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RAFA GONZÁLEZ
Santander
Jueves, 21 de febrero 2019, 15:51
Jorge Filipe Fernandes Monteiro da Silva nació en Oporto el 23 de mayo de 1989. Comenzó su andadura como jugador de balonmano en la campaña 2004-2005 en el Sao Paio Oleiros, donde jugó dos temporadas hasta la categoría juvenil antes de pasar al Oporto, ... en el que permaneció siete temporadas para dar el salto a España en 2011, a un Teucro en División de Honor B. Al año siguiente inició su andadura en Asobal y ya no ha abandonado la máxima competición española. Esta temporada se incorporó a la disciplina del DS Blendio y ha demostrado que su brazo izquierdo es uno de los mejores de la Liga. Con los marcados contra el Bada Huesca -siete- supera ya los 600 goles en la máxima categoría. En concreto, 605. Un balance de 86,42 por temporada.
-Sí; me alegro de haber llegado a esa cifra, aunque la verdad es que no era consciente de ello. Me alegro de forma individual y colectiva, porque mis goles habrán ayudado a los equipos por los que he pasado. Porque eso es lo importante: lo que puedas aportar en cada momento a tu equipo.
-Muy bien. A principios de temporada nadie en el grupo creía que a estas alturas de la temporada fuéramos a estar en los puestos que estamos, pero lo hemos conseguido por el trabajo y la aptitud que estamos poniendo en todos y cada uno de los entrenamientos y partidos. En el tema personal estoy muy, muy contento aquí. Me he adaptado muy bien al club, tanto al entrenador como a la forma de jugar. Así que muy, muy contento.
-No; no lo considero un paso atrás. Desde fuera el Granollers se puede ver como un equipo con más trayectoria y con más historia, pero allí no estaba teniendo el protagonismo en el equipo que me han dado aquí, así que no lo considero un paso atrás. Para mí ha sido al revés: he dado un paso adelante y estoy muy contento de haber venido a Santander.
-Este año me esta sorprendiendo que la Liga está muy igualada. Cualquier equipo puede ganar a cualquiera y perder también. Ahí está la prueba, por ejemplo, en nuestro próximo rival, el Alcobendas. Allí han perdido Granollers, Guadalajara y Anaitusuna. Todo puede ocurrir en cualquier partido y eso a nivel de balonmano está muy bien para que en España vuelva a resurgir como estaba hace algunos años, que era la referencia mundial.
-Es muy complicado viendo lo alto que se tuvo el listón en Santander, pero nosotros estamos haciendo nuestro trabajo. Disfrutando muchísimo y consiguiendo resultados. En el pabellón vemos que los aficionados se están enganchando. Eso, para nosotros, ya es una grandísima alegría. En La Albericia tenemos una afición que nos anima siempre y cada día hay más gente nueva.
-Sí; es cierto que en la primera mitad del partido no estuve tan acertado como en la segunda, pero volvía de la lesión del hombro, estaba un poco falto de adaptación y no acerté en tres lanzamientos seguidos. En el descanso me propuse hacer borrón y cuenta nueva, volví al campo para darlo todo y tuve éxito.
-Aquí hay muy buen ambiente de balonmano. La gente va al pabellón de La Albericia con ganas de estar al lado del equipo animando y presiona a los árbitros. Eso está muy bien. Hay otros pabellones que tienen aficionados, pero no son tan entendidos como aquí, la de Santander es una afición que sabe de balonmano.
-La verdad es que sí; es un club en el que rápidamente te sientes cómodo y cualquier compañero quiere continuar. Me siento bien. Se trabaja bien y la ciudad es muy bonita, la verdad.
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