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Víctor Montesinos, durante su etapa como entrenador en el Palma del Río.
Una nueva etapa en el Sinfín
Balonmano

Una nueva etapa en el Sinfín

Víctor Montesinos | Entrenador del Liberbank ·

El cordobés iniciará a finales de julio una etapa para él mismo y para su nuevo club tras terminar la larga era de Reñones en el banquillo cántabro

ENRIQUE VILLA

Lunes, 1 de junio 2020, 07:34

Algo tan sencillo como un cambio de entrenador es casi un cambio de era en el Sinfín. Un joven club que la última vez que vivió un relevo en el banquillo lo hizo hace cerca de una década y obligado. Entonces, Juan Domínguez pedía el relevo para emprender su etapa política al principio al frente del IMD y después como concejal de Deportes. Le sustituyó otro extekista, un Rodrigo Reñones que terminó su carrera como jugador en el Sinfín y con el que los cántabros emularon a aquel Teka para devolver a Santander y La Albericia a la Asobal. Ahora, con la etapa del santanderino agotada, le toma el relevo Víctor Montesinos (Córdoba, 1986), un joven técnico, más incluso que Reñones cuando se hizo cargo del equipo. Sin experiencia en Asobal, ni como jugador ni como entrenador -sí como segundo- pero avalado por una larga y excelente trayectoria en el Palma del Río de División de Honor Plata. La pandemia que precipitó el final de temporada acortando un poco más la era Reñones es la misma que le ha impedido aún viajar a Santander. No es urgente, con el curso ya terminado, pero tiene ganas de conocer la ciudad en la que vivirá en una aventura que afrontará solo, al tener su mujer plaza como maestra en Palma del Río. Tendrá tiempo de sobra para aprenderse de memoria el vuelo Santander-Sevilla. Su plan es desembarcar a finales de julio, cinco semanas antes de que arranque la Asobal.

La propuesta, reconoce, le llegó por sorpresa. «No me esperaba para nada una oferta así. Tras doce temporadas en el Palma del Río, cinco como jugador y siete como entrenador, voy a cumplir un sueño y por eso estoy agradecido». «Soy un entrenador joven con mucha ambición y al que le encanta superar retos -se define-; siempre me identifico por el trabajo, esfuerzo, y sacrificio. Me gusta el trabajo específico, no solo en la parte táctica, sino también en la preparación física para la prevención de lesiones, que en una plantilla tan corta como la que tenemos es algo importante».

Responde perfectamente al perfil de hombre de club, en su caso del Palma de Río. Pero un perfil que se puede adaptar muy bien a La Albericia. «He estado en el Palma del Río desde los siete añitos; he tenido algunas etapas como jugador en otros equipos, porque en los primeros años como sénior estuve cedido, pero siempre vinculado: cinco temporadas como jugador de la División de Honor Plata -hasta su madrugadora retirada-, dos como segundo entrenador en esa categoría y uno en Asobal y siete en el primer equipo. Toda una vida; siempre le estaré agradecido. Ahora estoy contento y feliz de que ellos mismos se hayan alegrado de esta oportunidad que tengo para entrenar al Liberbank Cantabria y poniéndome las cosas muy fáciles todo este tiempo».

«No me esperaba para nada una oferta así. Voy a cumplir un sueño»¡

Vivir del balonmano en España está reservado a unos pocos privilegiados. Muchos técnicos han emigrado y Montesinos señala que, por suerte, tiene sus actividades fuera del deporte que le aseguran la vida. «¿Si vivo del balonmano? Bueno; sí y no. El balonmano es una nómina importante que entra en casa, pero no es algo que me haya dado estabilidad en Palma. Ahora mismo nos deben cuatro mensualidades y estoy a la espera de que entre en el club la subvención. Por suerte, yo llevo desde 2007 con una finca con naranjos, algo típico aquí en Palma. Una finca de mi abuelo que se la tenía arrendada hasta que falleció y después a mi padre y soy autónomo agrícola. A parte de este, montamos el año pasado, junto con el presidente del ARS, que es buen amigo, una academia de robótica de nuevas tecnologías, ingles, refuerzo para los chicos de Primaría. La cosa iba bastante bien hasta que llegó la pandemia». De hecho, no para: «También tengo una página web de venta en línea, Degusta Andalucía, con venta de productos típicos de la tierra. Soy un buscavidas».

«Soy un entrenador joven, con mucha ambición y al que le encantan los retos»

También en lo profesional llegará solo a Santander: «Tendré el apoyo de Servando Revuelta -hijo- para algunos pormenores, que nunca vienen mal. Ahora se está negociando para incorporar a un preparador físico de Santander, joven pero con bastante experiencia, y muchas ganas de colaborar con el Liberbank. Este sería en principio el grupo de trabajo, limitado por un presupuesto que no permite hacer filigranas, pero mejor calidad que cantidad», reflexiona.

Está «contento» con la plantilla que por el momento tiene para buscar la próxima temporada la permanencia. Ya ha hablado con los jugadores, visto los partidos de este curso y se ha puesto al día con el primer equipo, el segundo y las categorías inferiores. En cuanto al primer equipo, «el bloque se puede decir que está cerrado, a excepción de las bajas ya conocidas que hay que suplir. El resto, por suerte, a no ser que haya un movimiento de ultima, hora seguirá. Eso es bueno; se están viendo muchos vaivenes en clubes como el Nava, el Anaitasuna y el Puente Genil, en los que se van seis jugadores y llegan otros tantos nuevos. Nosotros mantenemos el bloque».

Una plantilla muy ajustada en cuanto a número que tratará de ganar en cantidad para la primera línea. «Hablo con Servando padre e hijo más de tres veces al día y estamos todos en ello, pero dependerá del dinero que quede y de los ingresos por patrocinios que se consigan. Queremos incorporar a un primera línea más, que tenga gol y que defienda, para tener una plantilla de catorce jugadores. El resto, me apañaré con chavales de la casa».

Todo para afrontar una Asobal que este año ha sido «irregular» para muchos clubes, con «equipos que empiezan muy bien y que después caen en un pozo del que les cuesta salir. Todos los años se sabe que la Liga se divide en tres 'miniligas': la del Barcelona, que la juega solo; la del Bidasoa, Granollers, Ademar, La Rioja y Cuenca; y la del resto de equipos. Salvo el Barça, con todos se puede competir y rascarles puntos. Preveo un año algo más compensado. El Barcelona va a seguir siendo el Barcelona, pero el resto de los clubes me imagino que bajarán el nivel algo por toda esta crisis y todo el mundo podrá ganar o perder con cualquiera».

Matiza que jugar sin público sería un gran contratiempo: «Afecta al balonmano y a todos los deportes. Jugar hasta enero sin público tendría mucho peso para los equipos como nosotros, que tenemos un hacernos fuertes en casa con el apoyo de la afición, y sería complicado económicamente, pero no queda más remedio que acatarlo», se lamenta. En septiembre se verá.

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