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El Liberbank Sinfin aguantó el empuje del Logroño La Rioja hasta el último cuarto de hora, pero finalmente acabó cediendo ante uno de los mejores equipos de la Asobal por 30 a 24. Los de Rodrigo Reñones tenían el marcador controlado hasta que ... en los quince minutos finales los jugadores riojanos redujeron sus propios errores y acabaron con la fe que le habían puesto los santanderinos
El Logroño, que con esta victoria sigue en la pelea por el segundo puesto, parece acostumbrado a empezar sus partidos frío y sin ritmo, como si no esperara dificultades.
Logroño La Rioja
Sergey Hernández (p), Sánchez Migallón (4,3p), Balenciaga (5), Ligetvari (1); Moreira (2), Garciandia (8), Hackbarth (4), Dapirán (3), Kusan, Ceretta, Kukic (2), David Cadarso (1) y Scott
30
-
24
Liberbank Sinfin
Mijuskovic (p)(1), Muñiz (1), Blázquez (3), Ander Torriko (6), Cristian Postigo (2), Zungri (3), Dimitrievski (1), Alberto Pla (1), Lastra (1), Da Silva, Ignacio Vallés (5,3p) y Basualdo
marcador cada cinco minutos: 1-2, 3-5, 8-6, 9-8, 12-11, 13-13 (descanso), 16-17, 14-18, 21-20, 25-21, 28-22 y 30-24 (final).
Árbitros. Alberto Macías y Ernesto Ruiz. Excluyeron a los locales Sánchez Migallón y Ceretta; y a los visitantes Muñiz y Zungri (2 veces).
Incidencias. Algo más de un millar de espectadores en el Palacio de los Deportes de La Rioja.
No es la primera vez que le sucede lo que le ocurrió este viernes ante el Liberbank Cantabria Sinfín, que no dejó pasar la oportunidad para ponerse por delante y mandar en el partido muchos minutos.
La superioridad en juego fue mayor en el primer tiempo, en el que la falta de ritmo de los locales contrastó con la pelea y la velocidad impuesta por los cántabros desde el inicio, con la que se pusieron por delante pronto (1-2 y 3-5).
La realidad de la competición es la que es, y la diferencia entre las dos plantillas también, con lo que a los locales les bastaron solo dos «chispazos» de intensidad en defensa para darle la vuelta al marcador y tener la sensación de que el partido sería cómodo.
Pero justo cuando mejor estaban, los riojanos volvieron a estropear su juego, con muchos errores de ataque y más «agujeros» defensivos ante la movilidad que mostraba el equipo cántabro, que se metió en el partido y llegó con él empatado al descanso, con todo merecimiento (13-13).
El partido parecía abocado a un segundo tiempo en el que el Logroño sí impusiera su calidad y su mayor físico. Así ocurrió, aunque tardó más de lo esperado porque los locales siguieron «perdidos» y los visitantes mantuvieron férrea su voluntad (16-18, m.6 del segundo tiempo). Poco a poco perdieron fuerza y en cuanto dejaron de correr el Logroño les penalizó y se ganó el partido por un marcador más amplio del que hubieran merecido.
Fue en el último cuarto de hora. El equipo riojano se defendió sólo entonces cerca del nivel que se espera de él y ante un rival muy cansado fue capaz de robar varios balones con los que «mató» el partido al contraataque. Además, Sergey Hernández realizó cuatro paradas de mérito y así ayudó a que su equipo infringiera un castigo inmerecido al Sinfín.
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