El Sinfín se cuela en la fiesta del Barça

Intachable y sorprendente. Así se puede calificar la actuación de los de Montesinos que durante los dos periodos practicaron un balonmano efectivo. Supieron esperar a que el técnico rival, Jacobo Cuétara, abriese la defensa para presionar, y a partir de ahí el juego santanderino fue a más. El bloque fue determinante para consolidar un brillante triunfo por 33-28.

Todo comenzó con las defensas superando a los ataques, sobre todo la de los santanderinos, que apretaba a la primera línea irundarra para llegar al minuto 12 con un parcial de 7-3 que se sustentaba en los aciertos del meta Ernesto y en la agresividad del 6-0. Con ello lograron anticiparse a la primera línea rival.

Los minutos pasaban y se alcanzaba el 15 con un 8-4. Los santanderinos mantuvieron un nivel de acierto e intensidad muy superior que hizo estéril el trabajo del Bidasoa. Valles anotaba el décimo gol para sus colores.

Ya de los últimos diez minutos cada error se paga caro por el lado santanderino, ya que los atacantes irundarras recuperaron efectividad y se acercaron en el marcador con un peligroso 11-8. Pero la respuesta fue inmediata por el lado de los de Montesinos, que aprovecharon las acciones tácticas, como el dos contra dos con finalización en asistencia para Lon que acabó en un gol que les mantuvo por delante.

La igualdad en el juego no decaía y a medida que pasaban los minutos se perdía efectividad. Se acercaba el intermedio. El Bidasoa recurrió a un cambio de defensa pasando al 5-1 con Zabala como avanzado, una medida que trató de ahogar el juego de la primera línea santanderina y con un parcial de 0-2, con goles de Cavero y Azkuea, se acercaron y dejaron todo abierto para la segunda mitad.

Los primeros treinta minutos hacían concebir esperanzas al público local, que se veía reforzados en su ilusión de ver a los de Montesinos disputando a tú a tú el resultado. Se confiaba en que la puntería de su jugador más desequilibrante en el lanzamiento, Ostroushko, mejorase, ya que su anotación de la primera media hora fue nula.

La primera acción de la segunda parte fue de él e hizo ganar a los suyos la confianza que les había faltado. Un 3-0 en tres minutos, con dos goles de Oustrousko y una vaselina de Barça, devolvían los cinco goles de ventaja a los santanderinos.

Al cumplirse los cinco minutos las cosas se mantenían favorables para el cuadro de Montesinos, que seguía dominando por cinco goles 19-14.

Defensa presionante por parte del Bidasoa, que llegaba a jugar con el avanzado hasta los veinte metros, aún así la ventaja alternó entre los cinco y seis goles. Sobre todo cuando el meta local Ernesto lograba el tanto 21 con un lanzamiento de portería a portería. Seis goles de ventaja a los trece minutos.

Jacobo Cuétara apuraba sus opciones perdiendo por 22-16 y pidió un nuevo tiempo muerto. Su defensa no podía con el juego que tenía delante y recurrió a la defensa individual sobre el director de juego, el siempre goleador Nacho Valles.

La ventaja local se había instalado y así se mantuvo dentro de los últimos ocho minutos. La ventaja no bajaba.Sobre la pista de juego, mucha tensión y protestas a los colegiados. Había mucho en juego.

Los últimos tres minutos fueron un festival y la defensa suicida de los irundarras permitía a los santanderinos encontrar pasillos y mantener la ventaja. Al final entre la apoteosis del graderío el Liberbank Sinfín lograba una victoria para enmarcar por 33-28 y que le permite colarse en la fiesta privada del Barcelona, que superó como decían los pronósticos al Huesca. La afición podrá disfrutar del jugar en su casa ante un elenco de estrellas... ¿Quién sabe? Sería la mejor manera de hacer historia.

El rey de Copas, el Barça, buscará este domingo (20.30 horas) ante el Liberbank Cantabria enlazar su cuarto póker consecutivo en una competición que siempre se le ha dado particularmente bien no en vano suma quince títulos y seis subcampeonatos. El Barcelona, el claro favorito al título, prepara en el Palacio de Deportes un ensayo general de cara a la Final Four de la Liga de Campeones, que disputará la próxima semana. Enfrente tendrá al Liberbank Cantabria Sinfín que parece empeñado en escribir un capítulo importante en la historia del balonmano y levantar una copa que hasta ahora solo consiguió el Teka. No habrá cambio de planes y ante el Barça, todo lo que se haga será poco. El público disfrutará más que nadie.

Adela Sanz

No se llegó a los 1.800, pero el millar de espectadores que ocuparon las gradas del Palacio de los Deportes hizo por una tarde recordar como era la vieja normalidad. Las camisetas facilitaban la identificación: el amarillo del Bidasoa y el negro del Liberbank Sinfín. El primer enfrentamiento de la tarde comenzó antes de que saltasen los jugadores a la pista. El 'Santander, la marinera' de la charanga; 'La San Miguel' casi enmudeció al más de centenar de irundarras que llegaron hasta la capital cántabra, dispuestos a arropar a su tropa con el comandante Julen Aguinagalde. Banderas al viento y bufanda anudada en la muñeca.

Sin grandes colas y con un acceso escalonado, las gradas se tiñeron de aficionados que comenzaron el despliegue. El deporte seguro es posible y las aficiones lo demostraron. Una pancarta de la peña por aquí, un lábaro por allá y todo ello siguiendo el ritmo del 'It's my Life' de Bon Jovi.

Se sintió el calor del público. Por seguridad, el Sinfín redujo el aforo al 30%, que terminó por concretarse en un máximo de 1.800. Con el pitido inicial se desató la locura. Había ganas de animar y sobre todo de ver a los suyos en la final. No faltaron ni los compases del 'Bella Ciao', al que los de la San Miguel recurrieron cuando la defensa del Sinfín brillaba. Los más pequeños con la camiseta del Liberbank Cantabria, que también se apuntaron a la fiesta, celebraban cada parada del local Ernesto Sánchez. Los de Bidasoa también tiraron de artillería pesada: bombos y altavoces. Solo que en su caso fueron bajando la intensidad a medida que pasaban los minutos y el electrónico se ponía cuesta arriba.

Al final, la victoria (33-28) del Liberbank terminó con la afición y jugadores cantando un 'Santander, La Marinera', que sonó a conjura para una final ante el todopoderoso Barcelona, Rey de copas.

La segunda semifinal no perdió colorido. La peña del Frente Navaverde del Bada Huesca, menos numerosa que los seguidores del Bidasoa, ocupó el lugar que dejaron los amarillos en la grada y la San Miguel, mientras el Barcelona, como si de una superestrella de rock se tratase reclamaba toda la atención para si. No hubo sorpresa y el Barça superó al Huesca.

Al finalizar, choque de codos para despedirse, comentario de las jugadas y planes para la final. Los del Liberbank iban soñando con... ¿Quién sabe?