El Bathco muere en la orilla en Serbia después de remar con todo en contra

El parón y el repaso de ideas que dio el técnico del Bathco hizo reaccionar a los naranjas (7-4) que entraron, ahora sí, de lleno en el partido. Los quince minutos iniciales de desconcierto habían dado paso a un juego rápido con el que pretendían abrir el cerrojo de la defensa serbia, mientras Javi Muñoz, letal como siempre desde los siete metros, acercaba a los del Besaya (9-7). El Vojvodina pisó el acelerador. Ahmed Hussein abría, de nuevo, esa pequeña brecha de tres goles (13-10) que el Bathco no acababa de recortar entre la inferioridad numérica, la discutida roja a Muñoz y un inspirado Andrej Trnavac bajo palos. La bocina que mandaba a los equipos al vestuario encontró a serbios y cántabros (14-10) con una diferencia de cuatro tantos que ponía cuesta arriba el partido para los naranjas.

El intercambio de golpes inauguró la segunda parte del partido (18-15) con un Bathco mucho más centrado. Prokop se dedicó a hacer caja mientras la defensa torrelaveguense se plantaba firme. El acierto ofensivo naranja cambió el decorado (21-18) que invitaba a creer en una remontada, pero la precipitación empezaba a complicar la vida al Bathco. Los serbios alcanzaron su máxima renta (23-18) y Jacobo Cuétara tiró de tiempo muerto para detener la sangría. No había opción para más errores. Si el Bathco quería rescatar algún punto ante el Vojvodina no se podía fallar más y dar rapidez al movimiento de balón. Y entonces funcionó. Los de Torrelavega se pusieron a un gol de los serbios y, mientras Ángel Fernández subía el empate al marcador (29-29), afloraron los nervios balcánicos, que crecían a la par que los naranjas se agarraban con fuerza a un empate que no llegó por el acierto de Jovanovic desde los siete metros (31-30).