El Liberbank afronta una final en La Albericia ante el Anaitasuna

A los santanderinos les viene bien jugar con intensidad y seguridad, ya que hay ocasiones en las que la precipitación les ha jugado una mala pasada durante gran parte de la temporada y esa circunstancia ha acabado dando opciones a los rivales. La mentalidad del equipo debe ser la de afrontar el partido de la temporada, una final en la que no sumar los dos puntos les dejaría en una situación delicada. Y aunque les resten tres partidos, el margen para sumar puntos se reduce ante los rivales a los que se enfrentan en las jornadas finales.

Los navarros llegan a la capital cántabra con dos ausencias importantes por lesión. El primero en sufrir problemas físicos fue un viejo conocido de la afición santanderina, Ander Torriko, que en Puente Genil sufrió la fractura del ligamento de su rodilla izquierda y tiene un largo periodo de recuperación por delante. El otro es el pívot Antonio Bazán, que sufrió la fractura de una falange de un dedo, lo que le tiene apartado del equipo y tampoco jugará este sábado. Dos bajas importantes pero que no deben invitar a la confianza a los de Montesinos, ya que a pesar de estas ausencias los navarros siempre son un rival competitivo y no hay que olvidar a Ander Izquierdo, su mejor hombre de cara al gol.

El equipo cántabro, por su parte, afronta el choque con mucha ilusión y sabiendo que va a ser un enfrentamiento muy duro y difícil, aunque los de Pamplona no se jueguen nada de cara a la clasificación. Esta semana los santanderinos se fijaron el objetivo de sumar dos puntos y no les queda otra más que ganar esta tarde a los navarros. Las ausencias de Pla y Diego Muñiz lastran, no obstante, el potencial de los de Montesinos.

El equipo visitante, entrenando por Quique Domínguez, lleva una buena trayectoria en las últimas fechas y se ha asegurado su presencia en la Liga Asobal la próxima temporada desde hace ya varias jornadas.