La nueva hornada naranja pide paso a base de talento

Samuel Lanza (Polanco, 2005) estaba en una clase particular cuando le sonó el teléfono. «Era Jacobo Cuétara», cuenta el extremo naranja. El entrenador del Bathco llamaba al jugador del filial para preguntarle si podía viajar con el equipo a Croacia para el último partido de la Liga Europea ante el Nexe. «No lo dudé ni un minuto. Dije que sí y en cuanto colgó llamé a mi madre», recuerda Samuel. Después, «entré otra vez a clase, pero la verdad es que no pude atender más en lo que quedó de tiempo», explica el estudiante de Telecomunicaciones y extremo izquierdo del filial torrelaveguense que milita en Primera Nacional. Lanza, que recibía su primera llamada oficial con 'los mayores', no ha debutado todavía en Asobal. «Ese es mi próximo objetivo», confiesa. Sus dos goles ante el Nexe croata y el desparpajo del polanquino sobre la pista dejan claro que Jacobo Cuétara tiene fondo de armario para cubrir ausencias como las de Álex Rubiño o Ángel Fernández cuando toque.

Si la llamada del entrenador del Bathco pilló a Lanza en la academia, a Miguel de Cos (Puente San Miguel, 2004) lo encontró en casa. Al también extremo izquierdo le sonó el móvil con la misma noticia. De Cos respondió que sí, colgó el teléfono y bajó corriendo al salón para decirle a su padre que iba a viajar a Croacia. «Me dio la enhorabuena y después me preguntó que dónde se podía ver el partido por si jugaba algún minuto. Hicieron quedada para verlo toda la familia junta», explica el de Reocín.

El extremo, que ya jugó esta temporada en la primera jornada de Asobal ante el Ciudad de Logroño, tuvo sus minutos ante el Nexe y marcó dos goles ante los croatas para inaugurar su cuenta europea particular. «Fallé el primer tiro, así que me dije: la próxima tiene que ir dentro. Tenía que marcar ese gol y llevármelo para casa como un recuerdo muy especial de mi debut». Tanto Samuel Lanza como Miguel de Cos son el reflejo del trabajo y mimo con el que se trata a los canteranos en el Bathco. Ambos jugadores, que llegaron al club con ocho años, han ido quemando etapas de formación hasta llegar al filial naranja y ya empiezan a llamar de forma insistente al primer equipo.

Lo cierto es que no son los únicos. Los dos extremos completaron la convocatoria para la clausura naranja de la fase de grupos de la Liga Europea, pero junto a ellos estaban otros dos rostros habituales ya en Asobal y Liga Europea con los que comparten vestuario en el filial. Carlos Gómez (Santander, 2004) y Pedro Berrío (Santander, 2001) llegan de deslumbrar en el último partido ante el Impulse Guadalajara.

Gómez, que marcó cuatro goles a los alcarreños, y lleva seis en lo que va de curso en Liga Asobal, cerró su participación en el torneo continental con otros cuatro -dos ante Nexe y otro par ante Vojvodina-. El santanderino es el máximo goleador del filial naranja con 70 tantos en los nueve partidos que ha disputado a las órdenes de Dani Hernández. «Estamos en dinámica de Asobal, pero es importante también que tengamos oportunidades y minutos de calidad en todas las competiciones», cuenta Gómez. El lateral santanderino destaca el «muy buen rendimiento que estamos dando todos cada vez que tenemos un minuto para demostrarlo». Nombres como el de Abraham González, el portero que cubrió la baja de Carlos Calle durante un mes y medio; Diego Gándara, el pivote que brilló ante Cangas y Guadalajara a los que marcó cinco goles, o los que esperan su oportunidad como Antonio Torres, Mateo García o Borja Nieto son la nueva hornada naranja.

Pedro Berrío es muy claro. «El entrenador confía en nosotros muchísimo». El lateral izquierdo debutó en Serbia y de Croacia se trajo un gol «que ya he visto como quince veces», bromea. El santanderino, un habitual en Asobal, reconoce que «hará falta un poco de perspectiva» para ser conscientes de lo que están viviendo mientras compaginan jugar en Primera Nacional con la élite.

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