Al Liberbank se le vuelve a escapar la victoria

El Liberbank Cantabria Sinfín perdió una oportunidad de oro de dejar en la lona a un rival directo por la salvación. El equipo santanderino, en una actuación de menos a más, volteó un partido que tenía muy cuesta arriba en los primeros compases de la segunda parte. Aupado por un estelar Nacho Valles, autor de diez goles, tenía el duelo en el bolsillo cuando el reloj agotaba sus últimos segundos en el Pabellón Municipal de Nava de la Asunción. Hasta que llegó el desenlace más inesperado: tarjeta roja, penalti local y reparto de puntos.

El encuentro estaba con el marcador empatado a 23 cuando Víctor Montesinos pidió el último tiempo muerto visitante a un minuto y 24 segundos para el final del choque. El técnico dibujó el ataque del Sinfín, pero el Viveros Herol Nava reaccionó bien en defensa. Así las cosas, Valles tiró de recursos y se sacó una genialidad: lanzamiento de cadera con una potencia supersónica. Imparable. Sinfín por delante. Tenía tiempo el Nava para ejecutar un ataque sosegado en busca del empate, pero se precipitó su capitán, Carlos Villagrán, que ensayó un tiro sin demasiada mordiente que Ernesto Sánchez, portero hasta el curso pasado de los locales, detuvo sin problemas. Lo celebró el guardameta, muy expresivo durante toda la tarde. Era, en toda lógica, la victoria segura para los suyos. Solo quedaba agotar el reloj y todo habría acabado.

El último recurso del Nava era presionar a toda pista. Y así lo hizo. Movió bien el balón el Sinfín y la pelota terminó en las manos de Darko Dimitrievski. En lugar de conservar el balón, se vio en seis metros y lanzó a portería. Sin suerte: Yeray Lamariano detuvo el lanzamiento. Quedaban cuatro segundos en el reloj, a todas luces insuficiente para que el Nava pudiera preparar un ataque peligroso, pero Dimitrievski tiró de instinto y paró el partido con una falta. El reglamento no deja dudas en este tipo de lances con el reloj al filo de la bocina: tarjeta roja y siete metros. Filipe Mota acudió a la cita, ambientada por la megafonía del pabellón, y estuvo a la altura de drama. Gol y partido concluido. Ernesto apenas tuvo tiempo para recoger el balón de su portería.

Fue el desenlace de un encuentro en el que Sinfín hizo siempre la goma. El Nava se había hecho con el mando en el marcador en una gran primera parte del veterano Adrián Rosales, aderezadas con transiciones de los extremos y tiros lejanos del lituano Lukas Simenas. El partido lo sostuvo Ernesto Sánchez, que rozaba en el primer tiempo el 40% de paradas, incluyendo un tiro de siete metros ante Mota, como el que valdría el empate. No lo terminaba de romper el Nava, pero mantenía rentas de tres goles como la que reflejaba el marcador cuando llegó el descanso (15-12).

Al minuto de la reanudación, el Nava firmaba su máxima renta del encuentro tras un contragolpe de Nico D'Antino (17-12). Al borde del abismo, reaccionó la defensa visitante y tuvo seis minutos sin anotar a los anfitriones, que empezaron a enfangarse en imprecisiones en una segunda parte en la que solo anotarían nueve goles. Notó la debilidad de su rival el Sinfín, que dio un salto anímico y empezó a hacerse dueño del lenguaje no verbal. Valles ya estaba dando un clínic de lanzamiento y organización cuando el entrenador de los locales, el veterano Zupo Equisoain, se echaba las manos a la cabeza de rodillas en la banda minutos después de abroncar a sus pupilos por una sangría de pérdidas.

El papel de Valles en el desenlace fue decisivo: anotó seis de los últimos nueve goles de su equipo. Pla o Ramiro dieron un respiro en la anotación al líder del Sinfín ante un Nava que buscaba soluciones en la portería y que había perdido su ritmo ofensivo. Simenas, una de las figuras del Nava, cometió varias imprecisiones y ejecutó tiros precipitados. En un momento de crisis, nadie en el equipo segoviano dio un paso adelante.

Un gol de Valles desde seis metros daba la primera ventaja de la tarde a los visitantes (20-21), que ya dominarían el tramo final del encuentro que se había vuelto más defensivo. Nada que ver con la paliza del Nava en el partido de diciembre (25-35), un capítulo más de una rivalidad que incluye un ascenso a Asobal del Sinfín en tierras segovianas. El empate mantiene a la escuadra santanderina cuatro puntos por encima del Viveros Herol, que ocupa el último puesto de descenso a División de Honor Plata.