El giro radical del Blendio Sinfín

La derrota en La Albericia contra el Civitas Guadalajara (26-29) despidió un 2022 con once jornadas sin celebrar una victoria y el sabor amargo de no ver el trabajo reflejado en los resultados ni en la clasificación tras una primera vuelta marcada, además, por las lesiones del central Nico Bono y del lateral derecho Nico Zungri. El parón en la competición por el Mundial de Polonia y Suecia permitió a los de negro recomponer pieza a pieza la propuesta del entrenador debutante, Rubén Garabaya, para dar un golpe de timón que permitiese al Blendio Sinfín mantenerse vivo en la lucha por una permanencia que parece más igualada que en las temporadas anteriores.

Los sinfinistas llegaron al primer partido de la segunda vuelta como últimos clasificados con dos victorias –Ciudad de Logroño y Benidorm– y dos empates –Anaitasuna y Bada Huesca– después de los quince primeros partidos. Durante la pretemporada invernal de unas cuatro semanas, Garabaya y el resto del cuerpo técnico se centraron en afianzar los fundamentos más básicos del juego tal y como lo entiende el entrenador asturiano e intentaron profundizar en ellos para dar mas riqueza y variedad al Sinfín sobre la pista.

El resultado de esas semanas de trabajo es una trayectoria inmaculada en los cuatro partidos disputados hasta el momento de la segunda vuelta. Los de negro cuentan las jornadas por victorias, hecho que comparten solo con otro equipo: el todopoderoso Barcelona, ya que el resto de los clubes de la élite española ha hincado la rodilla en la arena en algún punto. Ciudad de Logroño (34-30), Helvetia Anaitasuna (28-30), Cisne (21-20) y Benidorm (27-29) son las conquistas que permiten a los de Garabaya haber sumado ocho puntos a su casillero y pasar de la última plaza a la duodécima con catorce puntos totales y cuatro por encima del descenso directo a Plata.

El efervescente ascenso del Sinfín en la clasificación y los resultados han llenado de esperanza y optimismo la moral de los santanderinos, pero Rubén Garabaya no duda en hacer una llamada a la cordura en medio del delirio. El entrenador sinfinista reconoce que «es cierto que hemos mejorado algunos aspectos en los que hemos trabajado durante el parón invernal, pero la realidad es que no estamos en una situación muy diferente a la que vivimos en la primera vuelta».

Garabaya quiere mantener los pies en el suelo y que los números cuadren, pero que no se basen solo en deseos sino en hechos. La realidad, apunta el de Avilés, «es que hemos jugado contra los equipos que mejor se nos dan». El entrenador del Blendio Sinfín tiene razón en su afirmación. Los de La Albericia ya ganaron en la primera vuelta a Ciudad de Logroño (27-31) y Benidorm (34-32). «La única diferencia es que ahora, en la vuelta, se ganó al Cisne por la mínima y, también, a Anaitasuna, con el que empatamos en el duelo de la ida».

Además, continúa Garabaya, «Aly está parando una barbaridad». El portero egipcio es uno de los diamantes del vestuario sinfinista con 199 paradas en 631 lanzamientos, que lo auparon al primer puesto del listado de mejores porteros de Asobal con una media de efectividad del 31,54 %. Mohamed Aly, que pondrá rumbo a Logroño una vez termine la temporada, es uno de los protagonistas del giro que ha dado el Sinfín.

Por delante quedan once partidos de Liga, así que «la segunda vuelta, igual que la primera, se nos va a hacer larga y nos va a costar aguantar», añade el técnico asturiano que debuta esta temporada en los banquillos de la élite española. Así todo, la experiencia de los primeros quince encuentros hace que «esté en nuestra mano no cometer los mismos errores», aunque también hay circunstancias sobrevenidas que condicionaron el arranque de la temporada, reconoce Garabaya: «Es cierto que después del Ademar tuvimos la baja de Nico Bono, que nos hizo mucho daño».

El Blendio Sinfín llega con los deberes hechos. «Hemos estado estudiando lo que hicimos bien y lo que aplicábamos mal. ¿Por qué? Para enriquecer la parte positiva y corregir la negativa con la intención de no repetirla o minimizarla, en la medida de lo posible». Ahora vienen varios partidos contra equipos muy físicos que «no se nos dan tan bien», concluye el entrenador, mientras añade que «lo vamos a pasar mal, no es palabrería. Hay que evitar caer en el triunfalismo».