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Adela Sanz
Domingo, 2 de junio 2024, 20:29
En el momento, un subcampeonato puede parecer un poco amargo y perder una final, una mala conclusión para un torneo. Pero el Bathco Torrelavega ha demostrado que caer (23-36) ante el todopoderoso Barcelona era un mero trámite después de asegurar su plaza europea para ... el próximo curso al dejar en la cuneta al Rebi Cuenca (30-31) en cuartos de final y al Ciudad de Logroño (28-29) en semifinales.
Tras un partido en el que se plantó cara en la primera parte (15-19) y el Barça impuso la lógica en la segunda mitad para abrir brecha en el marcador y sentenciar la final, los naranjas cierran a la vez la temporada y un ciclo en su historia con un hito en el balonmano cántabro que supone un broche perfecto que se tardará unos días todavía en procesar. Despedirse del curso 2023/24 lleva implícito también el adiós de varios pilares del vestuario torrelaveguense entre los que están el lateral derecho Alonso Moreno, el central Adrián Fernández y el pivote Dani Ramos. «Lo único que nos decíamos es 'Hoy no es el último'», cuenta Alonso Moreno. «Es una frase muy repetida dentro del vestuario e insistíamos en ella una y otra vez, como si fuera un mantra».
Bathco
Abraham González, Mile Mijuskovic, Héctor González, Adrián Fernández, Alonso Moreno (1), Álex Rubiño (1), Javi Muñoz (7), Dani Ramos (3), Borja Lombilla (1), Pablo Paredes (2), Jokin Aja, Facundo Cangiani, Marko Jurkovic (3), Fabrizio Casanova (1), Matheus de Novais (2) y Mikolaj Czaplinski (3).
23
-
36
Barcelona
Gonzalo Pérez de Vargas, Emil Nielsen; Jonathan Carlsbogard (2), Dika Mem (8), Aitor Ariño (7), Blaz Janc (2), Timothey N'Guessan (2), Aleix Gómez (4), Thiagus Petrus, Djordje Cikusa (3), Domen Makuc (2), Haniel Langaro (2), Melvyn Richardson, Ian barrufet, Petar Cikusa (1) y Javier Rodríguez (3).
Parciales 2–5, 5–7, 8–11, 9–14, 12-17, 15–19 –descanso– 16–22, 17–26, 19–28, 19–31, 20–34 y 23–36.
Árbitros Andreu Marín Lorente e Ignacio García Serradilla.
El viaje ha sido intenso, de eso no cabe duda, lleno de aventuras y experiencias al que todavía no se puede poner las palabras exactas «Es una auténtica locura. No sé explicarlo todavía», continua el de Fuengirola. «Con la temporada tan de perros que estábamos pasando, el poder seguir mejorando los resultados del curso anterior tiene como premio la clasificación a Europa y disputar la Supercopa Ibérica». El premio no solo es el subcampeonato de Copa del Rey, sino que a la plaza en la Liga Europea se suma el torneo que enfrenta a los campeones de Liga y Copa de España y Portugal. Al ganar el Barcelona ambas competiciones, el subcampeón del torneo del ko acude a la cita como ya hizo el Ciudad de Logroño la pasada edición.
La clave del éxito pasa por el componente «colectivo que puede con todo», apunta Moreno, «cuando más jodidos hemos estado, hemos tirado de equipo no de nombres, individualidades ni de plantilla». Desde luego, lo mejor de la Copa «ha sido redimirnos de estos dos meses tan duros y sacar nuestra mejor versión durante estos días».
Desde luego «acabar así, da gusto», cuenta Adrián Fernández. El director de orquesta naranja ha derrochado, una vez más, talento sobre la pista marcando el ritmo de un Bathco Torrelavega que tiene en el avilesino a su piedra angular. «Cada partido era una final y aunque no teníamos ninguna presión, lógicamente sí queríamos hacerlo bien», explica el central naranja. El éxito de los torrelaveguenses se ha cimentado en «los retos a corto plazo», asegura Fernández. «Llegar hasta un parcial de una forma, alcanzar el descanso con pequeños ajustes, en la segunda parte ir poco a poco hasta que ya solo quedaba un pasito para hacer historia». Los del Besaya se centraron en «quitarnos esa presión de equipo novato que no está acostumbrado a llegar hasta este punto y ahora lo hablábamos en el bus de regreso, seguimos sin creérnoslo y sin asimilarlo. Clasificados para Europa».
El conjunto de emociones y tensión de estos días se han ido acumulando hasta el éxtasis que supone recoger la medalla de plata que certifica el subcampeonato del Bathco Torrelavega. «Hemos conseguido algo que no esperábamos. Sería muy soberbio decir que pensábamos llegar a la final de la Copa», añade Dani Ramos a lo que comentan sus compañeros. «Llegamos muy justos tanto de cansancio como de gente», explica el pivote gallego. Para el de Lalín, el «estar muy juntos, con mucha unión y aislados del entorno, ya que el objetivo era muy complicado». Lo cierto es que los del Besaya devolverán al balonmano cántabro a una competición europea y pasearán el nombre de Torrelavega por el continente después de una competición brillante que les ha dejado una plata que brilla tanto como el oro.
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