rivales rumbo a vestuarios con un empate (15-15) y todo por decidir en la segunda mitad.

La igualdad se mantuvo mientras se retomaba el juego. Bathco y Logroño estaban a 30 minutos de cerrar el partido que iba a mandar a uno de los dos rumbo a Europa para el próximo curso (18-18). El tiempo se iba agotando y los minutos se consumían, pero sobre el 40x20 todo seguía igual (20-20). Entonces llegó la ventaja mínima de los franjivinos (24-22) y Mozas no esperó. El técnico llamó a capitulo a los naranjas. El último cuarto de hora iba a ser no apto para todos los públicos ni para todos los corazones. Con las tablas (28-28) en el electrónico y un efectivo menos por la exclusión de Pablo Paredes enfilaban los de Torrelavega dispuestos a morir en la orilla o a sacar adelante un partido que parecía escrito para la historia. Adrián Fernández había subido el empate al marcador y con Mijuskovic recuperando el balón fue el lateral argentino Fabrizio Casanova quien, con un certero disparo, lo mandó a las redes y subió el gol de una victoria que lleva a Europa.