El Bathco, sin opciones en León

No tenía pinta de ser el día y no lo fue. El Ademar venció con holgura en la reanudación de la competición al Bathco, por momentos desconocido, empujado por su héroe particular: Gonzalo Pérez, que con sus once goles lideró a los maristas para seguir opositando a Europa ante un adversario, el cántabro, al que tampoco le iba demasiado en el envite, aunque mal haría en darlo todo por hecho. Los de Manolo Cadenas ganaron a Bathco (37-29) en un partido ya encarrilado en el ecuador del primer tiempo y que, salvando los primeros diez minutos, solo tuvo color leonés. Los cántabros tienen la permanencia en el bolsillo, pero no pudieron amarrar los dos puntos que la certifican. No tuvieron ninguna opción.

En los primeros compases, los de Álex Mozas lograron plantear problemas a los de Manolo Cadenas pese a la importante baja de Isi Martínez, el director de juego de los naranjas que no podía disputar este partido que tanta ilusión le hacía y medirse a su hermano Antonio, en el extremo derecho ademarista.

El Bathco logró ponerse por delante (2-3), pero fue algo testimonial. El Abanca Ademar abrió gas, elevó el ritmo de partido notablemente e hizo descarrilar las opciones de sorpresa cántabras. Un parcial 4-0 de los leoneses, liderados por una buena defensa y su arma eterna, el contragolpe, disparó la ventaja local (6-3).

La ventaja marista creció hasta los seis goles con un Gonzalo Pérez infalible y letal, un día más. El leonés lideró la anotación del Ademar. Solo las exclusiones maristas abrieron una pequeña ventana a la esperanza torrelaveguense para colocarse a cuatro goles por instantes, aprovechando la inferioridad numérica marista.

En el inicio de la segunda mitad, el ritmo cayó a niveles más normales y las porterías tomaron cierto protagonismo, que hasta ese momento le había sido negado, mientras que la diferencia en el marcador se mantenía relativamente estable.

El choque cogió ritmo de nuevo y rompió el partido de forma definitiva, llegando a los ochos goles de ventaja impulsado también por la portería por Bomastar, que comenzó a encontrar sensaciones bajo palos mientras que Araújo hacía lo que podía para aguantar el chaparrón. Definitivamente, la del miércoles no era la gran noche de los de Álex Mozas.

El Ademar, sin embargo, empezó a dar oportunidades al Bathco. Superado el ecuador del segundo acto, los de Cadenas comenzaron a encadenar imprecisiones y pérdidas que, sin embargo, los cántabros no aprovecharon y no pudieron recortar una diferencia que, a pesar de que quedaban más de diez minutos de juego, parecía ya definitiva.

El final del encuentro fue plácido para los leoneses, que ya sabían que la victoria no se les iba a escapar. Y en ciento modo también para un Bathco que sabía el partido perdido, sin opciones ya en ecuador del segundo tiempo y tras ir siempre a remolque. La permanencia tendrá que esperar un poco más, pero muy mal se tiene que dar, pero mucho, para que el próximo curso el Vicente Trueba no vuelva a disfrutar del balonmano de élite. La próxima función, en casa. Y tiene sabor a estreno.

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